Ella solo quería sentirse parte de algo.
Y por un tiempo creyó que él era ese “algo”. Que las palabras bonitas bastaban, que, si dolía, era parte del amor.
Spoiler: no lo era.
Entre decepciones, vergüenzas compartidas y una sobreprotección ridículamente adorable, descubrió que no necesita príncipes ni salvadores. Solo necesita personas que se queden. Que la cuiden. Que rían con ella incluso cuando todo parece un desastre.
Esta es su historia.
Una historia sobre soltar lo que lastima, abrazar lo que sana y descubrir que el verdadero amor no siempre es romántico…
A veces, se disfraza de amistad sincera y llega en forma de alguien que nunca se cansa de hacerte reír.
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Editado: 13.05.2025