Tormenta que enfrenta

"¿Nos quedamos atados a nuestros nudos o afrontamos nuestros miedos?"

Hay un mundo dentro del vidrio dónde el miedo lo ocultó en cada rastro debajo del cuchillo. Recuerdo cuando fui lastimado, no puedo superarlo porque aunque quiero olvidarlo cada momento está marcado.

Una niña cuya alma está escondida en la jaula dónde la espina es el trauma. Cuando la persona está cerca cada recuerdo la golpea.

La niña gritaba ayuda, pero ninguna persona la escuchaba, de nuevo la mente la nublaba con cada palabra pesimista, con cada memoria suicida, ya no le temía a la adrenalina.

-Quiero saltar y ver si puedo volar, quiero rasgar hasta mi piel lastimar y de nuevo sangrar, quiero llorar y nunca recordar.

La culpa la apodera porque aunque muy en el fondo ya sea una rosa por dentro sigue siendo una espina que corta.

La herida de la vida es rápida, te pasa factura con cada sutura, la costra sanará, pero el corazón nunca olvidará.

Sigo cargando las heridas del pasado que aún no han sanado por completo porque si algo se rompió ni con el tiempo abonará de nuevo.

La rosa no puede zafarse de la espina, aunque la corte seguirá creciendo por dentro. La espina que la acompaña siempre tendrá su alma acorralada en cada marca que deja la aguja.