Narra Dany
Pfff… Son las 6:15 y hay alguien en la puerta de mi casa.
Espero que no sea Hunter, no tengo ánimos para hablar con ella. Además, no me ha venido a visitar y a ella le avisaron primero luego a mis padres y hermana. Como puedo me coloco un pantalón de dormir ya que siempre trato de dormir en ropa interior. Comienzo a bajar lento las gradas y agradezco que se haya detenido, pero baje por gusto. Comúnmente me levanto a las 5:30, pero ahora que estoy así mi día comienza desde las 7:30.
Voy para la cocina y escucho que insisten con el timbre.
Camino lo más rápido que puedo e iban a tocar otra vez, pero abro rápido la puerta.
Veo a una chica…
Muy lida, tal vez tenga unos 20 a 25 años. Un poco baja ya que yo soy más alto como por una cabeza. Tiene el cabello rubio y sus ojos son lo más llamativos. Un cuerpo… Normal.
Veamos cómo reacciona…
- ¿Sí? Las chicas exploradoras no pueden entrar aquí… ¿Quién te dejó entrar? – Digo viéndola hacia abajo. Agh…. Es muy baja me dolerá el cuello si siempre la veré tan pequeña.
-No soy una exploradora. Soy tu nueva asistente personal. Sara Spencer me envió – Dijo ella seria. Se resbala un poco su bolso y lo coloca nuevamente en su hombro.
-Ajam… Te equivocas no te contraté. Vete – Le digo cerrándole la puerta en la cara. Me dirijo hacia el sofá que está cerca de la puerta.
Observo si se va. Hace lo que creí, pero se sienta en un hermoso Audi. ¿Será de ella?
Tiene buen gusto debo de admitirlo.
Veo que saca su celular y llama a alguien. Se da la vuelta y deja a la vista un hermoso trasero. Se le marca muy bien en ese atuendo.
Cierro los ojos y espero. No sé qué espero, pero lo hago. Me paro y camino más rápido. Entro a mi habitación y busco unos jeans negros me los pongo y bajo.
Escucho como esos botines hacen eco en los escalones de la entrada. ¡¡Dios!!
Hay un silencio, pero ahora ella toca más fuerte que la vez anterior.
No le daré el gusto… La haré esperar.
Me siento nuevamente en el sofá y cierro los ojos.
Siento que es suficiente y me paro con el estúpido andador. Busco una polera en el sofá.
La encuentro y es gris.
Abro la puerta
- ¿¡Tú de nuevo!? Dije que no quería verte además no he contratado a nadie – Le digo aguantado la risa…
-Si no me dejas entrar aquí me tendrás todo, TODO el día. Y tu Publicista… David fue el que llamó a la agencia Manhattan S.A. Ellos me… - Blah, Blah.
No le dejo terminar ya que le estaba cerrando la puerta, Pero ella puso el pie impidiendo que se cierre.
-Vete… No necesito a nadie. Además, David no te contrataría. ¡¡VE-TE!! – Digo gritándole.
Su rostro que es de un tono blanco se puso de un color carmesí. Estaba enojada.
Diablos….
-Mira Danny – Dijo ella entrando debajo de mi brazo – No me importa si lo hiciste o no. A mí me contrataron para ser tu asistente personal y no es mi problema que tú no quieras tenerme aquí. Y si no quieres puedes llamar a Sara o a David – Dijo. Wow… Su seguridad es asombrosa – Así que vete haciendo la idea de que aquí estaré – Dice muy decidida y señalando el lugar donde está.
¡Joder! Ella hace que mi poca paciencia se extinga.
Suelto un suspiro muy pesado y paso mi mano por mi cabello.
Cierro la puerta de mi casa y la señalo.
-Okey… Quédate, pero más tarde hablaré con Sara y David. Les dejé muy en claro que yo no quiero a NINGUNA mujer en mi casa que me ayude. Así que vete haciendo la idea de que no te quedarás en mi casa todo el día – Digo utilizando las mismas palabras que ella había utilizado.
Tonta.
-Eres un engreído, un idiota, un tonto, un… Un ser inescrupuloso que no le importan los sentimientos de los demás. Tú eres un esperpento con cara de engendro mal hecho. Tú y tu superioridad hacia los demás es muchísima, me enferma saber que eres ese tipo de personas. Como eres un hijo de papi y mami tú… – No puedo creer.
Mi paciencia se acabó.
¡Diosito... Ayúdame! No quiero matarla.
- ¡NO TE IMPORTA COMO SEA YO! ¡DE IGUAL MANERA CUIDA ESA BOCA YA QUE YO SERÉ TU MALDITO JEFE Y MEJOR TENME COMO ALGUIEN BUENO, YA QUE SIENDO ALGUIEN MALO NO QUERRÁS NI OÍR MIS PISADAS! – Digo en un tremendo grito.
Me dieron ganas de decirle que lo sentí, pero ella se lo buscó. Este día empezó con el pie izquierdo… Tengo que mantenerme firme y actuar como jefe, además tiene que saber lo que conlleva trabajar para mi…
¡Dios… Ayúdame por favor!
-L-o… Lo siento – Diablos… ¿Ella se disculpó?
*Claro que sí idiota… Ella te ofendió* Dijo mi conciencia.
- ¿Qué? – Pregunto con el rostro confundido.
-Que lo siento – Dijo fuerte. Creo que se tragó todo el orgullo que tenía.
-Si te oí carajo… No tenías que gritar – Digo frunciendo las cejas – Solo que… Bueno después de lo que me dijiste creí que no pedirías perdón…. ¿No eres de esas chicas cursis y que lloran por todo no? – Joder… No me gustan las chicas que son débiles.
*Tu hermana*
Diablos… Ella es caso diferente.
-No. No soy tan cursi. ¿Llorar? Solo si es algo que lo amerita. No me puedes haces llorar tan fácil – Wow… No digo nada. No creí que fuera así ella se ve tan risueña.
Hay un maldito silencio incomodo… Nadie habla. Puedo ver que le gusta husmear. Ve mi sala y se centra en un balón pintado. Es bellísimo.
Tengo que romper este silencio incómodo.
-Okey – Digo después de un largo silencio – Siéntate. Llamaré a David… Pensaré en dejarte trabajar o no. No hagas ruido y… No te muevas – Digo yéndome para la cocina.
Me siento en una de las sillas de la mesa.
Elegí este lugar ya que enfrente mío se encuentra un enorme espejo. Podré ver si se acerca.
Cojo mi celular que estaba en la isla y marco a David.