La Aprendiz De Demonios// Trilogía La maldición De Lilith.

♠️ Capítulo 9 ♠️

Cuando desperté estaba recostada en la sala.
Los chicos hablaban y bromeaban, Ethan estuvo cerca de mi, hartandome llevando mi auto control al límite.

—Chicos ¡No estoy de humor! ¡Ethan aléjate antes de que te mate! —les grite y me dejé caer en el sofá nuevamente.
La puerta principal se abrió y entró Alan, se quedó quieto al sentir la tensión que había en la sala.

—¿Qué pasó? —Pregunto, en es momento mi celular sonó, suspiré tomándolo y contesté.

—¿Hola? —pregunte y del otro lado de la línea rieron.
—Mi pequeña Demonio ¿Te gusta mi regaló?
—Maldito, créeme que me encanta tu regalo.
—Amo el sarcasmo viniendo de tí, ya quiero verte —dijo haciendo que mí Irá aumentará.
—Creeme que si te vuelvo a ver.
—¿Te entregaras a mi?
—Idiota.
—Si, un idiota al que no puedes matar, aunque lo intentes —dijo riéndose.
—Ya encontraré la manera.
— Encuentra la manera de llegar a mi, tengo la urgencia de quitarte la virginidad—dijo riéndose y colgó.

—¡Maldito Idiota! —grite y bote mi celular contra la pared, según yo.

Mi respiración era acelerada, mi piel ardía, los objetos a mi alrededor comenzaron a temblar, necesitaba alejarme de todo, la oscuridad quería consumirme por completo, si eso pasaba destruiría todo lo que estaba a mi alrededor.

—Vanessa Vamos —dijo Alan obligando a mi cuerpo a levantarse —Te llevaré a un sitio donde podrás desahogarte —susurro y yo asentí.
Él tomó mis cosas y prometí comunicarme con James.

Salimos de la casa de Nancy y subimos a un auto, que se supone era de Alan. No sabía hacia donde estábamos llendo pero trataba de no pensar mucho en eso, solo me dediqué a mirar todo por la ventanilla, vi que salimos del área habitada para entrar en el bosque, yo trataba de tranquilizarme, pero no podía era casi imposible, apreté mis puños, pero los solté al ver que le afectaba al Auto y lo que menos quería era causar un accidente.

—Tranquila, ya casi llegamos.

Trataba de estar tranquila, pero no lo conseguía.
Llegamos a una casa que me recordó a los Cullen, quise reírme por la comparación, pero me contuve. Bajamos del auto y Alan me llevo adentro, pasamos de largo la sala para llevarme a un sala de ejercicios. Estaba segura que todo ésto terminaría destruido.

—Mi padre siempre me decía, que cuando sintiera que la Ira quisiera entrar a mi sistema me desahogará en esto —dijo señalando un saco de boxeo.

—Alan, tú has visto de lo que soy capaz de hacer, probablemente esto no dure mucho, no quiero perder el control aquí —le dije y él se encogió de hombros y comenzó a vendar mis manos.

—Todo esto no tiene importancia Vanessa, aquí lo importante eres tú, no te preocupes por nada —dijo terminando, me dio una corta sonrisa.

Me llevó hacia el sacó, donde lo agarro y me hizo seña para que iniciará, suspiré y comencé a dar pequeños golpes. Pero poco a poco la intensidad de los golpes iba aumentando, los recuerdo, las voces, nada de eso estaba ayudando para mantener mi autocontrol.

“Pequeña Demonio”

Su voz, su recuerdo me desequilibro por completo, mis golpes fueron más duros y descontrolados.

—Maldito —dije entre dientes y le di una patada al saco, logrando desequilibrar a Alan.

—Vanessa.

—¡Yo no quería ésto! —grite y si otros golpes más antes de gritar y sacar todo lo que sentía en mi interior, todo comenzó a temblar, caí en el suelo y comencé a llorar.

—Vanessa.

—Yo no quería ésto Alan, no quería ser esto, no puedo controlar todo esto y Tengo miedo, no solo por mi, todos a mi alrededor corren un gran peligro —dije llorando, era la primera vez que me rompía frente a otra persona que no fuera James, era el único que me había visto llorar.
Era algo que odiaba, siempre decía que las lágrimas nos hacían ver débiles, que llorar solo mostraba la debilidad de uno, pero en esta ocasión no pude soportar mucho.

—Yo te puedo ayudar Vanessa, solo dime todo lo que está pasando en realidad —dijo dandome un abrazo.

—No puedes ayudarme Alan, nadie puede hacerlo, lo que hay en mi es muy peligroso, entiéndelo —le dije alejándome de él.

—Vanessa solo quiero ayudarte.

—¡No necesito tu ayuda! Entiende de una maldita vez que soy peligrosa, no puedo controlar lo que hay en mi, nadie puede ayudarme, yo soy la única que tiene que hacerlo y sin embargo no puedo, Los vampiros no pueden matar Demonios.

—¿Lo sabías?

—Si, ahora Alan necesito irme.

—Por favor Vanessa confía en mí, yo puedo ayudarte a intentarlo, puedo estar contigo apoyándote a controlar tu nueva naturaleza —dijo tomando mi rostro entre sus manos.

—No puedo Alan...

—Sólo confía en mí Vanessa, dime qué te está pasando hermosa —Pidio limpiando mis Lagrimas, yo solo asentí y me aleje de él.

—De acuerdo, te contaré todo. Desde que nací mi madre se dio cuenta que era una niña diferente a las demás, cuando crecí mi diferencia era notable, nunca trate de ocultarlo, ver espíritus era una de ellas, la gente creía que estaba loca por qué me veían hablando sola en varias ocasiones. Tengo habilidades de una bruja, puedo entender si idioma, usar magia y todas esas cosas, mia se ha encargado de eso desde que nos conocimos. No sabía por que yo había entrado en ese mundo, yo era o siempre he sido un imán para atraer criaturas oscuras, esa es la razón por la cual tú fuiste a esa escuela, yo estaba ahí, fue algo involuntario, por un momento creía que ibas a matarme, después descubrí que eras un Novato, por lo que yo era más poderosa que tú.

—Jamas te hubiera hecho algo Vanessa, no soy así, pero me estás cambiando el tema cariño, así que por favor continúa donde te quedaste, de aquí no nos iremos hasta que yo sepa todo y pueda encontrar una solución para tí.

—Esta bien, ponte cómodo que esto es muy confuso.

Hay Alan, tu comportamiento solo me have confundir cada vez más, pero ¿Por qué mi corazón no late tan fuerte como lo hacía con esos recuerdos?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.