Kl-03: Destrucción

Capítulo 1

A veces suelo pensar que nada de lo que hacemos en la vida tiene un verdadero propósito.

Me explico. Siempre me ha parecido ilógico la ciencia que tiene la vida. Desde muy temprana edad me pregunto ¿Realmente vivir monótonamente y seguir los pasos al pie de la letra, es nuestro propósito?

Para unos es lo mas razonable y para otros no tanto, como lo es en mi caso.

Los adultos siempre dicen; es solo un exagerado pensamiento de adolescente hormonal, se te pasará cuando seas un adulto y razones mejor. Pero la cosa va en que yo no lo creo así. Aunque tal vez pueda llegar a ser cierto.

Me encantaría vivir una gran aventura y luego morir. Disfrutar al máximo del poder sentir para luego no sentir nada, pero al menos te vas con la sensación de que cumpliste tu meta, tu cometido. Solo disfrutar y no preocuparse en lo absoluto.

Y como todo pensamiento que llega de la nada, pues de la nada se va, ya que no vivo en un cuento de hadas y tengo que despertar de vez en cuando.

Mi madre me ha llamado para desayunar.

Al bajar las escaleras de mi casa, noto un olor  delicioso que emana desde la cocina. Seguramente mi madre está preparando el desayuno, cosa que muy raramente hace. De verdad que esta mujer es la mejor cocinando pero bastante floja.

-Buenos días madre- Digo al encontrarme con ella en cocina. 

Me apunta con la espátula que tiene en la mano y me da una mirada reprobatoria. Nunca le ha gustado que le diga madre, dice que es muy formal para ella y eso me causa bastante gracia. 

-¿Cuantas veces te tengo que repetir que no hables de esa manera? Por eso nadie te quiere.- Me dice. Ella definitivamente me ama. 

-Que linda mamá, de verdad.- Ella me sonríe y luego vuelve a lo que sea que esté cocinando. 

Me dirijo a la mesa, donde se encuentra papá como todas las mañana, tardes y noches; con la cabeza metida en su celular sin prestar mucha atención a lo que pasa a su alrededor. 

-Buenos días cariño.- Habla para seguidamente darme un casto beso en la frente y volver a sus asuntos. 

Mi madre entra con varios platos repletos de comida. ¿Me habré olvidado de el cumpleaños de alguno? 

-¿Donde están Lissy y Trevor?- Pregunta mamá. 

-Aquí estoy.- Habla una voz aguda, proveniente de la entrada al comedor, donde se encuentra Lissy, mi hermana menor de siete años, la cual llega restregándose los ojos y abrazando a su pequeña lagartija de peluche. 

-¿Ahora no se puede dormir en esta casa? No pude lograr descansar bien, hacía un calor de puta madre.- Se escucha otra voz pero mucho mas gruesa que la anterior. Mi hermano mayor de dieciocho años, Trevor, el cual se encuentra justo al lado de Lissy.  

-Esas malas palabras...-Le reprende mamá. Él solo se limita a rodar los ojos con fastidio. 

Nos sentamos, finalmente, todos juntos a desayunar y a contarnos anécdotas de nuestros acontecimientos importantes en la semana. Es como una tradición familiar. 

Cada sábado desayunamos juntos con ese fin. La mayoría de las veces solemos desayunar en la cafetería que queda en la esquina pero por alguna razón hoy es diferente. Realmente somos una familia que muchas personas desearían tener y aunque no siempre es un cuento de hadas, porque ninguna familia es perfecta, se podría decir que somos bastante funcionales juntos. 

El resto del día me la paso entre escuchar música y practicar en el piano. El lunes tengo una gran audición para entrar a una muy buena y prestigiosa, escuela de música. Es una de las mejores y yo quiero y necesito ser parte de ella. 

En la noche le escribo a mi mejor amiga, América. Somos amigas desde el feto, literalmente. Nuestras madres se conocieron hace dieciocho años, cuando mis padres decidieron mudarse a este vecindario, y si, América vive justo al lado de mi casa.

"¿Vas a hacer algo mañana?"- Miranda.

"No realmente ¿Salimos?"- América.

"Duh"- Miranda. 

"Paso por ti a las tres"- América. 

Apago mi celular y me dispongo a dormir, estoy algo presionada y estresada por mi audición, aunque sé que me sale prácticamente perfecto y me lo he aprendido de memoria. Necesito un momento de chisme con América. Vivimos una al lado de la otra pero rara vez concordamos para salir. 

Mis ojos se apagan de apoco y el cansancio me vence finalmente, llevándome a un sueño realmente terrible. 

(...)

Me levanto a eso de las once de la mañana, con mucha pereza a decir verdad. La pesadilla que tuve fue realmente horrorosa y con suerte en unas horas podré olvidarla, aunque luego de despertar a mitad de la noche con esas imagines en mi cabeza, no pude pegar un ojo.

Tomo una ducha algo larga, realmente siento un peso sobre mis hombros que parece no querer irse. Ya mañana es mi audición, ha de ser por eso, aunque no estoy muy segura. Es como una especie de mala vibra.

Realmente no le tomo importancia, se me pasará mañana y todo estará bien. 

Me visto casualmente, nunca pierdo mucho tiempo en maquillarme y arreglarme el cabello. Aunque si suelo ponerme algo en la cara para tapar las horribles ojeras que siempre cargo. 

Reviso la hora en mi celular, marca la una de tarde. Me da tiempo suficiente para comer y relajarme un rato con la tv. 



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En el texto hay: mundos paralelos, amor, planeta tierra

Editado: 11.02.2019

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