Georgina
Esta ha sido la peor cena a la que he ido y vaya que he ido a malas cenas, será uno de los restaurantes más caros del estado, pero es patético, en estos momentos solo deseo irme a McDonald's.
Las porciones de comida son una maldita burla, la música del lugar me da sueño, quiero ver mi teléfono, pero sé que no puedo hacerlo.
Arturo se fue a la barra desde hace mucho rato, lo puedo ver desde nuestra mesa hablando con unos tipos que tienen pinta intimidante a la vista de cualquier otra persona, porque a mi no me dan miedo.
-Señorita ¿Traigo la comida o va a esperar al señor? - preguntó el camarero.
-Voy a esperarlo-
- ¿Desea algo más? -
-Un vaso del whisky más fuerte que tenga sin hielo por favor- el tipo me vio raro, pero luego se fue.
Mis viernes por la noche son más interesantes, si todos mis fines de semana van a ser así necesitaré litros y litros de whisky.
-De verdad que esta es diferente a la señora Jocelyn- escuché decir a uno de los escoltas.
¿Quién es la famosa Jocelyn?
-Aquí está su orden-
-Gracias- me tomé todo el contenido del vaso de una sola. – otro por favor-
El whisky está riquísimo es lo único positivo de esta noche.
-Tenga- al igual que el anterior me lo tomé de una sola y le hice una seña de que me trajera más.
-Señorita debería bajarle la velocidad a la bebida, el señor se va molestar- habló uno de sus escoltas.
-No me interesa en lo más mínimo-
Diez whiskys después Arturo al fin apareció. El mesero me trajo otro whisky e hice el mismo procedimiento que con los anteriores.
-Ahora si puedes traer la comida y otro de estos- señalé el vaso, pero él tipo ni se movió parecía esperar ordenes de Arturo.
- ¿Cuántos de estos lleva? -
-Unos 12 señor- respondió uno de sus escoltas.
- ¿Qué parte de cuidarla no entendieron? -
-Señor nosotros le advertimos, pero ella...-
-Debiste llamarme-
-Déjalos tranquilos-
-Trae la comida- le pidió al mesero- ¿Qué demonios pasa contigo? – preguntó por lo bajo.
-Relájate-
- ¿Relajarme? -
Ok creo que lo altere.
-No me alcoholizo fácil tranquilo-
-No me interesa te dije que te comportaras-
No querido a mi no me andas mandando.
-Voy al baño- tiré la servilleta y me fui súper rápido al baño.
Que se joda no me voy a comportar como sumisa, yo no soy así, debería estar agradecido de que no hice nada estúpido.
Entre a uno de los cubículos del baño y me senté, intento calmarme para no gritarle y decirle hasta del mal que se va a morir.
- ¡GEORGINA! – sonaba arrechísimo.
¿De verdad se metió al baño de mujeres?
No sé porque la situación me excita, bueno digamos que tengo la fantasía de hacerlo en un baño así y estando ambos arrechos.
Esa es una de mis fantasías más normales.
Escuché como pateaba cada uno de los cubículos del baño, son como 10 y justo estoy en el último.
Oí como pateo la puerta del cubículo donde estoy.
-Georgina abre la maldita puerta-
<Ok Gina es momento de salir súper regia como si nada>
Salí me paré frente al espejo y me retoqué el labial, él solo me observaba.
- ¿Te vas a hacer la loca? - no le respondí- te estoy hablando-
No se como le hizo, pero me pegó de la pared y me acorraló ahí.
-Mírame- me hizo mirarlo.
Esa mirada arrecha me excita.
¡Diosito Help me!
- ¿Qué pasa? - pregunte con una expresión maliciosa en mi cara.
- ¡No te hagas la estúpida! - me agarró del mentón.
He despertado al demonio y eso me gusta.
Mi gente creo que hoy follo.
Uní mi frente a la suya, la expresión de sorpresa en su cara fue única y justo cuando nuestros labios iban a rozar nos interrumpieron.
¡Maldita sea pana!
-Señor lamento interrumpir-
-Deberías lamentarlo, lo que sea que esté pasando va a tener que esperar- su mirada volvió a mí.
-Se infiltraron unos tipos de un cartel de Bolivia, debemos irnos señor-
-Llévala a la casa- sacó su arma.
-No me voy a ningún lado sin ti-
Ahora estoy procesando lo que acabo de decirle, literalmente lo acabo de conocer y ya me importa no puede ser.
-Es una orden-
-Pues no la voy a cumplir, de acá no voy sin ti-
Se quito de mi lado y se dirigió a la puerta del baño, fui detrás de él, al salir del baño solo se escuchaban gritos y balas.
Esto no se parece en nada a los líos en bares.
-Vete con Sánchez y espérame en el carro-
-Te esperaré en el carro, pero él se queda contigo-
-Está bien, solo...ten cuidado- me dio las llaves del carro y me fui.
Justo cuando iba llegando a la salida del restaurante alguien me agarró por detrás.
- ¡SUELTAME COÑÍSIMO DE TU MADRE! -
-Claro que no, eres la puta de Indriago-
Nunca me había dolido que me dijeran así, pero sus en este momento no sé porque me dolió y me llenó de rabia.
Empecé a forcejear con el hombre hasta que me solté, pero el tipo sacó una pistola.
Lentamente me acerqué y lo pateé justo en la entrepierna, soltó la pistola y no lo pensé dos veces para agarrarla.
Vi que el tipo se levantaba y obviamente estaba arrecho.
<Dispárale estúpida, es eso o morir> habló mi subconsciente.
Solo hazlo como en las películas.
Agarré la pistola con ambas manos y le disparé en la pierna, ya que esa fue la recomendación del papá de Bea "siempre atacar piernas, manzana de Adán y entrepierna".
Corrí hasta el estacionamiento y justo cuando pensé que saldría ganando pues no, salieron cinco tipos de yo no sé dónde.
<Estoy acabada>
Arturo
Me sentía mal por dejar a Georgina sola en la mesa toda la noche, cada que podía la veía desde la barra.