Los tres chicos llegaron al bar con mucho entusiasmo, hablaban sonoramente, tiempo después pidieron el primer trago, para gran sorpresa de Eli incluso del mismo Alan quedaron atonados por la resistencia por el licor que poseía Lys, el humor de Eli varió cuando vio como cierta morena se escapa al capo de visión de Alan.
Eli mordía su labio con impaciencia mientras veía como aquella chica coqueteaba con su humano, y este le seguía aquel tonto juego.
Una chica bastante Linda de cabellos largos rizados hasta su cintura, ojos oscuros que desprendían coquetería, era bastante delgada, tenía un vestido verde bastante corto que resaltaba su hermoso color de piel moreno y curvas fenomenales labios gruesos, sus pasos eran delicados y estratégicos, como un león cazando a su presa.
Y aquel pequeño joven de cabellos rojizos, con sonrojo encantador y un poco tomado era la siguiente comida de la chica, aunque eso Eli jamás lo permitiría.
La chica se acercaba peligrosamente a Alan y la vampira se alertó cuando vio como a la chica le cambiaban los ojos a un color morado, aquello la sorprendió, pues era bien sabido que aquellos vampiros eran superiores, eran atrayentes y tenían mucho más poder, también estos ojos querían decir que su humano se encontraba en peligro, pues estaba siendo controlado por la vampira superior.
—Lys— Eli intentó buscar a su compañera de aventura, si ella se acercaba podía ser vista por la vampira, sin embargo, la chica estaba muy ocupada bailando con un joven.
—Lys, ven, Rebecca está aquí—susurró Eli, la pareció entender pues se despegó del chico y caminaba había donde ella.
—¿Sí?— preguntó alargando mucho la "i" para después reír.
—Lys, tienes que ir por Alan— la chica la miró por unos segundos y después río.
—¿Sabías que le dice un piojo a un calvo?— Eli la miró con una ceja alzada.
—¿Qué?— claramente su respuesta fue por estar desconcertada, no obstante, la chica lo tomó como una iniciativa para seguir con su chiste.
—No te agaches que me caigo— dijo para después soltar grandes carcajadas, algunas personas la miraban con una ceja alzada, sobre todo aquellos que no estaban ebrios, por el contrario de los borrachos, quienes se reían con ella aunque no tuvieran ni idea de cuál era la causa de su risa.
Eli iba a reprochar, pero la chica puso un dedo en su boca y emitió un «Shh»
Lys se acercó hasta donde estaba Alan, tocó su hombro y este volteó como el exorcista.
—Alan, Quiero irme a casa, me duele la cabeza—Lys miró a la chica al lado de su mejor amigo, era linda sí, pero Eli era mucho más bonita.
—Claro— El chico tambaleó hasta donde su amiga y los dos se abrazaron, en un momento emotivo ambos empiezan a saltar y a gritar cursilerías mientras Eli los veía en una esquina con bastante vergüenza.
Lys se separa con rapidez de su amigo, este hasta un puchero por el repentino alejamiento e iba a protestar, pero Lys no le permitió hablar y soltó toda su cena, palomitas y tragos, vomitó y se escuchó un gran grito, Eli abrió los ojos en grande viendo la escena, su compañera había vomitado nada y nada menos que los zapatos de la vampira.
—Lo lamento— se disculpó Alan con la chica, la vampira salió con furia del lugar, llenando el lugar de la sustancia que había soltado anteriormente Lys.
Eli ayudó a los chicos a sentarse en una mesa mientras que alguien hacía el aseo por las diferentes quejas de los clientes.
Ambos reían de cosas sin sentido, de vez en cuando se abrazaban, Eli se sentía un poco incómoda, aunque no dijo nada y veía en silencio a los chicos.
—¿Sabes? Te quiero muchoooo— Alan habló alargando la última letra.
—yo también.. también, que gracioso suena «También» — soltó unas risas extrañas.
Ambos se quedaron en silencio por un largo tiempo, posteriormente Lys volvió a hablar.
—Alan, di Fresa— Eli estaba más que confundida, ¿Dónde había quedado la chica que era resistente al trago?
—Mora— Alan habló arrastrando las palabras cómo estás fuesen difíciles de pronunciar.
—Tu abuela hace postre de calabaza—Eli suspiró esperando la reacción de su humano, pensó que iba a reír como lo había hecho anteriormente, sin embargo, hizo todo lo contrario, se sentó en el piso mientras lloraba y cruzaba sus brazos.
—Lys mala— Al parecer el llanto del chico afectó a Lys, pues esta de igualmente, adoptó la misma postura y comenzó a llorar.
—Ninguno es malo chicos, todo está bien, vamos— los chicos se miraron entre sí, y se levantaron sonrientes, las personas a su alrededor los miraban extrañados, no era normal ver a dos chicos actuando de esa manera.
—Eli, me duelen los pies— pucheó Lys, Eli río con ternura.
-—Lys, ¿Puedes quedarte a dormir en mi apartamento?— Lys asintió somnolienta.
—¡Pijama..piya...pijamada!— sugirió Alan y Lys asintió.
—¡Yo quiero!— Eli negó, y recibió un puchero, bueno, recibió dos pucheros.
Aquellos chicos desbordaban ternura.
—Chicos, no pueden quedarse en mi casa, no hay suficiente espacio— intentó argumentar, sin embargo, aquellos chicos aún con alcohol en su sangre sabían que decir.
—Podemos quedarnos en casa de Alan— Habló Lys.
—¿kiss?— Alan río, Su amiga la miró con una ceja fruncida, ¿Quién era esa tal Kiss y por qué se quería robar a su amigo?
—¿Quién es Kiss?— Está vez fue
Fue Eli quien soltó una pequeña carcajada.
—kiss? no! I don't know anyone with that name— Eli se extrañó, no sabía que el chico hablaba otro idioma.
Alan vivió su infancia en Inglaterra después de la muerte de su abuelo, ahí creció hasta que su abuela decidió volver a su ciudad, nunca puso algo de su madre o de su padre, aquellos lo habían abandonado hacía muchísimo tiempo, su única figura de amor fue siempre Elisabeth, su abuela, aunque no conocía a su abuelo, sabía que aquella persona siempre fue muy amable y noble.
—¿Desde cuándo hablas Ruso?— preguntó Lys seguía riendo.