La Chica del Suéter Rojo

1.No hay nada imposible.

Jayden:

Último año de preparatoria. Un año lleno de aventuras y risas.

No podía ocultar mi emoción,después de tantos años y tanto esfuerzo solo quedan meses.

No negaré que en estos últimos años hice cosas buenas y pues... Cosas de las que me arrepiento.

Pero jamás me arrepentiré de haber encontrado a esa chica rubia con suéter rojo.

¿Por qué nunca se lo quita? Ni idea.

Pero voy a averiguarlo...

Bajo a la cocina,mi madre se encuebtra friendo huevos y mi padre está sentado en una mesa con un periódico y su taza de café.

—Bom Día—habla mi madre en su idioma natal,mi madre es brasileña y mi padre estado unidense.

—Bom Dia mãe—respondo.

—Ahí esta mi mayor orgullo—mi padre sonríe.

—Buen día papá.

—Mi pequeño universitario—mi madre se pone una mano en el pecho drámaticamente.

—Mamá aún no soy universitario.

—Lo serás,y el más brillante—mi madre sirve el desayuno.

Desayunamos los tres juntos,mi madre recuerda momentos de mi infancia y mi padre habla de su próximo ascenso.

(***)

Estaciono la motocicleta y me quito el casco,la preparatoria mermaid está llena de estudiantes corriendo de aquí para allá.

En la entrada las porristas agitan sus pompones en mi cara. Los chicos del equipo linces me abrazan y me dan apretones de mano. Y choco con más de 5 chicos que tienen la mirada clavada en su celular.

—Jayden Santiago Thompson III—Andy se recuesta en los casilleros. —Es un honor volver a ver tu cara de idiota.

—Andrés Leonardo Bolton Scott—este me lanza una mirada asesina. —Me siento tan triste de tener que volver a ver tu cara de culo.

Andy estalla en carcajadas mientras niega con la cabeza.

—Nunca cambies Santiago.

Los dos caminamos hacia el salón de biología charlando sobre nuestro verano y de lo emocionados que estamos del último año.

—Último año,nuevos retos,dolores de cabeza,culos para cojer y sacarle canas verdes a los profesores.

—Nunca cambies Leonardo—repito sus palabras.

—Pero sabes que...

Este deja de hablar de inmedianto y voltea a ver hacia atrás,extrañado volteo a ver y se trata de ella...

La chica del suéter rojo.

Su típica cara de sueño,cabello lacio y ojos rojos se hacen presentes.

La rubia lleva la mirada a su celular,lleva puesto su suéter rojo,vaqueros,nikes y cabello suelto.

Una mano pasa por toda mi cara.

—Despierta princesa,te has quedado observando más de lo normal a esa chica.

—Mentira.

—Se te sale la baba—ríe.

—Imposible.

—No hay nada imposible.

—¿Ah no? Rascate la espalda con la rodilla,o lame tu oreja.

Este rueda los ojos.

—A veces creo que eres idiota...

(***)

En plena clase de biología llaman a la puerta,los estudiantes se miran entre si,mientras que el maestro Rodríguez suspira molesto y abre la puerta.

¿Quién en su sano juicio tiene los huevos para interrumpir la clase del señor Rodríguez?

Otra vez ella.

Los estudiantes la observan como a un extraterrestre mientras ella frunce el ceño.

—No se preocupen por mí,continuen—toma asiento a mi lado.

Esta chica es tan tosca pero hermosa...

Me encanta.

Marie:

Amo la clase de biología,pero el profesor es muy irritante.

El mismo rubio que babeo por mi en los pasillos comparte clase conmigo,genial.

Lo he cachado hurgando mi mochila,observando mi ventana detrás de un arbusto. Y... Bueno,si sigo contando terminaremos mañana.

Copio todo lo que está en la pizarra hasta que una nota se posa en mi escritorio.

"Hola rubia"

Suspiro y respondo

"Jamás en tu sano juicio vuelvas a escribirme,rubio acosador"

"¿Por que no?"

"Eres raro,adios"

Hago bola el papel y lo guardo.

"Rubio Loco" pienso.

—No creas que te dejaré en paz—susurra antes de volver a prestar atención.

Ok,me siento acosada.

(***)

Caminando por los pasillos soy bruscamente lanzada a los casilleros.

Otra vez él.

—Quizás sea raro,pero muero por saber que escondes bajo ese suéter—su mano va hacia una manga e intenta subirla.

Rápidamente le tuerzo el brazo,no dejaré que vea mis brazos.

—Verás lo que escondo,cuándo te tenga la suficiente confianza. Mientras tanto vete a la mierda—lo abandono en medio del pasillo.

Nadie puede ver que escondo bajo ese suéter...




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