La academia de exploradores - versión narración corta.

Diario de Mae: Dia 7 del año – 7/Urahwum/8116 – Calendario Universal de la NGD

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El dia de hoy fue muy bueno, tuvimos por vez primera una experiencia con las clases optativas y fue maravilloso. Debido a nuestro horario únicamente podemos escoger cuatro optativas por semestre y tenemos dos semanas para decidir cuales son las que deseamos llevar durante primero. En estas dos semanas nos podemos pasar por cada una de las clases para una demostración, lo que nos permitirá decidir con mayor facilidad, claro esta yo ya tengo bien definidas cuales son las que deseo tomar.

Ingeniería e Introducción a la magia fueron mis primeras opciones, si deseo llegar a convertirme en una tecno-maga empezar con ambas es primordial. Además, como mencionaron en clase, tomar una optativa de oficio para la nave y una de combate es obligatorio durante los primeros semestres. Para lo primero ingeniería funciona bien, pero para lo segundo me tuve que inscribir a utilización de armas de fuego, supongo que no es una mala opción debido a mi aptitudes y planes para el futuro.

Finalmente, pero no menos importante, decidí tomar la clase arqueología. La principal razón por la que deseo convertirme en una exploradora es para encontrar un objeto que debe de estar escondido en alguna parte del universo, por lo que es necesario que aprenda a explorar las ruinas de civilizaciones antiguas.

El día de hoy probé estas cuatro asignaturas y creo que en definitiva me quedare en cada una de ellas, incluso en Introducción a la magia ya he completado el requisito previo para poder inscribirme.

Cuando llegué a la clase me sorprendí bastante. El profesor, que se encontraba en medio de un auditorio semicircular acomodado en niveles, era realmente aterrador. Se trataba de un humano de gran altura, posiblemente cerca de los 1.90 m, de complexión delgada y su semblante lo hacía verse algo ya mayor, como un adulto maduro. Tenía el cabello negro y algo quebrado que llevaba suelto. Además, su ropa, aunque parecían sacados del renacimiento humano al igual que el uniforme que todos los estudiantes llevamos, era oscuro de pies a cabeza. Corbinan Siegmar Frei Brändle se llamaba, si mal no recuerdo.

De cualquier manera, el profesor Corbinan nos mencionó que la magia podría ser una gran arma si se aprendía a utilizar con maestría, pero que no todos estábamos destinados a seguir aquel sendero. Pocos eran los que tenían una afinidad con la magia hasta el nivel de poder convertirse en magos, aquellos que son capaces de alterar la realidad simplemente con el deseo de su voluntad.

El profesor nos mostro un pequeño orbe de cristal que resplandeció con una intensa luz violeta mientras lo sostenía entre sus manos. Al parecer, se trataba de un cristal mágico capas de producir una luz en cuanto se le suministra poder mágico, de eso se trataba la prueba para determinar si podíamos o no inscribirnos a la clase. Dentro de nuestros pupitres había un orbe igual al del profesor, aunque un poco más pequeño, que teníamos que hacer brillar con nuestro poder mágico.

Teníamos como fecha limite para superar esta prueba hasta el final del periodo de pruebas de las optativas y todos se pusieron a intentarlo con gran esfuerzo durante el resto de la clase. Tal parecía que, como el profesor Corbian había mencionado, no sería tan sencillo; según escuche después había incluso alumnos de semestres superiores que aun estaban intentando inscribirse a aquella optativa por que habían fallado en semestres anteriores.

Para mi fortuna, irradiar magia a un objeto es algo que me habían enseñado hace mucho tiempo. Los gnomos nos especializamos en la Tecno-magia y, aunque uno no se especialice en esta rama, es imposible que alguien de mi raza no haya utilizado alguno de estos aparatos que utilizan el mana como fuente de energía anteriormente. Claro está que existen baterías de mana que se pueden utilizar para alimentar los aparatos T-M, sin embargo, esas cosas son caras y casi siempre la mejor opción es alimentarlos uno mismo.

Por ello no fue tan difícil para mi hacer brillar el orbe en el primer intento, muchos de los alumnos presentes quedaron impresionados al igual que el profesor y aceptaron mi inscripción en ese momento. Creo recordar que solamente tres personas lo logramos ese día, por lo que imagino esta será una clase pequeña.

De las demás clases no sé qué podría contar, fueron simples demostraciones practicas organizadas por los alumnos de grados mas avanzados donde alardearon de sus habilidades e invenciones. Lo que si creo que merece quedar para posteridad es mi maestra de ingeniería, Emma, hasta su nombre es tan lindo. Creo que ella se convertirá en mi profesora favorita definitivamente.

Bueno, ya es algo tarde, por lo que creo que hasta aquí dejare mi día.

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