2. La Calma Antes De Que Llegue La Tormenta

2. La calma antes de que llegue la tormenta

Si tan sólo hubiera usado todo lo que he aprendido en mi trabajo ese crimen se evitaba, fallé y mi error trajo muchísimas consecuencias, lo bueno lo arruiné, descubrí una parte de mí que no conocía, me perdí en un laberinto sin darme cuenta que había entrado.

[..]

—Lamento mucho haber tenido que dejar que se escape, quien sabe si ya le ha hecho lo mismo a otra chica.

Miro la gente pasar por fuera del restaurante, algunos van de prisa, con sus teléfonos distraídos chocando a alguien de vez en cuando, perros deambulando, personas pidiendo para comer, bocinas de los impacientes de siempre, el día está soleado pero no quita el hecho de que hace frío, vendedores ambulantes intentado ganar algo de dinero para llevar a casa, a uno en particular suelo verlo, tiene el ojo derecho morado, es más que seguro que ha sufrido un robo, al vender en la calle saben que lleva efectivo en los bolsillos, lo cual, lo convierte en un objetivo.

Esto es un poco de eso que llamamos vida cotidiana, es normal la delincuencia, que haya asesinos, que la gente viva en la calle, que los perros sean abandonados, que te atropellen porque van de prisa, todo está absolutamente normalizado y convivimos con ello, esa es una de las causas de porqué el mundo está como está y muchas otras porquerías que hay que soportar.

—Ya Will, hiciste lo que pudiste, además, fue correcta tu decisión, ella era más importante.

—Lo sé...— me besa la mejilla mientras bebo el jugo de naranja—... y que tú me digas que está bien me deja más tranquilo, siempre tienes razón amor.

¿Qué hubiera sido de mí sin ella? Recuerdo haber visto entrar a Charlotte hace seis años en la academia donde empezamos a entrenar, quedé deslumbrado con su sonrisa, su simpatía, me fue imposible no idealizarla, no habíamos cruzado una sola palabra, la veía de lejos e imaginaba posibles conversaciones, no sabía cómo acercarme hasta que coincidimos en el pentágono, estaba tan nervioso de estar solo con ella que no podía dar un tiro decente, no dudó en ayudarme, aún recuerdo su sonrisa cuando le agradecí, su mirada, es la misma con la que me sigue viendo hoy en día. En mi mente le había creado una personalidad, una forma de ser, claramente la realidad superó mis expectativas, nuestras charlas son mejores que en mi cabeza, su persona, su sola existencia modificó positivamente la mía, la amo, pedirle que se case conmigo como si fuera la única mujer en el mundo o como la única que veo en un infinito número de posibilidades fue correcto. ¿Qué no haría por ella luego de demostrarme lo incondicional que es? Lloró conmigo, me hacía sentir pésimo que se sienta fatal pero sé que también era porque quería mucho a mi hermano, recuerdo haberle pedido que me deje solo porque no quería ser una carga inestable a su alrededor, no me obedeció, me abrazó fuerte y me ordenó a que no quiera obligarla a ir en contra de su voluntad que era acompañarme y llorar conmigo las veces que hagan falta, me vio a los ojos y dijo que yo nunca podría dejar de llorar a mi hermano, incluso si lo estoy recordando con una sonrisa, amar duele y perder lo que amas peor.

Una parte de ti murió con él y una parte suya vive contigo.Y tiene razón, siempre la tiene, por eso la amo, porque tiene ese algo que me complementa como nadie.

—... deberías empezar a relajarte un poco más, nuestro trabajo es así adem...

—... Eres preciosa...— suelto pensando en voz alta interrumpiendo su consejo, se le dibuja esa sonrisa que tanto me encanta —... lo siento por no haberte prestado atención los últimos minutos, es que estaba perdido en mi cabeza describiendo lo que me pasa contigo, y créeme, aún no he terminado y estoy seguro que jamás podré.

Niega sin borrar aquella expresión de su rostro.

—Te amo Will.

Luego de casarnos queremos formar una familia, ambos decidimos que cuando ocurra dejaremos de ser policías, queremos seguir ligados pero no con balas rozándonos el cerebro, yo particularmente estoy en el último año de médico forense, ella en psicología criminal. Somos un gran equipo y al seguir observándola me preguntó ¿Qué pasa dentro nuestro cuando nos enamoramos? ¿Qué mezcla química se produce? ¿Qué es lo que hace que sólo veamos una parte? Y así, tengo muchas más preguntas para ese momento cuando estás, piensas y ves a la persona que te atrae, te gusta o de la que estás enamorado. Me gustaría que esto que siento nunca se apague, hace años estamos juntos y siento lo mismo, no estoy acostumbrado a ella porque todos los días voy conociéndola, desde un nuevo lunar hasta un secreto, soy un cursi pero prefiero decirlo todo antes de que el día de mañana me queden atragantados los sentimientos que nunca confesé.

[..]

Ambos se lanzan al verla, mueven sus colas, ladran y le pasan las lenguas por las manos, están felices de tenerla en casa.

Va hasta la cocina en busca de comida para ellos, a donde sea que vaya la siguen, la protegen como el ser más preciado que tienen.

—¡Demonios!

Insulta al inclinarse para servirles.

Se siente fatal, su cuerpo está herido por dentro y por fuera. Respira hondo y cierra los ojos, al abrirlos se encuentra a sí misma en el espejo, se acerca lentamente y se observa, el rostro con marcas por los golpes, un poco de máscara para pestañas corrido.

Se toca los bolsillos en busca de su teléfono pero luego recuerda que lo hizo pedazos, va a un cajón y saca un cigarro, abre la puerta trasera, Destri y Pador salen primero sumamente contentos de salir al jardín, al instante empiezan a jugar entre ellos.

Se sienta en la hamaca que está amarrada al árbol y enciende el cigarrillo, Pador le trae una pelota y ella la lanza lejos, los perros corren para atraparla y volver a repetir el proceso.

La noche anterior se repite en su cabeza, la idea era no recordar nada pero ese hecho descolocó todo y solo piensa en el motivo por el cual quería olvidar, Destri trae en su boca un paquete que deja a su lado, lo toma y es un obsequio que le dejaron el día anterior.