La chica de mis sueños

El desafío

Olivia se recargó en su silla de cuero, observando el techo de su oficina con una mezcla de emociones que oscilaban entre la determinación y el desasosiego. Había sido un día largo, pero su mente seguía llena de pensamientos. Abel estaba de vuelta, más encantador que nunca, pero acompañado de una novia que parecía ser un obstáculo en su camino hacia lo que siempre había deseado: su amor.

“Esto apenas comienza, Liv”, se dijo a sí misma mientras encendía su laptop. Decidió distraerse repasando los últimos detalles del proyecto, cuando de repente su teléfono sonó. Era un mensaje de Lina.

Lina: "Olivia, ¿te puedo llamar? Salí temprano de clases, y hay algo que no te dije sobre mi hermano…"

Con el ceño fruncido, Olivia dejó de lado el trabajo y respondió de inmediato:

Olivia: "Llámame ya. No me asustes."

El teléfono no tardó en sonar, y la voz de Lina sonó agitada.

—Liv, sé que me vas a matar, pero tienes que saber esto…

—Dime de una vez, Lina. Hoy ya tuve suficientes sorpresas.

Lina suspiró al otro lado de la línea.

—Esa ‘bicha’ de la que hablas… no es cualquier novia. Es su prometida.

El mundo de Olivia pareció detenerse. Sintió que el aire le faltaba por un instante.

—¿Qué? ¿Prometida? ¿Por qué no me dijiste esto antes?

—¡No quería que te enojaras conmigo! Además, no sabía cómo decírtelo… Mira, sé que esto es difícil para ti, pero Abel no es tan feliz como parece. Ella es… complicada. Mi mamá tampoco está contenta con esa relación, pero Abel insiste en que es lo mejor.

Olivia tomó aire para calmarse.

—Entonces hay una esperanza… —murmuró, y luego con más convicción agregó—: Lo siento, Lina, pero yo no me voy a rendir.

Lina se rió nerviosa.

—Eso ya lo sabía. Si alguien puede convencer a mi hermano de que cambie de opinión, eres tú. Pero, por favor, Liv, ten cuidado. No quiero que salgas lastimada.

—Tranquila, Lina. Tú solo concéntrate en graduarte. Lo demás lo manejo yo. Nos vemos mañana para hablar del proyecto.

—De acuerdo, preciosa. Y por favor, no hagas locuras…

—¿Yo? Nunca. —Olivia colgó con una sonrisa maliciosa.

Olivia permaneció sentada en su oficina, mirando al vacío. Sus pensamientos eran un torbellino. Había pasado tanto tiempo planeando este encuentro con Abel, imaginando cada detalle de cómo recuperaría su atención, que jamás se había preparado para un obstáculo como ella.

Se levantó y caminó hacia el ventanal, desde donde podía ver la ciudad iluminada. "No es el fin del mundo", pensó. Pero esa voz interna que intentaba calmarla se sentía tan frágil como un cristal a punto de romperse.

—Prometida… —murmuró para sí misma, como si decirlo en voz alta le ayudara a procesarlo.

La palabra pesaba más de lo que esperaba. Cerró los ojos y recordó aquel último verano antes de que todo cambiara, cuando Abel era solo un joven con sonrisa fácil, y ella una adolescente que apenas entendía lo que significaba estar enamorada. Él había sido su primer amor, su primer todo.

Sacudió la cabeza con fuerza. No podía permitirse debilidades ahora. Había luchado mucho para llegar hasta aquí: su empresa, su proyecto, su confianza. Si algo le había enseñado la vida era que nada se lograba sin esfuerzo.

“Si quiere casarse con ella, que lo intente”, pensó con una sonrisa que mezclaba desafío y tristeza. “Pero no será dificil recordarme, Abel Petrov.”

Tomó su teléfono y, sin pensarlo demasiado, marcó un número.

—Luisa, cancela cualquier reunión que tenga después de mañana a las 3. Quiero todo el día para trabajar en la presentación con Lina. Ah, y verifica si el señor Petrov tiene disponibilidad el viernes.

—Claro, señorita, ¿algo más?

—Sí. Recuérdame lo buena estratega que soy.

Luisa soltó una risa nerviosa al otro lado de la línea.

—Eso nunca lo dudo, señorita.

Olivia colgó, más tranquila. Si algo tenía claro, era que este no era el momento de rendirse. Si iba a luchar por Abel, lo haría de la manera que mejor sabía: con inteligencia, encanto y, por supuesto, un poco de juego limpio… o su versión de él.

Con un último vistazo al ventanal, se prometió que esta vez las cosas serían diferentes. Ella no era la niña que él dejó atrás. Esta vez, Olivia jugaría para ganar.

GRACIAS!!!!

Los animo a que comenten lo que van pensando de nuestros personajes y como les va pareciendo la historia

Que pasen bien y besos con sabor a miel <3

ATT: Angeles Risco….




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