Introducción.
Una pelirroja de ojos color avellana miraba por la ventana mientras se preguntaba a si misma lo que significaba el amor. Ella a sus catorce años ya había cometido un acto tan vergonzoso como mandar cartas a esa persona que encendía su corazón.
¿Cómo reacciona alguien cuando esa persona solo la ve como una hermana?
El rechazo, esa acción la cual todo ser humano le teme.
A Frida le habían enseñado de todo. Todo menos como actuar ante ese sentimiento llamado amor.
Porque él no la quería, ella lo sabía.
Él jamás lograría amarla.
Ella era una hermana para él.
Pero… si solo él…
Si solo él descubriera que ella es la chica de las cartas todo sería diferente. ¿No es cierto?, esa era la gran mentira que la pelirroja obligaba a creer.
Sería distinto si él lo supiera.
“No te engañes, Frida”
Imagina que él me amara. Sería muy lindo que él me abrazara.
“Solo es una ilusión”
Beso. Imagina que él me besara.
“Jamás sucederá eso”
Pero imagina que…
Frida no se permitiría tirar ese sentimiento a la basura.