Me desperté esa mañana con una ligera punzada en el pecho, que traté de ignorar. "Solo un resfriado", pensé mientras me levantaba de la cama, arrastrando los pies hacia el desayuno. Mi madre siempre decía que el desayuno era la comida más importante del día, y el aroma del café recién hecho me daba un poco de consuelo. Sin embargo, había algo en el aire que no encajaba; una sensación extraña que me hacía sentir inquieta.
Después de un desayuno silencioso y lleno de pensamientos confusos, decidí salir a dar un paseo por el parque cercano. Necesitaba despejar mi mente de esa sensación de malestar que no me dejaba en paz. Pero al cruzar la puerta, un escalofrío helado recorrió mi espalda. Paré, con el corazón latiendo más rápido, como si algo estuviera observándome desde las sombras.
La tarde se deslizó entre mis dedos mientras caminaba por el parque. Intenté concentrarme en los sonidos del lugar: el canto de los pájaros, el murmullo del viento entre los árboles. Pero a medida que caía la noche, todo cambió. Una fiebre ardiente comenzó a recorrer mi cuerpo, y mis pensamientos se tornaron confusos. Las visiones empezaron a asaltarme: fuego danzante, agua fluyendo con fuerza y criaturas misteriosas llamándome.
De repente, un ruido sordo interrumpió mis pensamientos. Me sobresalté y miré a mi alrededor, sintiendo cómo la ansiedad se apoderaba de mí. ¿Qué estaba pasando? Con esfuerzo, me levanté y fui hacia la ventana. Afuera había una figura oscura entre las sombras.
—¿Quién está ahí? —pregunté, tratando de mantener la calma.
La figura dio un paso hacia la luz y pude ver sus ojos brillantes. Mi corazón se detuvo por un momento.
—Kelly —dijo con una voz suave pero poderosa—. He venido a advertirte.
Una mezcla de miedo y curiosidad se apoderó de mí. ¿Advertirme de qué? Mis visiones regresaban a mi mente con más fuerza, y entendí que lo que sentía no era solo un resfriado; era algo mucho más profundo.
—Tu poder está despertando —continuó—. Y hay aquellos que lo desean para sí mismos.
Mis pensamientos se agolpaban en mi cabeza mientras intentaba procesar sus palabras. ¿Poder? Nunca había pensado en mí misma como alguien con poder. Yo solo era una chica normal con sueños y miedos comunes.
—Eres parte de un legado antiguo —dijo la criatura—. Un legado que conecta a los elementos y a las criaturas del mundo.
La puerta principal retumbó con un fuerte golpe, sacándome de mis pensamientos.
—¡Kelly! —gritó mi madre desde el otro lado—. ¡Abre! ¡la puerta!
Miré entre la criatura y la puerta cerrada, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba aún más. La criatura extendió una mano hacia mí.
—Debes decidir rápido —dijo—. Ellos no tardarán en llegar.
El aire se volvió denso y pesado a mi alrededor mientras comprendía que estaba en medio de algo mucho más grande que yo misma. ¿Qué iba a hacer? La decisión estaba en mis manos, pero no sabía si estaba lista para enfrentar lo desconocido.
La puerta se abrió de golpe y mi mamá entró, sus ojos se abrieron como platos al ver a la criatura que se interponía entre nosotros. Su rostro reflejaba una mezcla de terror y determinación.
—¡Kelly, no te acerques a ella! —gritó, su voz resonando con la urgencia de una madre que protegería a su hija a toda costa.
El aire se volvió tenso mientras la criatura giraba su mirada hacia mi mamá, como si sintiera el poder de su amor y su instinto protector. Pero antes de que pudiera reaccionar, me lancé hacia ella.
—¡Mamá, espera! —grité, pero ya era demasiado tarde.
La criatura, enfurecida por la intervención de mi madre, se lanzó hacia mí con una velocidad aterradora. Mi corazón latía con fuerza mientras veía cómo se acercaba, sus garras listas para atacar. Pero justo en el momento crítico, mi mamá se interpuso entre nosotras.
—¡No te atrevas a tocarla! —exclamó con voz firme, y en ese instante, algo dentro de ella pareció despertar. Sus manos brillaron con una luz intensa y cálida.
La criatura dudó un segundo, pero eso fue suficiente para que mi mamá invocara su poder. Con un grito lleno de rabia y determinación, lanzó una bola de fuego hacia la criatura. El resplandor iluminó la habitación mientras la esfera ardiente volaba por el aire.
La criatura apenas tuvo tiempo para reaccionar antes de que el fuego impactara contra ella. Un grito resonó en la habitación mientras retrocedía, sorprendida por la fuerza inesperada de mi madre.
—¿Qué has hecho? —pregunté asombrada mientras miraba a mi madre con ojos desorbitados. Nunca había visto algo así en ella.
Mi mamá me miró fijamente, sus ojos llenos de poder y preocupación.
—te contare todo cariño —admitió—. Pero tenemos que irnos de aquí
La criatura se sacudió y se enderezó lentamente, sus ojos ahora llenos de odio y miedo. Se dio cuenta de que había subestimado a mi madre y eso solo aumentaba su furia.
—Vas a pagar por esto —rugió la criatura, su voz resonando como un trueno en el aire cargado de tensión.
Sentí cómo el miedo comenzaba a apoderarse de mí nuevamente. Pero al mirar a mi madre, vi determinación en su rostro y comprendí que debíamos unir fuerzas para enfrentar esta amenaza.
—Mamá, ¿tú también tienes poderes? —pregunté sorprendida.
—Si Kelly y tu también —
— MAMÁ—grité cuando la criatura le desgarra el pecho a mi madre ella cayó al suelo
—NO,NO,NO,NO—digo con mis ojos llenos de lágrimas
—Busca a tu hermana... Julie... no está en esta dimensión— La voz de su madre apenas era un susurro
—Como que una hermana mamá no me deje por favor mamá no quiero estar sola — le suplico sollozando
—No vas a estar sola cariño tienes que buscar a tu hermana para que te proteja —dije ya cerrado su hermoso ojos
—Mamá, no me dejes... —susurré, sintiendo que el aire se hacía más pesado. Mi corazón latía con fuerza y el miedo comenzaba a consumir cada rincón de mi ser. No quería enfrentar este mundo sin ella, sin su amor y su protección.
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romance adolescente, habilidades sobrehumanas, criaturas y demonios
Editado: 29.12.2024