Killer Kisses

Capítulo 3

Pov: K

Solo puedo pensar en una sola cosa: la policía no sirve para nada.

Ni siquiera pueden investigar más de un día y ya la entierran, no se toman el tiempo de buscar a su familia y solo se desasen de ella como si fuera basura. Como lo prometí terminaré lo que comenzó; No descansaré hasta saber exactamente lo que ella descubrió como para terminar muerta.

— ¿En qué mierda te metiste para acabar así? —le digo a sus restos .

Nadie vino a verla, bueno una sola persona, pero él no cuenta. Ni siquiera sé por qué vino si le caía tan mal cómo me contó. Por poco y me ve, si no me habría escondido detrás del árbol desde el que estaba viéndolo, esperando a que se fuera.

Doy media vuelta para irme decidida a darle justicia y para eso tengo que buscar. Buscar en donde encontraré más respuestas: su casa.

Lo que sí tengo claro es que tendré que matar a todas las personas que estén involucradas. La mejor forma de dar justicia, o vengarse cómo quieran llamarlo, es dándoles el mismo final, y en este caso es la muerte.

Le dije muchas veces que no se metiera en la policía, pero como siempre no me hizo caso y se hizo detective.

Su casa está justo en el centro de la ciudad, decía que era el mejor lugar para vivir. Llego a la puerta de su casa y uso la llave que esconde debajo de una rana de porcelana para entrar.

«Pero que carajo.» Es lo primero que se cruza por mi mente cuando entro.

Su casa está llena de papeles, tirados por todas partes. Es un total desastre.

Esto va a tardar mucho.

Ni que lo digas.

¿Por dónde comenzamos?

Ni puta idea. Espera, ¿Acabo de hablar conmigo misma?

Si, y vete acostumbrando.

Me estoy volviendo loca.

Yo digo que comiences por el montón del sofá.

Recojo algunas carpetas y hojas sueltas para guardarlas en la mochila, así podré verlas mejor luego, pero justo cuando estoy terminando de guardar todo y tomar la laptop veo las luces de un auto estacionando.

Mierda. Estacioné mi motocicleta a una cuadra para que nadie se diera cuenta de que alguien estaba aquí, pero al parecer no funcionó. Guardo las cosas que me faltaban lo más rápido que puedo.

Me acerco un poco a la ventana para ver quien está fuera, pero antes de que pueda hacerlo abren la puerta de golpe. Por reflejo cubro mi cabeza con la capucha del abrigo que traigo puesto y corro hacia la puerta trasera de la casa.

— Hey, alto —me grita, como si fuera a hacerlo.

Sigo corriendo y tomo la perilla de la puerta, pero antes de que pueda abrirla el hombre llega.

— Date la vuelta —me ordena.

Miro de reojo y puedo distinguir que es el mismo que estaba en el cementerio y que está armado, pero por lo que sé de él no aprieta el gatillo a menos de que sea necesario. Así que con mi mano libre tomo una daga de mi muslo y me doy una vuelta para lanzársela. Abro la puerta cuando se agacha para esquivarla y corro porque, talvez la haya esquivado pero eso no significa que no quiera atraparme.

¡Corre, Corre más rápido!

Es lo que estoy intentando hacer, si te callaras sería más fácil.

¡Coreeee!




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