La Clase 6-B

Capitulo 13: Un mar de emociones

14 de mayo del 2019 
5:35 pm

Me quedo atónico viendo a la persona delante de mi. Esta persona… William ¡¿Qué hace aquí?!

- Tu… ¿Eres el responsable de todo esto?

William se quedaba en silencio y eso no me gustaba. Le presiono la herida en la pierna y se escucha los quejidos de dolor de William.

- ¡No pienso decir nada! – grito William con una sonrisa malvada en su rostro.

- Esta bien, conmigo no dirás nada, pero con la policía estarás obligado hacerlo.

A pesar de estar hablando seriamente William lo único que hace es reírse ¡¿Cómo es capaz de reírse este idiota de lo que hizo?! Le presiono la herida más fuerte y esta vez se escucha un grito desgarrador por parte del mal nacido que tengo enfrente.

- ¡¿Y según tu como la policía te va a creer?! – grito William. La cara de maniático que tiene ahora mismo me aterroriza.

Quito el pie de su herida.

- Somos dos personas de testigo con varias cámaras alrededor ¿Crees que tienes oportunidad de salirte con la tuya? – luego de decir esto William vuelve a reírse, pero como una persona normal, una risa de un psicópata.

- ¡Ouch, mi brazo! – gruño luego de que Maly le diera una patada con el tacón – No recordaba que la niña perfecta fuera tan agresiva, hasta parecieras ser otra persona, Emmaly Edwards.

Maly vuelva a patear a William, pero esta vez en la pierna. William vuelve a gruñir de dolor, pero aun con ese dolor este maldito siempre nos mira con una sonrisa, algo que me termina de molestar, pero a Maly, a Maly la hace estallar de ira.

Maly deja patear a William para jalar su pelo hacia ella.

- ¡Estoy deseando tanto que pudras en la cárcel maldito! – susurro Maly.

- Ya… ¿Cómo quieres que me pudra si ya estoy muerto?

- Deja de decir tonterías, William. Toda la evidencia está grabada – hable.

William seguía con su arrogante sonrisa, y eso me estaba matando. Esto no era normal. El William que estuvo con nosotros en la Clase 6-B solo sonreía de esa manera cuando ya él tenía la victoria asegurada, siempre era así en los juegos de ajedrez. Mi instinto se activa y lo primero que decido ver son las cámaras, ahí lo entendí todo, no hay prueba de nada, las cámaras están dañadas.

- ¿Ya te disté cuenta? – comento William llamando mi atención – Ahora quiero preguntarle algo a los dos ¿A quién le van a creer más? ¿A un muerto o a dos homicidas?

Sobresalto. Siento los latidos de mi corazón hacerse más fuertes, no logro controlarlo, intento mantener mi expresión seria, no mostrar algo signo que le haga tomar ventaja a William, pero esta incertidumbre.

¿Cómo William sabe acerca de eso?

- Este demente – pronuncio Maly – Aquí el único muerto y homicida eres tu – Maly suelta el pelo largo de William y pega una patada en el pecho.

William suspira

- ¿Quién diría que algún día ustedes dos se formarían en un dúo? ¡Que irónica es la vida! – suelta a carcajadas.

¡Estoy cansado de esta mierda!

- Mira William, no tenemos tiempo para tus comentarios sarcásticos, así que de una vez – recargo la pistola – si no quieres morir serás mejor que te apresures en decirnos quien es el que está detrás de todo esto – apunto con la pistola hacia el pecho del hombre que se encuentra en un charco de sangre gracias a mí.

- Oh es cierto, no hay tiempo que perder, literalmente ahora si me estoy muriendo – bromeo y soltó un silbido – Samanta ¿Puedes ayudarme?

- ¡¿Samanta?! – escucho decir a Maly, asustada.

Una joven morena sale en medio del pasillo con un vestido morado, su cabello negro suelto con botas negras de tacon, pero se va directamente hacia una gran arma que lleva en sus manos. Es un fusil.

- Tenemos que irnos – murmuro, de una vez acercando mi mano hacia Maly, pero ella no la toma. Cuando la miro un ardor aparece repentinamente al ver a Maly con lágrimas, no deja de mirar a Samanta…

- ¿Me haces los honores, Sam?

- El honor es para mí, no para ti, inútil – y con una sonrisa, la joven levanta las dos armas hacia nosotros.

¡DEBO HUIR!

Agarro la mano de Maly y salgo corriendo del pasillo. No puedo mirar hacia atrás, pero me estremezco al escuchar los múltiples sonidos de disparos cerca de nosotros ¿Qué está pasando realmente aquí? William y Samanta… hace mucho que no sé nada de ellos ¡¿Qué fue lo que paso?!

Son tantos pensamientos los que inundan mi mente, me estoy quedando sin aire. Finalmente salimos hacia el exterior, cuando pensé que ya habría paz vuelvo a escuchar los disparos. Esta vez es Maly la que jala mi mano. La gente que seguía ahí afuera empiezan a gritar y se tiran al suelo, Maly y yo nos alejamos de los disparos y aunque ya estábamos lejos, no nos sentíamos seguros. Los disparos pararon. Pare de correr, mira atrás y me vi nuevamente una escena atroz. Los policías tirados en el suelo derramando sangre por todas partes, la gente grita y los niños lloran, todos son inocentes, no merecen sufrir así.

Si tan solo hubiera llegado un poco antes ¿Habría podido evitar esta masacre?

¿Los secuestros? ¿Las amenazas? ¿Todo?

¡!

Siento como la mano de la chica a la que vine a rescatar se suelta. Cuando miro atrás me doy cuenta que Maly estaba a punto de caer al suelo.

- ¡Maly! – agarro su mano rápidamente y la jalo hacia a mí. Cubriendo por completo a Maly en mis brazos - ¡Maly! ¡Maly, por favor no cierres los ojos! ¡¿Qué tienes?! – preocupado pongo mi mano en la mejilla de ella.

Mierda, esta fría. Sin pensarlo coloque mis dedos en su cuello, y es tal como pensaba, tiene la presión baja.

Esto no es bueno. Los ojos de Maly se están cerrando.

- ¡Sebastián! – escucho la voz de mi amigo gritar desde el carro.




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