La apatía y El empresario

01; La balada de los 4 quesos.

Si las miradas mataran, yo ya estaría muerta, no es que realmente me preocupe en demasía sobre si moriré o no, pero ¿Cómo dejar a la mascota de satanás sola?

Solo los seres infernales saben que eso es un castigo depravado, incluso para un mortal donnadie como lo soy yo. Entonces, bien debería recordar lo que memorice en esos viajes de monotonía en el internet, buscando tutoriales en Wikihow sobre cómo realizar cosas tan ordinarias como el tomar un vaso de agua hasta como apaciguar una víbora.

Bingo.

Si no mal recuerdo, debería gritar por ayuda o bien llamar a las autoridades más cercanas, lo cual, por razones más que obvias no puedo hacer, todavía. Al menos, no hasta que me muerda, no creo que lo haga, pero hey, nadie sabe cómo actuara una especie ante la inminente amenaza.

Lo segundo es verificar como es esta serpiente, así podría saber que tanto tiempo de vida me quedaría o que extremidad perdería.

Veamos…

Es una víbora llamativa, no me sorprendería que personas más perdidas que yo se le acercaran y terminaran mordidos. No me sorprende porque se ve tan llena de sí, es ciertamente alguien atractiva. Tiene una cabellera rojiza muy intensa, una piel blanca como leche y unas pequeñas pecas que se asemejan a galaxias vistas desde lejos. Me recordó a una rana, mientras más bonitos sean sus colores, más venenosa es.

Víbora identificada.

Aunque no sé absolutamente nada sobre los bífidos, pienso fingir que sí, mientras no muestre miedo, no va a sisearme mucho.

Y el tercer y último paso es alejarse de la víbora.

¿Qué dijiste de mi novio? Su voz solo es una probada del veneno que podría inyectarme.

Ella simplemente se enrolla sobre su incauta presa, anclando un brazo con el de él.

Aléjate de la víbora.

Dijo mi conciencia, pero como nadie escucha esa pequeña voz, yo no seré la primera en hacerlo.

Que es bonito. —Habló en un tono monótono y una expresión en blanco, como si no supiera que estoy frente a un depredador.

Mierda, mierda, mierda.

¿Por qué lo hice? Nunca sabré eso, después de todo, el ser humano es un enigma en sí mismo, por lo tanto, soy mi propio enigma.

Allí si pudiera, temblaría como un chihuahua aterrado, pero no soy un chihuahua, soy una tortuga y como ellas, voy detrás del mundo y no adelante. La víbora en un estado asechador, estrecho su mirada, como buscando el mejor ángulo por el cual atacarme, su presa, no dijo absolutamente nada, solo miro con una expresión un poco desconcertada.

Parece que los negocios no son brutalmente honestos y encontrarse un extraño que halaga su belleza debe ser desestabilizante, pero como buena presa, solo se hace el muerto.

Buena elección, mi amigo.

Tratando de hacer caso a los tutoriales no muy fidedignos, trato de alejarme de su rango de ataque, esto podría solo ser algo de una vez y nada importante, pero olvide lo más importante.

Soy uno de los miserables, se supone que debería besar el suelo por el que pisan las suelas de las novedades, no sus carísimos zapatos.

—¿Ya? ¿Qué quieres con eso? ¿Robármelo? —Ella soltó un bufido, más como una risa de burla que como de incredulidad.

Dato curioso de los depredadores; Se vuelven más territoriales cuando hay un extraño en sus dominios, incluso si solo es un ratón pasando por su madriguera de víbora.

Supongo que eso causo que se vuelva irracional, eso y el hecho de que yo, alguien de este “nivel” se atreviera siquiera a dirigirle la palabra a personas tan importantes como ellos.

Que pecado.

No, solo quería decirle que era bonito, no quitártelo. —Incline la cabeza a un costado, con un rostro impasible. —Eres bonito. Volví a decirlo nuevamente, solo por si las moscas.

Definitivamente esa vez si fue para mosquearla, soy una tortuga, pero también puedo morder, es algo estúpido por lo cual armar una riña, lo sé, pero la vida es tan ordinaria que una pelea con un extraño es una excusa como anillo al dedo para liberar estrés, una buena tapadera de otros motivos ocultos.

Juraría que ella me siseo, así que hice lo que debí hacer en un inicio, me fui, no sin antes inclinarme en forma de adiós, porque ser miserable no es excusa de ser maleducado.

Quizás si debí hacer lo primero que me dijo mi conciencia.

Maldita bruja del futuro.

Porque horas más tarde, mientras realizaba mi jornada tan hilarante de «Señor, usted realmente tiene gustos excepcionales, como cliente muy querido, ¿No querría ser el primero en probar nuestra nueva pizza de 4 quesos?», Lo cual es mentira, no era nueva y tampoco sería el primero, pero mientras no lo supiera, mataría dos pájaros con una piedra. Cliente feliz, pizza comprada. La mayoría de veces funcionaba, halaga al cliente y hazlo sentir especial, luego cuando este en la telaraña.

PUM. Le ofreces la nueva pizza 4 quesos.

Ah… Hermosos recuerdos.

Es una lástima que no podre engañar a mas señores Josh para que compren la fabulosa pizza 4 quesos, porque la víbora al parecer, no se quiso conformar con una tortuga pequeña como yo, no. La muy maldita se engullo a mi jefe, el obeso ratón del prado, al cual enveneno con billetes para hacer que me despida.

Buena suerte encontrando a otro Josh que quiera comprarle esa maldita pizza 4 quesos, que, por cierto. No es tan buena.

Es más preocupante el hecho de que sin este empleo, viviré en un futuro en la calle, mi triste departamento es como esas películas de hoteles donde contrabandean tus órganos, oscuro, paredes quebradas y telarañas como decoración temprana de Halloween, pero maldita sea. Es mi hogar.

Es mi maldito hogar desde hace 4 años ya, incluso nombre a las malditas arañas de la esquina del techo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.