La ausencia de mí

CAPITULO 2 SOLO

Estoy en mi cuarto. Terminé mi deber. Pero estoy aburrido.
Hoy es mi cumpleaños y no es algo que me emocione.
Solo lo veo como un recordatorio de lo mediocre que soy.
Con la edad que tengo hoy, no he logrado nada.
Y ni siquiera sé si algún día lo lograré.
Estoy aburrido.
Estoy aburrido.
Es frustrante.
Y es molesto esto.
No he podido dormir bien estas ultimas semanas aun que en la noche.
La oscuridad lo cubra todo,
y el silencio sea tan profundo
que puedo oír cómo late mi corazón.
Fuerte.
Como si intentara decirme algo.
Y ese algo es claro:
“Te sientes solo.”
No puedes dormir.
Te da ansiedad esa sensación de vacío,
de estar completamente solo.
Y eso no me deja estar tranquilo.
No me deja descansar.
Siento que estoy mal.
Siento que quiero llorar.
Quiero mostrar lo débil que soy.
Que quiero un abrazo.
Pero... ¿por qué no puedo decirlo?
¿Por qué siento que no es “la gran cosa”
como para contárselo a alguien?
Y si lo dijera…
si me atreviera a contarlo,
no tardaría en contradecirme,
intentando evitar ese momento incómodo
de verme débil frente a alguien más.
Tal vez eso me ha llevado
a esta incapacidad de conectar con alguien.
De sentirme útil.
De confiar en que hay un futuro para mí.
Estoy roto.
Y no sé si pueda unir las piezas,
como si fuera un simple rompecabezas,
pero con todas las esquinas cortadas,
para que jamás encajen.

Aunque en esos momentos que me siento así, me inspira mucho a escribir.
En cierto punto, me gustan los poemas. Me gusta que, con algunas palabras, se pueda expresar mucho.
Las personas que pueden estar profundamente enamoradas, o aquellas que gozan de la vida,
que de lo más malo y triste siempre ven lo bueno de ella...
o lo deprimente que puede ser un simple relato hecho por un humano roto.
Ese es mi punto de vista.
No sé si ustedes piensan lo mismo.
He escrito algunos, pero no los compartirle bueno tal vez algunos.

Este poema o escrito lo hice cuando me di cuenta la facilidad de bajar la mirada.
Como quien ya no espera nada cuando pasa cualquier situación...

SUELO
A veces, rendirme me resulta tan fácil
porque fracasar se ha convertido en mi día a día.
Ya no duele tanto cuando te acostumbras,
cuando el suelo se siente como un viejo amigo
pero aquí estoy
con la mirada cansada,
el alma rota,
y un corazón que aún late, aunque nadie lo escuche.

SOLO TUYO
Quiero ser solo tuyo. Quiero vivir dentro de ti.
Un abrazo no basta.
Desuella mi piel y úsala como abrigo.

Los besos tampoco bastan.
Arráncame los labios y cómelos con pasión.

Sácame el corazón.
Llévalo colgado al cuello,
para que me tengas como nadie más podría tenerme.

UNO SOLO
Te devoré.
Sin dientes.
No quise tu piel.
Quise lo que habitaba debajo.
Tu corazón, el que nadie ve.
No fue hambre.
Fue amor.
Un amor que no muere.
Que no se sacia.
Me aprendí tus gestos.
Me bebí tus miedos.
Me comí tus recuerdos.
Hasta que fui tú.
Y ahora tu voz vive en mi garganta.
Tus lágrimas brotan de mis ojos.
Te amó tanto.
¿Qué te digiero?
Lento, obsesivamente.
Mientras pienso en ti.

Sé que te preguntarás qué acabas de leer.
Pero déjame decirte algo:
pienso que la metáfora del canibalismo es bastante expresiva.
Cuando dos personas se aman,
son una sola.
¿Y qué mayor unión puede existir
que devorar a la persona que amas
y que también te ama,
mutuamente?




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