-Alex más a la derecha, no un poco a la izquierda, mm. No sacarlo mejor pon este.
-¡Papá!-le digo asiendo un puchero y bajando de la pequeña escalera- Vamos más de media hora y no te gusta en que posición queda cada cuadro.
-Oye tú como osas hablarme así.
-¡Ay no! Otra vez te desvelaste viendo películas romanas.
-Callaos y dirigirte a tu a aposento.
-Papá tú estas...
El timbre interrumpe lo que iba a decir.
-Voy a acomodar el cuadro, ve abrir.
-Al fin volvimos a la normalidad.
-Esperad.
-¡Cuelga el cuadro!-grito saliendo de la habitación de papá y una gran sonrisa se plasma en mi rostro.
Al abrir la puerta mi sonrisa se borra enseguida.
-Hey vecina!-él chico de ayer levanta su mano en forma de saludo.Y yo pues, le cierro la puerta en la cara.Lo usual.
Otra vez el timbre.
Abro la puerta, él chico sigue ahí con una taza blanca en sus manos que no note antes y con cara de te a matar por cerrarme la puerta.
Después de un corto silencio, él habla.
-¿Me regalas azúcar? -
-Presta-le quitó la taza de sus manos sin antes cerrar la puerta, me dirigí hacia la alacena y lleno su taza de azúcar.Y regresó a la puerta.
-Aquí tienes-El solo sonríe y toma la taza.
-Y ahora, ¿Por qué te ríes chico de la pijama de barney?
-Oye no te burles-pone cara de ofendido, y yo indiscutible-mente comienzo a reír-Lo siento es inevitable tú cara es graciosa.
-Sabes te ves linda cuando sonríes-mi sonrisa se elimina de golpe,siento como el calor sube a mis mejillas.-Bueno veci, gracias por el azúcar.
-D....De nada-genial acabó de tartamudear.
-Aaah por cierto.-Su sonrisa aparece de nuevo-¡Azúcar!
-Jajaja, okay tranquilo mala imitación de Celia Cruz.
Él se da la vuelta y regresa a su piso.
Cierro la puerta ventilando mis mejillas.
¿Qué acaba de pasar?.