Me encuentro sentada en la ventana de mi habitación, este lugar es muy especial puedo ver el bosque que hay detrás del pueblo y un cielo con miles y miles de estrellas, es simplemente hermoso.
-¡Hey tú chica de la ventana!-escucho una voz pero la ignoro, prefiero seguir viendo el cielo nocturno y escuchar música que hacer caso a mundanos.
-¡Oye tú, veci!-me quito mis audífonos a regañadientes.
Mi mirada se posa en el piso de abajo pero no hay nadie.
-Hey! Veci Aquí arriba.
Mi cabeza mira hacia arriba, con lo que me encuentro es con un chico con cabello castanio un poco despeinado, una sonrisa colgate y lo que parece ser una pijama de ¿barney?.
-¿Qué diablos?-mi cara hace una mueca por la luz fosforescente que proviene de su ventana.
-Oye, me das la clave de tu wifi.
-¿Disculpa? -
-Que me des la clave de tu wifi.
-Oye tú, mundano loco me molestaste solo para eso.
-¿Mundano?-
Genial un vecino no lector
-Busca en google.
-Para investigar necesitó WiFi, así que ¿me das tu clave?.
-No-pongo pausa a la música, envuelvo mis audífonos en el celular lo guardo en mi chaqueta y despacio muevo mi pie izquierdo hasta topar el piso de mi habitación al estar mis dos pies sobre la tierra cierro la ventana.
-¡Oye espera!-
Abro mi ventana de nuevo.
-¡¿Qué?!-pregunto sacando mi cabeza y mirando hacia arriba.
-Enojona-el chico me saca la lengua y cierra su ventana.
-Pero que le pasa a este tipo-cierro mi ventana y me recuesto en mi cómoda cama, a los pocos instantes mi poder de dormir enseguida entra en acción.
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