3 - Alara - 2

Alara se sentó en el Cóndor a esperar por sus padawans mientras pensaba en lo que había aprendido en los días que habían pasado, estaba segura de que algo iba a sorprenderlos en su viaje, pero solo podía pensar en Shin. Mirabella apareció por la rampa para sentarse a su lado y acariciar su mano a la pasada.
“Quería hablar contigo, Ali. No he podido dedicarte mucho tiempo.” Dijo sin cuidado la espía.
“No es…”
“Nada, soy tu amiga…” Interrumpió ofendida Mirabella. “¿Cómo estás?”
“No sé… extraño a mi Shin.” Respondió acongojada Alara. “Estos días he terminado de comprender las advertencias de mis maestros en la Orden Jedi.” Agregó mirando a su amiga. “Es difícil lidiar con todos estos sentimientos al mismo tiempo… Shin me advirtió que todos son distintos, que todos tienen sus propios caminos a recorrer y pueden modificar tu comportamiento de varias maneras… En estos momentos lo único que quiero hacer es tomar el mando de esta nave e ir a recuperar la Joya.”
“No sé qué haría en tu lugar, Ali…” Dijo pensante la espía. “No sé qué te habrá dicho mi jefe, pero en el momento que decidas retomar la Joya estaré para ayudarte.”
“Gracias…” Dijo apenada Alara.
“Estaba sorprendido contigo, él quería lidiar con Shin, ya que lo ha estado estudiando todos estos años.” Dijo penaste Mirabella. “En cambio, se encontró contigo.”
“Como ya he dicho, Shin me enseñó que la contemplación es una elección.” Dijo con seguridad Alara. “No voy a permitir que estudiar al enemigo cueste vidas amigas.”
“Parece que vas a tener que lidiar con él, creo que quiere encargarse de la comunicación con ustedes, por lo que me dijo, sus consejeros no querían ni acercarse a ustedes.” Dijo pensante Mirabella. “Yo anuncié mi preferencia por ustedes… Ellos a veces deciden que lo mejor es…”
“Entiendo, Mirabella.” Interrumpió pensante Alara. “¿Tienes que ir a pelear al frente?”
“Por ahora, no. Estoy coordinando las fuerzas y llevando a cabo una inspección en la Orden. Desde que Shin me dio los nombres de los espías que no tengo nuevas noticias, así que quiero estar segura de que no tienen a nadie oculto en un lugar inesperado.”
“Hussan y Artemios tienen la idea de que el tiempo de sutilezas ha pasado.” Pensó en voz alta Alara. “Yo creo lo mismo, Malgus es lo que la Fuerza nos está poniendo enfrente y… con Shin perdido en la Cascada, creo que puedo confiar en que no vamos a tener problemas desde ese lado de la galaxia.”
“No me preocuparía mucho por tu prometido, Ali. Tú sabes cómo es, no creo que puedan separarlo de ti, derrotó a los siths más poderosos de la galaxia solo para hablar contigo.” Dijo sonriente Mirabella. “Tendría que marcharme… quiero que me tengas al día con tu misión, en el momento que necesites apoyo y extracción solo tienes que llamarme, tengo una nave y un equipo jedi esperando por ti.”
“Entendido, no sé si los jedis querrán trabajar con nosotros, la mayoría nos llaman siths…” Dijo apenada Alara. “Espero que mis padawans no se arrepientan de sus decisiones.”
“No creo que lo vayas a permitir, Ali.” Dijo sonriente Mirabella. “No te preocupes por la Orden, yo me encargo de que sean responsables…”
Mirabella se puso de pie para marcharse cuando Vitti apareció en el holo de Alara. La twi’lek estaba animada y llena de energía.
“¡Ali! Ve directo a la sala de comunicaciones, tengo algo para ti.” Dijo para desaparecer al instante.
Las mujeres intercambiaron una mirada para luego marcharse hacia la sala. Allí encontraron a sus amigos mientras detrás de ellas venían sus padawans. Alara sonrió al ver la imagen de su prometido en un proyector, su armadura estaba gastada y marcada. Shin estaba mirando hacia un lado cuando empezó a hablar.
“Ya sé que hay minúsculas posibilidades de que este mensaje llegue a destino, yo también calculé las probabilidades.” Decía ofuscado. “Deberías descansar, Keyfour. No me hagas ir hasta allí para apagarte.” Agregó con malicia.
Shin miró hacia el frente mientras jugaba con su máscara.
