La Cita Perfecta

Capitulo 6

Luego de charlar unos veinte minutos nos fuimos casi corriendo de la cabaña de Eduardo, quien resultó ser muy simpático, llegamos a la conclusión de que muestra historia de amor, el inicio de todo sería en Nueva Zelanda, país que por cierto nunca he conocido, pero la rubia -Rebecca- No se tiene porque enterar, yo fui a aquel lugar a cubrir una nota  sobre panoramas o actividades que se pueden realizar en el país y porque se lo recomendamos a las parejas como si fueran unas pequeñas vacaciones, al final la nota no salió a la luz porque era demasiada información y se salia del presupuesto que se enfoca principalmente en parejas jóvenes. Uno de los panoramas que recomendaba era tomar el te en una pequeña cafeteria de un pueblo que Eduardo y Rebeca suelen frecuentar, en aquel lugar los compañeros de trabajo de Eduardo me invitan a salir, pero la belleza y simpatica de aquel hombre me deja anonada, por lo cual acepto la cita solo para tener mas contacto con el, a los dos dias, luego de algunas citas o mas bien de estar todo el dia juntos, le doy un pequeño beso, que el niega rotundamente debido a que esta comprometido, pero ante mi instensia acabamos juntos en mi hotel, desde ese momento viajamos juntos durante un mes para conseguir lugares preciosos para mi revista, debido a que el tiene un gran pesar sobre nuestra relacion, decidimos darnos un tiempo, pero aun asi nos volvemos una y otra vez; Referente a como me conoceran las personas del pueblo la mejor opcion es decir que busco y trabajo, que no se como despedirme de una gran amor y necesito buscar otro tipo de oportunidades, otro tipo de distraccion en la vida, por lo que llegaron a decir Eduardo y David las personas del pueblo aman indagar en vidas ajenas asi que no sera dificil que ellos me ayuden a buscar trabajo en el diaria local, ademas intentaran saber que paso con ese amor secreto, en ese punto debo decir lo feroz que es y lo entregados que estamos a pasar una vida juntos, que somos capaces de dejar todo atras, como lo habia echo yo llegando aquel lugar y quizas esas respuestas revelan muchos detalles sobre lo que debo hacer, pero los dias estan contados, para que esto se acabe. 

-Será mejor que te deje a las afueras del pueblo, no es bueno que las personas te vean llegar conmigo, te daré mi número y la dirección de mi casa, debes ir cada dos días para informar cómo vas con las personas del pueblo. Debes ir al Hotel del Rio en ese lugar nadie te hará preguntas, ve a la Cafetería La Esquina del Pueblo lo suelen frecuentar las personas mayores y creeme que ellos se encargaran de difundir tu llegada, en las noches abre un bar llamado El Farolito Rojo tambien puedes ir a aquel lugar, creeme que si visitas estos lugares será más que suficiente para que todos sepan de tu llegada, es raro que los turistas se den a conocer, no causan emoción a las personas del pueblo, pero tú buscas trabajo, eso indica que te quedaras mas tiempo ¿Tienes alguna duda? 

-¿Seguirá nevando?- David me miró incrédulo y luego se bajó de su camioneta, bajando mi maleta rápidamente- 

-Desde aquí puedes seguir derecho y llegarás a la calle principal, es dificil que te llegues a perder, son pocas las casas que se encuentran en el pueblo, más que nada hay tiendas, nos vemos en dos días- Dijo al momento de bajarme de la camioneta y tomar mi maleta. 

-Tengo una duda- Hizo un ademán para que continuara- ¿Siempre estás enfadado? 

-Nos vemos Melissa.

Segui las instrucciones de David y me dirigi a la pequeña cafeteria, que resulto ser un encanto, con grandes ventanas que dan hacia la calle, pequeñas mesas y muchas decoraciones de flores, deduzco que debido al frio aquellas flores son imposible de ver en este pueblo. 

-Buenas tardes, Bienvenida a La Esquina del Pueblo ¿En que te puedo ayudar?- Dijo una señora bastante con una gran sonrisa tras acercarse a mí y junto a ella todas las miradas de la cafetería. 

-¿Algo para cenar? Viaje demasiadas horas, me muero de hambre. 

-Cariño, estás en el lugar correcto, toma asiento- Tome mis cosas y opte por ocupar una mesa cerca de la ventana, a pesar de ser un pueblo bastante común no puedo evitar el hecho de que la cafetería tiene cierto encanto- Llevas una maleta enorme, te debes quedar bastante tiempo en el pueblo, espero que te sientas a gusto, me llamo Margarita, soy la dueña de la cafetería.  




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.