La Baby Del Mafioso (libro 1 De La Saga Indriagos)

Capítulo 20: Revelaciones

Arturo

-¿Cómo supiste que estaba acá?-

-Porque aquí se esconden las víboras como tú-

-Extrañaba esto sabes-se me acercó.- tu y yo así juntitos como en los viejos tiempos-

-Aléjate- saqué mi pistola y le apunté.

-Ok entonces juguemos- sacó una pistola de la parte de atrás de sus jeans.

-¿Qué es lo que quieres maldita desquiciada?-

-Primero me bajas el tonito rey, y bueno creo que la pregunta correcta seria que no quiero, porque en realidad lo quiero todo- me miró con malicia.

-Supongo que quieres plata esencialmente-

-Ciertamente, pero también quiero de vuelta mi trono a tu lado - 

-Imposible-

Empezó a caminar en círculos moviendo la pistola de un lado a otro.

-Todos cometemos errores mi rey pero tenemos derecho a redimirnos, ¿no crees?-

-Deja de decir tantas pendejadas-

-Eramos imparables, yo era la perfecta versión de una de las muñecas de la mafia, la dueña y señora de todo, la puta reina del castillo, pero ¡ME LO QUITASTE!- puso cara de psicópata.

-¿Qué esperabas que te aplaudiera por acostarte con mi supuesto amigo?-

-¿Lo mataste no?-

-Si y si quieres visitarlo visítalo en el puto río- dije con frialdad.

Su expresión cambió a una triste y melancólica.

<Definitivamente esta mujer está desquiciada y lo demás es cuento oyó>

-Él era mi amigo-

-Tu amigo al que se lo mamabas y te lo cogías-

-Deja los celos-

-¿Qué celos voy a tener yo de un muerto?-

-Deberías porque me cogía tan rico el desgraciado-

-¿Y? se hubieran abierto un onlyfans o grabado una película porno o que se yo, me vale verga Jocelyn así de sencillo-

-Yo te sigo amando- se acercó y volví a apuntarle.

-¿Te estás escuchando? Dices puras tonterías, yo ya no soy el mismo pendejo que se comía todos tus cuentos eso se acabó, tu lo único que me generas es asco y pena-

-No hables así de mí, fuí tu maldita esposa, soporté todo de tí, estuve contigo siempre-

-¡TE EMBARAZASTE PARA QUE ME CASARA CONTIGO! Yo nunca te hubiera pedido ser mi esposa si no hubiera sido por eso, te juro que ahorita no tuvieramos esta conversación-

-Yo sé que muy aparte de eso me amas-

-Amaba, ojo con eso, las señales siempre estuvieron claras pero yo fui un pendejo al caer en tu trampa, siempre fuiste una superficial, los primeros años te quedaste con tu careta de chica buena pero poco a poco te fuiste quitando-

-Tu me convertiste en este monstruo- 

-No yo nunca te dije que fueras tan maldita como ahora, ni te dije que te embarazaras-

-Nuestro bebé no tiene nada que ver aquí-

-Claro que sí porque tu lo mataste- espeté con furia- ¡TÚ MATASTE A MI HIJO MALDITA BRUJA!-

-¡YO NO MATÉ A NADIE!-

-Entonces ¿ahogar a un recién nacido con una almohada no es matar?- palideció al instante- ¿Creíste que nunca me enteraría?

-Fue un accidente, un arranque de locura perdóname-

-Te lo dejé pasar, lo justifiqué con muchas cosas y ahora esto me lo termina de confirmar que no fue un accidente que eso lo tenías planeado-

-Yo no quise matar a Stefano, fue un accidente- sollozó.- sabes de mi depresión post-parto-

-Que depresión ni que mierdas, no te convenía que el bebé viviera y lo sabes-

-¡SI! Lo acepto no me convenía pero me costó hacer eso pero tu igual no hiciste nada-

-No hice nada porque te amaba, desgraciadamente te amaba con todo mi ser pero igual la culpa de no haber hecho nada por él me persigue todos los malditos días-

-Por favor perdóname, intentemos de nuevo, tengamos otro bebé y...-

-¡YA CÁLLATE! NO VOY A VOLVER CONTIGO NI PORQUE MI VIDA DEPENDA DE ESO-

-¿Y si la vida de tu zorrita está en peligro?- su cara se volvió malvada.

-Ni se te ocurra ponerle un dedo encima maldita enferma-

-Efectivamente ella es tu debilidad, me da un poco de celos porque yo nunca llegué a ser tu debilidad por más que prácticamente yo fuera el puto amor de tu vida-

-No te vas a meter con ella, esto es entre tu y yo-

-Oh no, esto es entre los tres cariño porque tú la metiste en este lío sin querer queriendo-

-Esto es entre tu y yo-

-No-

-¿Cuánto quieres?-

-No lo sé- se acarició el cabello.

-Si lo sabes-

-Bueno te voy a salir carita mi amor-

-Ay no me vengas a joder-

-Tengo documentos importantes- sacó una carpeta de su cartera- y amigos poderosos a los que esto les conviene-

-Entonces si estás con los bolivianos-

-Quizás- se encogió de hombros.

-Si llegamos a hacer un pacto o llegar a un acuerdo ¿Qué me garantiza que no irás corriendo con ellos a la primera información importante que tengas?-

-Soy de fiar, te doy mi palabra-

-¿La misma palabra que me diste cuando nos casamos? no gracias-

-Confía en mi-

-Tienes una maldita pistola en la mano, no confió en tí, aparte no creo que estés trabajando sola-

-Ok- pone la pistola en el piso.- baja la tuya también-

 Guardé la pistola en la pretina de mi pantalón no soy tan idiota como para tirarla al piso, porque seguramente hay alguien por ahí o ella tiene una pistola metida en quien sabe dónde.

-Ya que estamos en paz, quiero pedirte ser parte de la mafia, activamente por supuesto, aparte por los papeles necesito cuatro millones, de dólares ojo con eso, los bolívares como sabrás y comprenderás no me sirven-

-¿Qué más quieres? ¿Un unicornio, una sirena o a un dios del Olimpo?-

-No te hagas el gracioso conmigo querido-

-Y tú no creas que te voy a dar todo eso-

-Si me das todo eso estaremos en paz definitivamente-

-Ni tu te crees eso-

-Anda por los viejos tiempos- me tomó del brazo y me miró con ternura.

-Suéltame- saqué mi pistola y le apunté- ¡ME TIENES MAMADO!-




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