Crecí escuchando:
Tienen Oídos las paredes y Ojos las ventanas.
No lo entendía y tal vez sigo sin hacerlo, aunque si lo pensamos bien, las casas son nuestros únicos cómplices, esos escudos reforzados que son incapaces de de delatar a sus inquilinos de lo que ven y escuchan. Guardan nuestros secretos, problemas, justicias e injusticias, ellas ven todo lo que ocurre y nos dan el calor y La Paz cuando lo requerimos, Las casas son nosotros.
Hogar dulce hogar.
Mar campos. (M.C).