VII

Hoshi estaba en el vagón, escuchando el sonido de los raíles mientras miraba por la ventana. El cielo tenía un cielo estrellado que formaba un camino hacia el este que la maravillaba hasta que el tren se detuvo y ella, por inercia, se levanto y salió del vehículo, esperando que le deparaba aquel nuevo destino. 

Llegó a unas islas tropicales, que tenían un sol potente, pero cálido y familiar, y él sonido de las olas chocando suavemente con la arena era relajante. Se quito los zapatos y las medias, pisando así la arena con sus pequeños pies. Caminaba relajada por la playa, en ese lugar se sentía segura, cómo si estuviera en casa. 

Llegó a una pequeña isleta y en ese mismo instante visualizo un borroso recuerdo. Dos personas estaban peleando con espadas de madera, y una chica animandolos, los tres de la misma edad. Se quedó paralizada, intentando recrear aquella escena en su cabeza durante unos minutos, pero una voz burlona pero conocida la interrumpió.

—Bonito lugar, ¿no? —era la encapuchada, sentada sobre la palmera, en el tronco. Hoshi la miro muy enfadada— ¿Que pasa? ¿A caso no logras recordar quién eres? 

—Tú —la niña apretó los puños—... Por tu culpa —Frunció el ceño, mirando al rostro oculto de la chica—... ¡Por tu culpa, mi amiga esta muerta!

Recibió una leve risa como respuesta, seguido de estas palabras:

—¿Le cogiste cariño a una simple marioneta? Patético.

—¡Ella tenía sentimientos! —grito enojada Hoshi, comenzando a llorar— ¡¿Por qué hiciste eso?!

La chica cambió su postura relajada a una tensa y sería, simplemente cruzando sus brazos.

—Porque... Tú me haces sentir cosas—No lo podía ver, pero Hoshi podía notar una mirada intensa llena de odio por parte de su contraria—. Soy un clon, una marioneta, pero desde que rompí tú corazón, no solo tus recuerdos están en mi cabeza, si no que... Sientomucha rabia—esto lo dijo con un tono de voz molesto, intentando ocultar su frustración—. Yo no tengo nada, ni amigos ni seres queridos, entonces, ¿de qué me sirve sentir ira? Tal vez si vuelvo a derrotarte y acabe contigo definitivamente, estos sentimientos desaparezcan al fin. 

Hoshi no entendía muy bien las palabras de su rival, sin embargo, esto a la encapuchada no le importo.

—Ah, claro, todavía no te acuerdas de mi —Alzó su mano derecha al frente, apareciendo en esta una lanza morada con el símbolo de los terrores—. Tendré que refrescarte la memoria un poco, no será tan divertido si te derrotó así sin más. 

La encapuchada salto directa a por la de cabellos marrones, sin darle tiempo si quiera a esquivar. Hoshi fue lanzada por los aires, cayendo al mar. Pero la niña sabía nada, por lo que salió al momento a la superficie, aunque estaba muy lejos de la orilla, así que tuvo que bucear para poder llegar sin problemas a esta y evitar ser vista, sin embargo la encapuchada ya la estaba esperando allí.

—¡A ver que sabes hacer! —Le grito. Hoshi no tuvo más opción y salió del agua, comenzando a correr para esquivar los ataques, pero la chica se lanzaba directa a por ella, siendo muy difícil evitar el ataque. Tenía que buscar otra estrategia, pero de momento solo le quedaba huir y planear algo, por lo que siguió corriendo esta vez sin mirar atrás—

La pequeña llego a una puerta, la abrió y al entrar, la cerró de inmediato, jadeando por todo el esfuerzo. Se sentó sobre el suelo y así poder descansar un poco. Esperaba que su rival no se diera cuenta de donde se había escondido. 

Hizo un mapa mental del lugar, para su sorpresa, ya conocía toda la Isla,. Recordó una zona, en dirección al este, una zona de carreras y obstáculos, el lugar perfecto para poner una trampa. Era consciente de que ella misma tenía que ser el cebo. Sólo faltaba la trampa. Hoshi se puso a pensar más, entonces, dio con la clave. Busco en la caseta y encontró una red de pescar. 

Necesitaba llegar al lugar sin ser atrapada por el camino, por lo que salió con cuidado de la caseta, miro hacia el cielo, la encapuchada no estaba ahí, supuso que debe estar buscándola por otro lugar de la Isla. Pensó en que podía tomar un pequeño descanso, pero se mordió los labios, no era el momento. Continuo caminando hacia la otra zona, despacio, intentando no entrar en pánico y estar alerta a ma vez. Al llegar a la puerta, paso a la siguiente zona sin problemas.

Al ver el lugar, suspiro aliviada, temía encontrarse con la encapuchada allí y más pronto que tarde, se puso a preparar la trampa. Posó la red en una zona que, a pesar de ser aparentemente visible, podía ser ignorada en la misma carrera. 

—Listo —se dijo a si misma, frotándose la frente con su manga. Bajo las escaleras de madera y salió por la puerta. Esperaba que el enemigo no estuviera demasiado lejos, pues a pesar de haber descansado un poco, no sabía si sería capaz de poder aguantar lo suficiente hasta la trampa—. ¡Hey! —grito lo más fuerte que pudo, esperando llamar la atención de su contrincante—

La encapuchada apareció enfrente suya y, al momento, comenzó a correr hacia la zona de obstáculos, temiendo que la alcanzará. La otra muchacha comenzó a perseguirla, invocando su lanza, dándole un poco de ventaja a Hoshi.

Tras traspasar la puerta, fue corriendo por el puente y al ver el agujero, salto hacia él y cayó al agua, sumergiéndose unos minutos. La encapuchada no se había percatado de esto y siguió corriendo, salto y sin darse cuenta, cayó en la red.

—¡Bien! —Hoshi salió del agua y preparo sus manos, dispuesta a retener a la chica. No podría usar el elemento de fuego, pero podría congelarla para que se quedara quieta. Se acerco lo máximo posible, observando como la contraria intentaba librarse de las redes. Apunto con sus manos a la encapuchada, quién se percató de su presencia—

—¿Que harás conmigo cuando me atrapes? ¿Me matarás? 

Hoshi se quedó paralizada ante estas palabras. ¿Estaba bien hacer eso? A pesar de que le dolió lo sucedido con Tsuki, no estaba segura de si ella merecía lo mismo, por lo qué la duda se reflejo en su rostro.