No pensé que esto pasaría tan rápido. Había estado recibiendo señales en sueños que debía seguir, señales que me llevaron a salir incluso de la aldea, cosa que está completamente prohibida, a no ser que se trate de algo de suma importancia, pero, cómo iba a explicarle a mis superiores que debía salir a perseguir objetos que me decía alguien en sueños, era algo sin pies ni cabeza, que me ganaría el título de ¨lunático del milenio¨. Al inicio las señales eran algo que parecía tan sencillo como ¨sigue al conejo¨, cosa que me llevó a cruzar media aldea durante una madrugada para que al final se metiera en un agujero muy profundo en un árbol. De pronto una luz apareció una noche de entrenamiento, todos los presentes nos maravillamos, pensando que era una aurora boreal o algo así, cosa que le haría justicia, puesto que estábamos en un bosque protegido por magia en Fairbanks, Alaska, pero no le tomamos atención luego de entrenar, hasta que oí su voz otra vez, la voz que me daba las señales, jamás había logrado reconocerla, pero se me volvía extrañamente familiar.-Sigue la luz Chris, será la última señal, cuando esta se detenga, lo que has buscado, por fin aparecerá- dijo,desperté confundido, como lo hacía luego de escuchar su voz.-lo que he estado buscando?-pensé, me puse el uniforme, las botas y salí de la cabana, la luz estaba justo encima de mi, empezó a moverse rápidamente, por lo que decidí obedecer al que solía infiltrarse en mis sueños. La luz empezó a alejarse cada vez más de mi cabaña, pero no me importo, si esa luz era el final de esa odisea, valía la pena, la luz llegó hasta los límites de la aldea y se detuvo, como invitándome a regresar si no estaba dispuesto a continuar, mis mente me indicaba que lo correcto era salir de ahí corriendo por mi vida como un chiquillo llorón, pero mis instintos decían lo contrario, que si decidía desertar ahora, las señales que perseguí durante semanas serian en vano, por lo que luego de unos cinco minutos de considerarlo mucho, tomé una decisión.-lo siento mucho, señor Aaron, espero pueda perdonarme- dije, y salí de los límites de la aldea. Al principio me sentí asustado, puesto que jamás había estado solo en ese lugar, que solíamos usar para entrenamientos de combate durante ciertas épocas del año, pero seguíamos protegidos, ante cualquier circunstancia, podríamos volver rápidamente a la aldea y problema resuelto, pero está vez era distinto, estaba solo, muy lejos de la protección de la aldea, y sin un permiso especial para poder transformarme, genial, era la mejor decisión que había tomado en mi vida, la luz empezó a alejarse mucho, y a gran velocidad, no podría alcanzarla en mi forma común, debía transformarme para poder seguirle el paso, de otro modo, terminaría siendo dejado atrás por ella, así que eso hice, me transforme en lobo y seguí la luz, cada vez me sentía más expuesto, observado y temeroso de lo que pudiera pasar, por lo cual no podía abrir portales, aparte, podía perder de vista la luz, lo cual no era el plan solía ser bastante fuerte y valiente en situaciones difíciles, pero, cuando se trata de romper las reglas, pues digamos que no, en situaciones así puedo ser igual de blandengue que cualquier niño. Decidí seguir la luz por rutas poco usadas por los humanos, era fácil determinarlas usando el olfato, pero aún así, me exponía gravemente a ser visto, cosa que pasó, un hombre adulto me observó con asombro mientras recorría la ruta, esperaba que me diera un tiro con la escopeta que llevaba en la mano, pero me sentí supremamente aliviado cuando se limitó a lanzarme un trozo del venado que traía en sus hombros, cosa que me llevó a pensar en cuan descuidados pueden ser los humanos, que si fuese un lobo común le hubiese arrancado la cabeza como un melón, pero ese era otro tema, seguí mi persecución, que me llevó a atravesar un trecho bastante grande de Canadá, en él que fui esquivando cualquier indicio de rutas humanas, puesto que nada me aseguraba que corriese con la misma suerte 2 veces, atravesé rápidamente Alberta y me encontré nuevamente en territorio estadounidense, la luz me había llevado hasta Montana, empezó a avanzar más lentamente y a descender, hasta que me llevó a un bosque de la zona, que estaba cerca de un extraño edificio que jamás había visto en mi vida, ni en los libros de la biblioteca de la aldea, la luz se detuvo y bajó hasta un punto en él que pude poner mi pata en ella, recuperé mi forma común y me intente adentrar en la luz , con la esperanza de que fuera un portal, pero, de ella salió una entidad de color rojo, parecía un hombre y cuando habló, los pocos pelos de mi estado actual se pusieron de punta.-lo has logrado Chris, has llegado al final de esta travesía, finalmente la profecía deberá cumplirse, has sido digno de mi elección, digno de llevar mi sangre, la de nuestra familia, la sangre de uno de los elegidos para cumplir la profecía, será tu trabajo y protegerlos en su camino, debo partir, ahora que cumplí mi deber, nos veremos muy pronto, se valiente y fuerte, hasta que ese día llegue- entró en la luz y desapareció, caí de rodillas, abrumado por lo que mis ojos acababan de presenciar, me senté en una roca, con muchísimas dudas, llevar su sangre? la sangre de uno de los elegidos? había más de uno en la profecía?, como fuera, no tenía tiempo para esas preguntas justo en ese lugar, determiné la hora usando la luna, calculé que eran al menos las 4:00 AM, tenía 2 horas para llegar de nuevo a Alaska, lo cual no era un problema, podía llegar mediante portales, lo que sí era un problema era cómo iba a entrar otra vez en la aldea, luego de varias madrugadas de seguir las señales de este sujeto, me enteré de que la seguridad se incrementaba en esas horas, por lo que si alguien lograba verme, me metería en serios problemas. Me puse en marcha, abrí el primer portal y lo atravesé, tuve mucha suerte, puesto que aparecí relativamente cerca de la aldea, cosa que no pasaba a menudo, recorrí la distancia hasta la aldea, y justo como lo predije, había una gran cantidad de personas haciendo guardia, logré colarme entre ellos y llegue hasta mi cabaña, me puse ropa y me metí en la cama, no logré dormir mucho, desperté varias veces en esa hora y media que me quedaba, hasta que llegaron las 6:00 AM, los entrenadores nos sacaron de las cabañas, era hora de desayunar, Alice se acercó y me dio un golpe en la espalda.-Te vi anoche, cuando salías de la aldea- dijo mientras se servía comida- que estabas buscando ahí?- el corazón se me paralizó, me quedé inmóvil, no sabía que responder