Narra Laurel
Son las 4:30 de la mañana.
Me levanto de la cama y me dispongo a recoger mis cobijas y ordenar mi cama.
Voy al sanitario, me lavo los dientes.
Enjuago mi rostro y me quedo viendo al espejo… No me gustan mis pocas pecas que se ven.
Las odio.
Me quito mi ropa y enciendo la regadera. Busco la temperatura correcta, no me gusta muy caliente siempre me ha gustado darme una ducha un poco fría.
Encuentro la temperatura correcta y me meto.
Siempre me relaja el agua, sentir que con ella todos los problemas o sentimientos malos se van.
Termino de darme la ducha y me enrollo en una bata rosa.
Me siento enfrente de mi closet para ver qué será lo que me pondré.
Elijo una blusa manga larga verde musgo y una falda azul.
Las medias serán negras y un abrigo beige.
Una bufanda color blanca y guantes negros.
Elijo unos botines negros con tacón.
Son las 5:30…
Hago un batido y comienzo a tomármelo.
Salgo de mi casa dejando con seguro y me dirijo a mi Audi deportivo.
Fue un regalo de mi abuelo y mi padre antes de que mi abuelo muriera.
Lo enciendo y me dirijo a la dirección que me envió Sara.
Prendo el estéreo y pongo una emisora al azar. El recorrido sería como de 1 hora. Acelero un poco, no quisiera llegar tarde a mi primer día de trabajo.
Veo un semáforo en rojo y vinculo mi celular con el auto.
Pongo a Eminem y comienzo a cantar.
Son las 6:15
Llego a la dirección y ¡Oh Cielo Santo! Esto no es una “Casa” como dijo Sara. Esto es una mansión. Es muy hermosa. Tiene un enorme jardín.
Apago la música y me dirijo a la puerta para poder tocar. Me quedo un momento en el auto… Tomo un gran respiro.
Espero no meter la pata. “Lo lograrás” dice esa vocecita en mi cabeza.
Salgo del auto y toco dos veces la puerta.
-Rayos… Y si nadie abre – Me digo a mi misma en voz alta.
Abren la puerta dejando ver a un chico con unos pantalones de dormir y el pecho desnudo. Tiene unos andadores. Es alto, tal vez una cabeza más alta que yo, fornido, tiene el cabello revuelto.
- ¿Sí? Las chicas exploradoras no pueden entrar aquí… ¿Quién te dejó entrar? – Dijo viéndome hacia abajo. Agh…. Su arrogancia es más alta que el Empire State.
-No soy una exploradora. Soy tu nueva asistente personal. Sara Spencer me envió – Digo seria viéndolo. Se resbala un poco mi bolso y lo coloco nuevamente en mi hombro.
-Ajam… Te equivocas no te contraté. Vete – Me cierra la puerta en la cara. Y se va.
¡¡AGHH!! ¡Joder! Eso me pasa por andar de amable.
¿Qué puedo hacer? Diablos… Llamaré a Sara.
*LLAMADA EN CURSO*
- ¿Aló? ¿Laurel? – Pregunta Sara.
-Si Sara…. Soy Laurel. Este… Estoy fuera de la casa de Danny Holland, pero el muy cabrón me cerró la puerta en la cara. ¿No le avisarón que vendría? – La verdad no sé por qué la llamo…
-Cariño… Creo que, si le avisaron, pero él nunca ha contratado a mujeres, debe ser eso – Dice ella.
¡¡Dios que estoy pagando!!
-Okey… Gracias… Feliz día perdón por haberte interrumpido – Digo ya cansa.
Estaba sentada en el frente del auto.
-No te preocupes Linda. Puedes llamar cuando quieras – Dicho esto corta.
*LLAMADA FINALIZADA*
Guardo mi celular y toco otra vez solo que esta vez más fuerte.
Pasan unos minutos y me abre nuevamente solo que ahora tiene una polera gris y unos jeans negros. Se ve lindo, pero es un egocéntrico narcisista.
- ¿¡Tú de nuevo!? Dije que no quería verte además no he contratado a nadie – Desgraciado… ¿Cómo se llamaba su Publicista? A ya….
-Si no me dejas entrar aquí me tendrás todo, TODO el día. Y tu Publicista… David fue el que llamó a la agencia Manhattan S.A. Ellos me… - No me dejó terminar y ya estaba la puerta cerrándose.
A no… Esta no me ganará.
Pongo el pie impidiendo que se cierre.
-Vete… No necesito a nadie. Además, David no te contrataría. ¡¡VE-TE!! – Dijo gritándome.
Juro que si no estuviera en andador ya le hubiera pegado, Aunque no creo que le pudiera hacer algún tipo de daño.
-Mira Danny – Digo entrando debajo del brazo de él – No me importa si lo hiciste o no. A mí me contrataron para ser tu asistente personal y no es mi problema que tú no quieras tenerme aquí. Y si no quieres puedes llamar a Sara o a David – Digo. Mi seguridad es asombrosa. Me siento un poco mal ya que no me gusta tratar a nadie así, pero si lo pienso este chico no merece mi amabilidad – Así que vete haciendo la idea de que aquí estaré.
El idiota suelta un suspiro muy pesado y pasa su mano por su cabello.
Cierra la puerta de su casa y me señala.
-Okey… Quédate, pero más tarde hablaré con Sara y David. Les dejé muy en claro que yo no quiero a NINGUNA mujer en mi casa que me ayude. Así que vete haciendo la idea de que no te quedarás en mi casa en todo el día – Dice utilizando las mismas palabras que yo había utilizado.
Tonto.
-Eres un engreído, un idiota, un tonto, un… Un ser inescrupuloso que no le importan los sentimientos de los demás. Tú eres un esperpento con cara de engendro mal hecho. Tú y tu superioridad hacia los demás es muchísima, me enferma saber que eres ese tipo de personas. Como eres un hijo de papi y mami tú… – No pude terminar ya que él me gritó.
- ¡NO TE IMPORTA COMO SEA YO! ¡DE IGUAL MANERA CUIDA ESA BOCA YA QUE YO SERÉ TU MALDITO JEFE Y MEJOR TENME COMO ALGUIEN BUENO, YA QUE SIENDO ALGUIEN MALO NO QUERRÁS NI OÍR MIS PISADAS! – Dijo en un tremendo grito.