6:47 pm
Delante de nosotros se encontraban aquellos que fueron parte de una importante etapa en nuestras vidas, nuestra niñez, donde reímos peleamos, lloramos, pero sobre todo nos divertimos. Sin embargo, no hay rastro de ello ya… No sé quiénes son.
- ¡¿Por qué hacen esto?! – pregunto Lilia alterada, con sus ojos miel cristalinos.
William y Samanta permanecían en silencio mirándonos fijamente. Rafael se dio la vuelta y dio un paso enfrente, pero de pronto Samanta saca una pistola apuntando a Rafael.
-Sera mejor que no te muevas – advirtió Samanta con voz fría.
Rafael no le importo en absoluto que estuviera siendo apuntado por una pistola y dio otro paso enfrente, sus ojos bicolores se encontraban completamente perdidos en William, como si estuviera viendo a un fantasma.
-William… ¿D-De verdad eres tú? – tartamudeo.
William permaneció con su expresión seria y sus ojos, sus ojos oscuros, que eran capaces de matarte con la mirada, sin pizca de bondad, los ojos de un muerto que no reflejan nada más que un vacío abismo.
-William, di algo por favor… - volvió hablar Rafael, pero William seguía sin responder - ¡William! – Rafael camino hacia William con lágrimas que estaban ya a punto de descender.
- Samanta.
- Ya lo sé, William.
Samanta apretó el gatillo de la pistola y le disparo en el abdomen a Rafael. Rafael cayo tumbado al suelo mientras su camisa blanca de botones se iba manchando de sangre.
- ¡NOOOO! – grito Lilia tirándose al suelo tomando a Rafael con sus manos pequeñas y delicadas.
- La próxima bala ira directo a sus cabezas si intentan hacer algo – volvió advertir Samanta apuntándonos con su pistola.
- ¡Maldito! ¡¿Cómo puedes hacerle eso a tu mejor amigo?! ¡¿Qué tienes en la maldita cabeza?! – reclamo Alan furioso reprimiendo su furia en sus puños.
William permaneció en silencio mirando a cada uno de nosotros, cuando sus ojos oscuros se encuentran con los míos siento como si él quisiera matarme de una vez, lo odio, lo miro con odio, él mato, el casi me mata, tuvo la oportunidad, pero no lo hizo.
- El ya no es nada mío, al igual que todos ustedes no son nada para mí. Son solo simples culpables.
¿Culpables?
- ¿Culpables? Se más cla-
- Nosotros no tenemos por qué darles explicaciones a los culpables – Samanta interrumpe a Adam – Ustedes no merecen vivir…
¡¿PERO QUE HEMOS HECHO PARA MERECER ESTO?!
- Sabemos que las cosas entre nosotros no terminaron muy bien que digamos, pero ya quedó en el pasado…
- ¡EL PASADO NO PUEDE SER OLVIDADO! - grito William al comentario de Isaac - Para ustedes malditos egoístas es muy fácil olvidar el pasado, pero yo no olvido lo que cada uno de ustedes hicieron...
Lo que cada uno de nosotros hicimos... ¿De que habla?
Miro a mis compañeros que tienen una muy mala cara y algunos otros lucen nerviosos.
- ¿De qué estás hablando?
- Eres la menos indicada para preguntar eso, Edwards - recalcó William acercándose hacia a mí.
En una abrir y cerrar de ojos Sebastián se puso enfrente de William. Una tensión creció en el aire.
- Aléjate.
Frialdad salía de su voz, pero William maliciosamente sonrió y dio un paso más hacia Sebastián.
- No vengas a jugar al superhéroe, Torres - carcajeó - Te recuerdo que me debes algo...
Con un movimiento rápido William saca un objeto de su bolsillo y golpea contra la cabeza de Sebastián. Y Sebastián cae de rodillas al suelo.
- ¡SEBASTIÁN! - estiro mis brazos para tomarlo antes de que cayera completamente al suelo.
Un ruido fuerte aturde mis oídos seguido de un dolor penetrante en todo mi brazo, un quejido dolor salen de mis labios, mi mano cubre el lugar donde proviene el dolor, pero es imposible tapar el daño de una bala. El pánico me invade cuando veo mi mano manchada de sangre.
- El que avisa no es traidor - informó Samanta.
William apunta con su pistola a la cabeza de Sebastián.
- Finalmente estás en donde deberías de estar... En el suelo. Abajo. A mis pies…
Una sonrisa cínica sale de los labios de William con los ojos de un psicópata, pega por completo su pistola en la frente de Sebastián.
- Si vas a matarme hazlo ahora – soltó Sebastián de repente.
- ¡Sebastián! – exclamo Isaac.
- Seria lo más indicado…
- ¡NI SE TE OCURRA! – grito Isaac.
- Pero… seria ir por el camino fácil y quiero que sufras antes de tu muerte, así que… - William le quita el seguro a la pistola y apunta hacia a mí con ella.
- ¡¿Eh…?!
- ¡WILLIAM! – grito con ira Sebastián seguido de una risa de un ser podrido y despreciable.
- Es obvio que ella es muy importante para ti. Lo tienes escrito en la frente. Dime… ¿Soportarías verla sufrir? ¿Soportarías verla corromperse a la locura hasta el punto de que ella desee su muerte? Oh mejor aún… – William camina hacia a mí y pega la pistola justo en donde está mi corazón, los ojos de William vuelven hacia los de Sebastián – Dime Sebastián… ¿Soportarías que yo abuse de esta mujer?
- ¡PRIMERO MUERTA! – grite sin pensar
Lagrimas descendieron finalmente de mis ojos y sin pensarlo tome la pistola con mis manos. La expresión de William cambia drásticamente y presiona la pistola contra mi pecho.
- Si presiono el gatillo considérate muerta.
- Solo que no puedes matarme – William mantiene su semblante serio, pero sabe que tengo razón, porque me presiona aún más la pistola – No puedes matarme. Hay alguien más dándote ordenes, alguien que me quiere viva y mientras él este ahí seguirás como un maldito perrito fiel siguiendo órdenes de un psicópata ¿Me equivoco?
William permanece en silencio y deja de presionar la pistola con mi pecho.
- Es verdad… no puedo… ¡Pero si puedo hacer esto!
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Editado: 18.09.2024