Frío y vacío

"¿Por qué me hacía tanto daño?"

Querida herida a veces las cosas no se rompen sólo toman una nueva forma. Es mejor romperse sin que nadie lo sepa,
es mejor caerse sin que nadie te vea.

Intenté entenderte hasta cuando me lastimaste, intenté entenderte hasta cuando me cortaste.

Aún llevas marcas que no has logrado sanar, las lesiones que no has logrado cicatrizar. Uno no puede el pasado mirar y elegir las cosas que le hacen llorar.

Llorar es ayudar a sacar lo que tanto has temido hablar. Te debió de resultar más fácil renunciar a sentir que afrontar el dolor.

Tanto daño te has hecho sin miedo al dolor físico, había roto su frágil cuerpo tan sólo el daño está hecho y el corazón se acostumbra a vivir herido.

El hueco deja espacio para un pedazo con daño. Quizá el pozo no sea tan hondo después de todo. Cada uno necesita tiempo para lo dañado, nada está tan roto como para no tener arreglo.

Lo que toca el alma jamás se olvida aunque la aguja filosa haga que la herida siga abierta y queden más cicatrices de las necesarias.

Aunque nos volvamos grises con un montón de cicatrices. Mientras te rompes en pedazos a pesar de los años uno aprende con los daños.