“Preciosa…” Agregó con seriedad. “Voy a empezar por lo importante. Tu misión principal va a ser preparar la boda, lo primero que voy a hacer cuando vuelva es casarme contigo, no quiero seguir viviendo sin ser tu esposo.” Terminó sonriente.
Todos sintieron un gran alivio cuando escucharon las palabras de su líder, Vaner llegó junto a Hussan para escucharlo.
“No sé qué decir, estoy bien, tu comida en mi cinturón me ha ayudado bastante. Estoy cuidando a Keyfour lo mejor que puedo, ha probado ser un gran astromech de exploración estos días. Ya estoy arrepentido de haberte dejado de ese lado de la galaxia, pero he tomado la decisión correcta, te necesitan más que yo por esos lados. La galaxia necesita alguien como tú en estos momentos, recuerda que estás a cargo de la situación, has todo como sientas que es correcto.” Dijo mientras caminaba de un lado a otro. “Estoy grabando esto porque tengo un par de horas libres y puede que el mensaje nunca te llegue, pero si eso pasa podremos ver estas grabaciones juntos. Espero que los problemas que te dejé no sean muy complicados… Estoy, no sé dónde estoy, Keyfour me dio un ID del planeta, pero la verdad es que no estoy seguro de nada. Nuestro enlace parece no funcionar, estoy asumiendo un poco, pero es culpa de lo que pasó en la Cascada. La Fuerza está… muerta, por falta de otra palabra. Soy una isla en un océano de oscuridad. Todo está desconectado de ella, no puedo poner otras palabras. Mis habilidades no funcionan con precisión y no puedo conectarme con el lado de la luz con facilidad. He intentado usar mi telequinesis y es como si nunca la hubiera usado en mi vida. Hice un par de amigos en este planeta, su nombre son los Enon y no son nuestros enemigos, son unos anfibios que viven en los viejos túneles de los trenes de su arruinada civilización. Los que nosotros encontramos ellos los llaman máquinas. Estas máquinas aparecieron de las estrellas y los sumieron en la oscuridad, prometo traer algo más parecido a la verdad, solo he escuchado leyendas de mis nuevos amigos. Espero que estén estudiando a los que derrotamos, yo puedo anunciar algunos detalles que encontramos en un servidor. Estas criaturas son… software y su hardware es biológico. Es todo lo que sé por lo pronto, está en mi lista de tareas a aprender en este lugar. No sentirte en la distancia es una tortura, pero me imagino que nuestra conexión necesita a la Fuerza para comunicarse, aquí estoy rodeado de… nada. No abran esa compuerta, preciosa. En mi lista de tareas esta buscar una forma de volver, pero me imagino que estas máquinas tendrán más de esas naves en algún lugar. Alara, te extraño mucho, pero no te preocupes por mí. Prometo grabar otro mensaje cuando tenga noticias, incluso sin saber que este llegó a tus ojos.”
Shin caminó un par de pasos hacia lo que estaba grabando para dedicarle una sonrisa. Alara se quedó con esa imagen, que era la última, mientras se apoyaba contra una de las paredes.
“Ahí tienes a tu prometido…” Dijo divertida Vitti cuando apareció en imagen. “No sé cómo envió ese mensaje, pero… Ah, tienes razón, Vera.” Agregó mirando fuera de cámara. “Shin instaló una antena rakata en Keyfour, la Joya debe estar funcionando de receptor…”
“Gracias por la sorpresa, Vitti.” Dijo apenada Alara.
“Si envía otro serás la primera en escucharlo, Ali. Las chicas están listas para la misión.” Agregó pensante la twi’lek.
“Entendido, ya tienen los detalles, están a cargo de Artemios y Vatse.” Dijo pensante Alara. “Estúpido…”
“Lo de las máquinas es preocupante…” Dijo pensante Vaner.
“Uzuri y el resto de los científicos siguen estudiando los restos, Vitti, querían tu ayuda en Coruscant, me dijo que tú eras la única que tenía algún tipo de experiencia con esas criaturas.” Dijo en voz alta Alara.
“No sé, ya desarmé uno… Las chicas me dejan de pasada. Shia dice que va a ayudarte con la boda, Ali.” Dijo divertida la twi’lek.
Alara estaba sintiendo un gran alivio en esos momentos gracias a lo que había escuchado.
“Yo me encargo de darle las noticias a Uzuri, supongo que aporta al estudio…” Agregó pensante. “Nos vemos pronto.”
Alara se puso de pie con ayuda de Mirabella lista para seguir con su día.