Capítulo 13: Sombras en el Horizonte
Con el Corazón de Vitria estabilizado, la Ciudad de Cristal respiró un suspiro de alivio. Sin embargo, el grupo sabía que esta paz recién encontrada era frágil. A medida que los días pasaban, comenzaron a surgir indicios de que las sombras que habían intentado corromper el Corazón no habían sido completamente derrotadas.
En el Observatorio, Aleksa, Thorin, Lyra y Kaelen seguían monitoreando las energías del Corazón, observando cualquier fluctuación que pudiera indicar un nuevo desequilibrio. El resplandor dorado del artefacto ahora era constante, pero Kaelen, siempre vigilante, no podía dejar de notar una ligera perturbación en el flujo de energía.
—Hay algo que no encaja —dijo Kaelen mientras revisaba las lecturas en las matrices tecnománticas—Aunque el Corazón está estable, hay una ligera interferencia en su campo energético. No es suficiente para causar un desequilibrio, pero tampoco debería estar ahí.
Thorin, examinando los datos con su habitual meticulosidad, asintió.
—He visto lo mismo. Es como si algo estuviera interfiriendo, pero no de manera directa. Podría ser un residuo de la energía oscura que intentó corromperlo, pero es difícil decirlo con certeza.
Aleksa, sintiendo la creciente preocupación en el aire, sugirió:
—Tal vez deberíamos investigar más a fondo. Si hay algo acechando en las sombras, debemos encontrarlo antes de que tenga la oportunidad de atacar de nuevo.
Lyra, quien había estado observando la ciudad desde el observatorio, habló en un tono bajo:
—He sentido una inquietud en la ciudad. La gente está aliviada, pero también temen que lo que ocurrió pueda volver a suceder. Si hay algo que no hemos visto, debemos descubrirlo antes de que sea demasiado tarde.
Esa noche, Aleksa decidió explorar el Corazón de Vitria a través de un antiguo ritual de comunión, un método peligroso pero efectivo que le permitiría conectarse directamente con la esencia del Corazón y rastrear cualquier perturbación. Kaelen, Thorin, y Lyra la acompañaron al templo, preparados para intervenir si algo salía mal.
—Estaré bien —aseguró Aleksa a los demás, aunque en su interior sentía una ligera ansiedad— Solo necesito que me cubran mientras hago esto.
Thorin, siempre pragmático, ajustó las defensas tecnománticas alrededor del círculo de comunión que habían trazado en el suelo.
—Estaremos listos —dijo— Si algo se sale de control, no dudaremos en intervenir.
Aleksa asintió y se arrodilló en el centro del círculo. Con un profundo respiro, comenzó a canalizar su energía, dejando que fluyera hacia el Corazón. La conexión fue instantánea, y una vez más, se sintió arrastrada hacia un plano etéreo donde la luz dorada del Corazón lo iluminaba todo.
Dentro del corazón de vitra, Aleksa navegó por corrientes de energía pura, buscando cualquier rastro de corrupción. Al principio, todo parecía estar en perfecto equilibrio, pero a medida que se adentraba más en el núcleo, sintió una presencia oscura, apenas perceptible, pero inconfundible. Era como una sombra que se deslizaba por los bordes de su visión, eludiéndola cada vez que intentaba enfocarse en ella.
—¿Qué eres? —murmuró, intentando comprender la naturaleza de la amenaza que sentía.
De repente, la presencia se hizo más fuerte, y Aleksa fue golpeada por una oleada de recuerdos. Imágenes de la construcción de la ciudad, de los fundadores luchando por controlar el poder del Corazón, y de una figura oscura que observaba desde las sombras. Esta figura, indistinta pero poderosa, parecía estar siempre un paso por delante, manipulando desde las sombras.
Aleksa intentó acercarse a la figura, pero cada vez que lo hacía, sentía una resistencia, una fuerza que la empujaba hacia atrás. Entonces, una voz resonó en su mente, profunda y llena de malicia:
—No puedes detener lo inevitable, Aleksa. El poder del Corazón no pertenece a esta ciudad… pertenece a las sombras que la crearon.
Aleksa sintió un escalofrío recorrer su columna. Estaba lidiando con algo mucho más antiguo y poderoso de lo que había imaginado.
En el templo, Kaelen, Thorin, y Lyra notaron de inmediato que algo estaba mal. Aleksa comenzó a temblar, su conexión con el Corazón pareció volverse turbulenta, y las defensas alrededor del círculo parpadearon con energía inestable.
—¡Está en peligro! —gritó Lyra, corriendo hacia el círculo.
Kaelen reaccionó rápidamente, lanzando un hechizo de contención para estabilizar la energía alrededor de Aleksa, mientras Thorin ajustaba las matrices tecnománticas para reforzar la barrera.
Aleksa, luchando por mantener el control, intentó romper la conexión con la figura oscura, pero sentía que la fuerza que la sujetaba era cada vez más fuerte.
—¡No… permitiré… que tomes el control! —gritó, canalizando todo su poder para romper la conexión.
Con un último esfuerzo, Aleksa liberó una explosión de energía que rompió la conexión con el Corazón y la devolvió al templo. Cayó al suelo, respirando con dificultad, mientras las defensas alrededor del círculo parpadeaban y finalmente se disipaban.
Kaelen, Thorin y Lyra corrieron hacia ella, ayudándola a levantarse.
—¿Qué viste? —preguntó Kaelen, su expresión preocupada.
Aleksa, aún temblando, miró a sus amigos, sus ojos llenos de una nueva determinación.
—Hay algo… algo oscuro que ha estado acechando desde el principio. No sé qué es exactamente, pero sé que está vinculado al Corazón de una manera que no comprendemos. Y sé que no se detendrá hasta que consiga lo que quiere.
Thorin frunció el ceño.
—Entonces, debemos descubrir qué es y cómo detenerlo antes de que sea demasiado tarde.
Lyra, mirando hacia la luz dorada del Corazón, que ahora parecía un poco más apagada, asintió.
—No podemos dejar que esta sombra destruya todo por lo que hemos luchado.
Kaelen, reuniendo al grupo, declaró con una voz firme: