Julie.
Estaba viendo la televisión, un día soleado en la que cualquier persona del mundo estaría saliendo a patinar, o a dar piruetas. O algo menos complicado como surfear, o caminar por el paseo marítimo.
Pero, no. Yo me encontraba en mi casa viendo la televisión desde hacía horas.
Me preocupaba muchísimo perder la forma, ya que el baile me ayudaba mucho a mantenerla.
He de reconocer que la serie Navideña que he empezado es entretenida, se llama "Dash y Lily". Es muy romántica y empalagosa para estas fiestas.
Cosas que siempre había amado de pequeña, pero ahora ya no creo en el amor. Los chicos sólo se fijan en una cosa, en la belleza externa. Si no tienes un cuerpo de modelo, como las que salen en las revistas, como vogue, etc.
Yo no era una chica ni demasiado delgada, ni demasiado rellenita. Tenia un cuerpo con un peso moderado.Por decirlo de alguna manera.
Me gustaba comer mucho. Pero, el deporte era fundamental en mi vida.
Ser bailarina es una disciplina, que me costó aprender desde que a los cuatro años me apunté a las clases por primera vez.
**
Echar de menos a alguien que nunca has conocido, o no tuviste suficiente tiempo para hacerlo. Lo siento todos los días, es un dolor inquebrantable sobre mi pecho que me persigue como un imán.
Papá. Nunca lo conocí, nunca tuve una figura paternal. No escuché su voz, no vi cómo era que me mirara. Lo vi en fotos, nada más. Y en las pocas que mi madre conservó.
Mamá casi nunca me dejaba ver los vídeos. Solo en ocasiones especiales como en mi cumpleaños, y yo necesitaba verlo todo el rato. Tenia derecho, era su hija. Aunque él hubiera estado poco tiempo conmigo.
O, ¿no?
Doy un suspiro. Me tumbo apoyando la cabeza en el cojín del sofá.
¿Por qué la vida es tan difícil? ¿Por qué las personas que tienen este tipo de privilegios casi nunca lo valoran?
La vida era demasiado injusta.
Yo no tenía padre, ese dolor era más que suficiente.
Y ahora mi pierna. Estaba fracturada y tenía que llevarme un buen tiempo sin caminar.
Tengo impotencia y ganas de llorar. Reviso la página de las competiciones de "Bailando Hasta el Cielo" y veo el video de mi competencia.
Hay comentarios sobre mí : "La chica que se lesionó" así me conocen ahora.
"Bailaba muy bien la chica que se lesionó, lástima que ahora no baile en la academia".
"Tenia tanto potencial..."
"Que horror".
"Son muy buenos bailarines, lástima por la chica que se lastimo".
-Basta.-grité acelerada y cierre el portátil de golpe. El enfado había sacado lo peor de mí. Lo dejé sobre la mesa. Y me eché a llorar.
Sabia que por más que llorase no se arreglarian las cosas. Pero, por lo menos me deshagoría.
Escuche unos paso de unos tacones cerca, estaba convencida de que mamá me había escuchado.
-Julie, ¿ha pasado algo?-pregunta mamá. Hoy lleva un vestido de flores muy bonito, y un collar azul con forma de corazón. -Te escuche gritar.
La miro y asiento.-Lo siento mamá. Es que me deje llevar...
-Vale, Julie. No pasa nada, es normal. Cuéntame ¿qué ha pasado?-pregunta preocupada.
-Vi las fotos de la competencia en la que me lesioné, y la mayoría de los comentarios eran sobre mí.
-Eso es bueno. ¿No?
Niego con la cabeza. -Me consideran "la chica que se lesionó "
-Julie, te lesionaste. No puedes remediarlo. -dice mamá sentándose a mi lado.
-Ya. Lo sé, mamá. Pero, no quiero ser recordada como la chica que tenía potencial, hasta que se lesionó...-lloro y las lagrimas caen por mis mejillas.
-Iras mejorando. Quiero que sepas, que este no es el final. Que detrás de este valle de oscuridad, vendrán mejores cosas.-me limpia la lágrima y sonríe. -Julie, tienes toda la vida por delante. Te vendrán millones de oportunidades. Simplemente sigue las indicaciones del doctor, y todo irá bien.
-Vale mamá. ¡Gracias!-le doy un beso en la mejilla y sonrio. Mi alma está un poco más tranquila con sus palabras, ella siempre encuentra las palabras perfectas para animarme y que siga adelante.
-De nada Julie-me sonríe y me mira. -Bueno, ahora debemos ir al médico. Ya es hora de que te revisen la pierna.-coge sus llaves del bolso y me ayuda con las muletas.
La veo que se pone a recoger la mesa, e intento ayudarla. Pero, me mira seria y niega. Así que me quedo en el sitio.
Me siento inútil sin poder colaborar.
Resoplo.
****
Aparcamos el coche en el aparcamiento del hospital. Nos bajamos y cierro el espejo del coche. Cojo las muletas y me apoyo caminando con ellas.
Miro el edificio al que me adentro. "Hospital Nueva York, Med Center Queens" así se llama. Es bastante grande y tiene por lo menos 5 o 6 plantas.
La doctora me ve y me hace subir a mi habitación. Allí me tengo que quedar, es increíble que tenga una habitación de hospital por culpa de mi pierna.
Veo que la doctora sube a otro piso más. ¿Han cambiado mi habitación de planta? ¿Me estaban tomando el pelo?
Genial. Otra planta más.
-Doctora Natalie, subiré por el ascensor.
-Cierto. -dice ella distraída. Anda acaba de acordarse de mi lesión.
Genial, frunzo el ceño y ruedo los ojos. Esto parecía una burla del mundo en mi contra.
Le doy al botón del ascensor. Mi madre iba a subir conmigo, pero le digo que no hace falta. La doctora me indica el piso de la planta.
Le hago caso.
Sino hasta la planta 4. N°5.
De un momento a otro el ascensor se detiene en la planta 3.
Que raro. Yo no había pedido que se detuviera aquí, debe estar estropeado.
Le iba a dar al botón cuándo una voz masculina hace que me detenga. Le veo y le reconozco por sus hermosos ojos azules. Y su sedoso cabello rubio.
Era él. Otra vez Él.
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Editado: 17.04.2021