CAPÍTULO 02

— Bueno, me iré a trabajar. Espero y hagan lo mismo — Dice Hana.

— Ok — Dice Bangchan.

— No puede ser — Me toco la frente con mi dedo índice — Bueno, debo enseñarte como es todo aquí, ¿verdad?

— Sí, solo sé que se venden flores — Se ríe — Pero no te preocupes, yo aprendo rápido.

— Es bueno escuchar eso, necesito que te aprendas todo lo que te enseñaré — Dije un poco bajito, me había mareado.

— ¿Estás bien? — Pregunta algo preocupado.

— Sí, solo me mareé un poco — Trato de sonreír — Empecemos.

Comencé a enseñarle a Bangchan todo lo que mi hermana me había enseñado, luego llegó un cliente, y lo atendí para que él viera cómo era.

— Eres muy buena en esto — Sonríe.

— Gracias, cuando venga otro cliente, tú lo atenderás, ¿entendido? — Dije mientras me sentaba.

— Sí, creo que ya estoy listo — Suspira. Y al poco tiempo llegó un cliente — Déjamelo a mí.

— ¡Tú puedes Chan! — Levanto mis pulgares.

Estuve viendo cómo mi compañero de trabajo atendía a aquél cliente y no pude evitar reírme por lo torpe que era. Esto de tener a un compañero hace que el trabajo sea menos aburrido.

— ¿Cómo lo hice?

— Pues... lo hiciste bien para ser tu primera vez — Le di unas palmadas en su espalda.

— Gracias, eres buena enseñando — Sonríe.

— Lo sé jaja.

Y así fue todo el día, Bangchan y yo nos llevamos muy bien. Era la primera vez que no me aburría tanto en la florería.

Cuando se hizo la hora de cerrar, decidí comprar comida para no cocinar. No me sentía nada bien a pesar de que actué como si nada. Mi plan era llegar a casa y dormir para ver si me recuperaba y si mañana amanecía mal, iría al hospital.

— Agh, me duele la cabeza — Suspiré con frustración. Luego alguien tropezó conmigo.

— Lo siento, no te vi ¿te encuentras bien? — Dice un poco alterado.

— Sí — Me agacho para recoger las cosas que se me habían caído. Aquél chico iba ayudarme, pero se acercaban 4 señores con trajes negros hacia nosotros.

— Ahí está, ¡atrápenlo! — Dijo unos de ellos.

— Después te explico, no hay tiempo — Me agarra del brazo y luego comienza a correr.

No había puesto resistencia porque no tenía fuerzas, así que no podía zafarme.

— Aquí estaremos a salvo — El chico me empuja para caer sentada.

— A ver, ¿qué está pasando? — Pregunté un poco confundida mientras miraba el callejón donde estábamos escondidos.

— Me están persiguiendo...

— ¿Per, ... por qué?

— Porque...

El chico se quedó callado cuando escuchó a aquellos hombres acercarse.

— Se pone su dedo índice en sus labios.

— Creo que entraron a este callejón.

— Yo también lo creo, pero no los veo en ninguna parte.

— A lo mejor se fueron, sigamos buscando.

— Ese niñito las va a pagar bien caro.

Luego de que vimos que se fueron alejando, el chico Peli-negro suspiró aliviado.

— ¿Estás loco? — Me levanté rápidamente del piso — ¿Cómo te atreves a hacer eso?

— Lo siento, pero como ya te habían visto conmigo, te iban a perseguir también... — Dijo esto mientras se levantaba también.

— No me importa, no me metas en tus asuntos — Agarré mis cosas y salí de ese lugar.

— Lo siento.

Después de haberme alejado de ahí, decidí irme a casa, y no podía creer el dolor de cabeza que tenía. Cuando llegué me acosté en el sofá mientras trataba de relajarme, solo quería dormir.

Al día siguiente...

— Woojojo, te ves terrible — Dice Bangchan en un tono burlón — ¿Te sientes bien?

— Ash, eso quisiera. Ayer pasó algo súper raro y no me siento para nada bien. Creo que iré al hospital.

— Para ver — Coloca su mano en mi frente — Síp, tienes fiebre. Deberías ir al hospital.

— Bueno, ¿No hay problema de que te quedes trabajando solo?

— Para nada, puedo con esto. Ahora ve rápido al hospital.

— Gracias — Sonrío y me voy.