"¿Cuánto hay que aguantar?"
Todo lo que desvanece tu presente ese golpe dónde más duele, el arte por desastre sólo evade lo que nadie sabe.
Con cada paso me hundo en un confuso y gris mundo. Un tormento fue el que pase y sólo sé cuanto llore el camino de abismo que aguante.
Hueco que le habían dejado, veneno que lo había contaminado, somos adictos a aquello que nos quita el dolor.
Cielo estrellado que llevaba dentro, su aliento como un veneno, su mano como un fierro,
que momento tan quemado, no todo el veneno cuenta con antídoto.
-Puedo ver todo tu dolor y no entiendo quién te lastimó tanto.
Te rompes si no vives las cicatrices, te consumes si no sientes los dolores. A veces son males sin emociones ni rencores. Tener cicatrices no significaba que fuéramos irreparables.
Aquel dolor se esfumaba cómo pinceladas de tinieblas, las tiritas no bastaban para sanar las heridas. Mientras se rompía para volver a coserse su alma se estaba marchitando bajo la piel.
Sintió que estaban brotando retoños en todas sus espinas que habían afectado a las venas, llegado a las raíces. Aunque el pasado la haya torturado ahora ninguno puede hacerle daño.