Había olvidado mi humanidad, mientras de mis ojos brotaban lágrimas que provenían desde mi alma, a consecuencia de aquella escena que presenciaba. Sin embargo no era más que las consecuencias de mis actos.
¿Qué me llevo a perder mi alma? ¿Será que realmente soy igual a ella? Eran las preguntas que mi cabeza intentaba deducir mientras mis zapatos eran manchados por la sangre del cuerpo aún con vida de él.
Aún tenía la daga en la mano y la conciencia confundida ¿lo disfrute? No lo sé, pero si quería mi libertad lo tenía que hacer.
Mis rodillas flaquearon arrojándome al suelo, justo al lado de su cuerpo inmóvil. Pero en acto de fuerza interna pudo acariciar mi rostro.
Respire profundo y me levante, estaba a centímetros de la puerta, — ¿Desde cuándo comenzó todo? ¿Desde cuándo la oscuridad había tomado mayor fuerza en mi alma?
Un dolor agudo penetro mi vientre, lentamente lleve mis manos a su origen y lo único que sentí, fue un líquido correr por mis dedos y recuerdos que inundaron mi conciencia. ¿Cómo había llegado hasta aquí?