La ciencia del peligro

Captulo 6

Veronica

- ¡¿R?!- Gritamos las tres al unísono.

- Emma, Sabrina, señorita Veronica.

Hizo una venia al decir mi nombre a lo que yo blanquee los ojos.

-  ¿Las conoces?- Pregunté, señalando a las dos chicas con los dedos pulgares.

-  Claro que me conoce, osea, soy como la hermana.- Interrumpió la rubia

- Le pregunté a él no a ti.

Emma hizo una mueca de desprecio y yo blanqueé los ojos.

  • ¿R, qué haces  aquí?- Pregunto la castaña la cual todavía no se el nombre.
  • Pues… Ví que estaban secuestrando a la princesa Veronica y trate de evitarlo pero me pegaron con no se que, me desmaye, cuando me desperté estaba tirado detrás de esos arbustos.
  • ¿Trataste de evitar que me secuestraran?
  • Si- Respondió como si fuera la cosa más lógica del mundo.
  • Osea que te importo.- Afirme, esa afirmación era más para mi que una pregunta para él.
  • Pues… Ese es mi trabajo señorita.

Al escuchar esas palabras me sentí como una estúpida, obviamente se preocupaba por mi, porque ese era su trabajo ¿Porque más iba a ser?

  • Espera un momento, ¿princesa?- Preguntó la peliteñida, la cual me hizo salir de mis pensamientos.
  • Si, rubia oxigenada, soy una princesa.-Le explique en un tono un poco borde a Emma.

No sé el motivo, solo siento que esa chica me cae mal, es como de esas personas que las conoces que medio las vez y ya te caen mal, solo por el simple hecho de respirar.

  • Primero, no soy una rubia oxigenada, mi rubio es natural. Segundo, claro, ya creí que eres la princesa.- Dijo en un tono sarcástico la rubia.
  • ¿Tu eres Veronica?- Interrumpió la castaña que casi no hablaba.
  • Esa misma.- Afirme orgullosa.
  • ¿Veronica Palacios?- Volvió a preguntar con el ceño fruncido la chica castaña.
  •  Eh… Si.
  • Pero tú no eres la que conocí.

¿Perdón? ¿Esa castaña dijo que me conocía? Iba a preguntarle de dónde me conocía, buenos pues quitando que soy una figura pública y técnicamente una de las personas mas importantes en Catora, pero escuchamos a dos señores detrás de nosotros diciendo. -Allá están-. Giramos para ver quienes eran y vimos a unos señores grandes los cuales se acercaban a nosotros, solo los vi por un momento y los reconocí al instante, ellos eran los que me habían secuestrado. 

  • ¡Corran!- Gritó la castaña, dos segundos después los cuatro ya estábamos corriendo como locos.

Hemos estado corriendo como por quince minutos seguidos, las piernas ya no me responden, nunca en mi corta vida me he sentido más cansada.

  • Creo que los perdimos de vista.- Anuncio la rubia mirando a todo lado.
  • Parece que si.- Afirmo R.
  • Y ahora, ¿dónde estamos?- Preguntó angustiada la castaña.
  • En Tailandia.- Respondí en un tono sarcástico y burlesco.
  • Eso ya lo sé, pero en qué parte.
  • No sé… ¿Por qué no preguntamos?
  • ¿Sabes haber tailandes?- Me pregunto la castaña.
  • No, pero si ingles.

Vi a una mujer pasar al lado de nosotros y la detuve para preguntarle dónde estábamos.

  • Sorry you know where we are?
  • C̄hạn mị̀ k̄hêācı.- Respondió la señora que aparentaba no más de cincuenta y seis.
  • Wath? I don´t understand.
  • C̄hạn mị̀ k̄hêācı.- Volvió a decir la señora.

La señora decía a cada rato “C̄hạn mị̀ k̄hêācı”. ¿Qué es eso?

Después de cinco minutos tratando de decirle a la señora si sabía dónde estábamos en todos los idiomas que sabía, para ver si esa señora sabia alguno, la señora seguía diciendo: C̄hạn mị̀ k̄hêācı”, por lo que me di por rendida, ya estaba claro que la señora no me entendía.

  • Thanks for your help.
  • You are welcome.- Respondió la señora.

Escuche mal o la señora dijo "por nada" en inglés.

  • You, you, you speak english.
  • C̄hạn mị̀ k̄hêācı.- Volvió a decir la señora.

Es claro que la señora o solo sabía esa frase o se estaba burlando de mi.

  • Vieja mañosa.- Dije a lo bajo. Sabía que la señora no sabía español.
  • Niña desubicada.- Me contraatacó y siguió su camino. 

Quede con la boca haciendo una enorme “O”. Qué le pasa, porque no quiso decirme, le pregunté muy cortésmente. 

Volví donde estaban los chicos.

  • Y, ¿qué te dijo?- Pregunto la castaña.
  • Se hizo la que no entendía nada y no me quiso responder.- Respondí un poco enojada por lo que había acabado de pasar.

Estábamos discutiendo quien era el próximo que iba a preguntar, yo no iba a volver a ir, a mi no me gusta que se burlen de mi.

  • Listo, entonces va Emma.- Concluyo R.
  • Si, va la peliteñida.
  • Que no soy peliteñida.- Me lanzó una mirada de odio.
  • Bueno no importa, ve y preguntas.- Ordenó la castaña, Sabrina creo que se llama.
  • Está bien…- Accedió alargando la palabra bien y con tono aburrido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.