La Cita Perfecta

Capitulo 3

-Aun no puedo creer que nos hayan despedido- Dije mientras intentaba ahogar mi rabia o tristeza con el dulce sabor del vino- Hacemos nuestro trabajo a la perfección, hice miles de horas extras sin pago, siempre entregue las mejores columnas, nunca atrase en una entrega, asistía incluso cuando estaba enferma, pero para la jefa cree que la mejor para el puesto es Alejandra !Siempre hice su trabajo! !¡Qué estúpida!- Antonia sólo miró su copa mientras la volvía a rellenar y se acomodaba en el piso de mi departamento- Necesito desahogarme, tu tambien deberias estar enojada, hablando de lo mucho que odias a la jefa y el trabajo ¿Que te sucede?- Suena un poco excesiva la pregunta, pero desde que conozco a Antonia siempre me ha agradado su descontrolada manera de hablar, sobre todo cuando bee y su tono de voz aumenta a mil. 

-Debo hacer un viaje absurdo, pero importante, me tiene tan estresada que el tema que el despido no me importa, además de hacer algo que va contra mis ideales, debo volver al lugar de mi infancia, lo gracioso es que debo ser la amante de una familia perfecta y no me emociona la idea !Lo detesto!- Antonia se expresó tan rápido y arrastrando tanto las palabras que por poco no entiendo nada de lo que dice, incluso creo que si la conociera a la perfección, sin duda no le entendería ni una sola palabra. 

-Creo que has bebido demasiado, vamos a dormir- La idea claramente no le agrado, porque apretó su copa de vino como si fuera algo preciado, debería conocerme un poco y saber que ni loca le quitaria la copa. 

-!Debo interrumpir una boda! !¡Qué estupidez! Soy una persona que cree en el amor de verdad, que el matrimonio es eterno, qué es el final de la historia y ahora debo viajar a un pueblo que detesto con mi para interrumpir una ¡Maldita boda! 

-Creo que el alcohol ya llegó a mi cabeza, no entiendo lo que estás diciendo ¿Que boda?- 

-Eduardo es mejor amigo de mi primo, se casa en dos semanas y debo interrumpir su boda, no se el motivo, se supone que me lo dirán en cuanto llegue al maldito pueblo, el plan es sencillo, un poco sencillo o más bien ese par de imbéciles lo hacen ver cómo si fuera fácil, llegaré al pueblo una semana antes, me quedaré en el único hotel del pueblo y tendré que hacer presencia, que todos se enteren de que he llegado luego de diez años, que inventen sus propias historias, para luego interrumpir la boda, se supone que debo gritar y hacer un espectáculo muy creíble, según los imbéciles el plan funcionara a la perfección porque Eduardo estuvo enamorado de mi cuando eramos unos y todo el pueblo lo sabia, menos yo, porque lo odio desde que era pequeña- Me quede pensativa unos minutos, la verdad es que conozco mucho sobre la vida de Antonia, aunque somo muy buenas amigas, siempre nos hemos centrado en el presente y futuro, conozco poco sobre su historia personal, al igual que ella sobre la mia, no es algo que me moleste, al contrario me hace sentir mas segura o mas tranquila a su lado, sin prejuicios o solo el futuro como un unico objetivo. 

-Yo lo puedo hacer por ti, iré al pueblo, me vestiré provocativa, beberé en cada bar, haré que las personas se pregunten quién soy, destruire esa boda, enamorar a tu primo y le romperé el corazón por hacerte daño en el pasado y al imbécil de Eduardo pensare que hacer para vengarme, no te pueden pedir esto como si fuera tu obligación ¿Porque aceptaste hacer esto?- Antonia me miró con el ceño fruncido y se a la perfección a que se debe, estaba investigando sobre su vida y aunque la idea iluminó sus ojos, se que este viaje es una oportunidad para conocer a la pequeña antonia a la perfección y la puedo entender a la perfección, yo también estaría aterrada si alguien se entera sobre mi traumática infancia. 

-No seas tonta, además eso es demasiado cliché para ti, lo último que quiero es que te relaciones con él de forma amorosa, es un imbécil, de los mayores imbéciles que has conocido ¿Crees que sufriste por tu ex? Estoy segura que mi primo te haría sufrir mucho más, ese imbécil no conoce la palabra amor o empatía, acepte porque Eduardo comprara los terrenos de mi abuelo, que David, mi primo vendió hace cinco años, es la única forma de recuperar el recuerdo de mi abuelo. 

-Esta bien, entonces ¿cuando viajo? Haré este viaje por ti y cuando vuelva tendremos que beber una costosa botella de vino para hablar sobre nuestra traumática infancia.

 




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