Con las sábanas alrededor de mi cuerpo decido levantarme y enfrentarme a estos dos hombres que no se atreven a verme ni mucho menos a darme una respuesta de quien es esa mujer.
—¿Entonces?—Pregunto al mismo tiempo que me pongo enfrente de Cristian y dándole la espalda a su hermano.
Por alguna razón siento un escalofrío al sentir la mirada de William en mi espalda, pero lo ignoro mientras mi atención está al hombre que tengo de frente, a mi compañero que no se atreve a verme directamente, su mirada se mueve por toda la habitación, pero no los posa en mi.
Su actitud sospechosa hace que mi corazón se rompa un poco porque me voy dando una idea de lo que significa esa mujer para él, así que mordiendo mi labio inferior tratando inútilmente de que las lágrimas no salgan de mis ojos, me doy vuelta para enfrentar esta vez a William.
William se sobresalta al tenerme delante de él, abre sus labios pero de inmediato los cierra.
Tampoco él quiere hablar.
—William.—Pronuncio su nombre en un susurro.—Tú debes decirme ¿Quién es esa mujer? ¿Por qué los tiene con esta actitud? ¿Qué está pasando?
A Través de su mirada veo su debate interno sobre si decirme y cuando al fin siento que me dirá algo, niega con su cabeza y también aparta la mirada de mi.
Voy a intentar nuevamente con Cristian, pero este mismo pasa por mi lado a grandes zancadas y sale de la habitación sin importarle que va desnudo solo con una sábana alrededor de su cintura.
William nuevamente decide verme y en sus ojos veo lastimas mezclado con tristeza. Se acerca a mí poniendo una de sus manos en mi mejilla para acariciar un poco la zona y a pesar de esta situación no dejo de sentir un poco de escalofríos y corriente eléctrica al sentir su contacto.
—Debes vestirte.—Es lo único que dice antes de salir igual que su hermano de la habitación.
Me quedo prácticamente desnuda en medio de la habitación sin comprender lo que está sucediendo, pero con el presentimiento de que pronto lo comprendere y que saldré con el corazón destruido.
Una vez vestida con unos viejos Jeans y una simple blusa, me debato internamente si salgo de esta habitación. Hace diez minutos que ambos hermanos me dejaron sola y no han vuelto. Sea lo que esté pasando en el exterior no se escucha nada.
Contando hasta tres decido acercarme a la puerta y una vez por toda abrirla, lo hago y salgo al pasillo, no veo a nadie por ningún lado, me imagino que es por la hora y la mayoría ya deben de estar durmiendo. Con pequeños pasos camino hacia el pasillo que van a las escaleras, mientras me voy acercando logro escuchar una discusión en la planta de abajo así que trato agudizar mi oídos tratando de reconocer las voces de quienes están discutiendo.
Me detengo al final del pasillo donde comienzan las escaleras y con el corazón latiendo fuerte me debato entre si bajar o quedarme aquí arriba, pero no soy una cobarde así que agarrando muy fuerte las barandas de la escalera decido bajar solo un poco para poder ver las personas que están abajo, con cuidado y sin hacer el menor ruido, una vez que puedo visualizar el piso de abajo me siento en uno de los peldaños de la escalera para ver mejor… lo que veo me destroza el corazón en un instante.
Observo como Cristian ya vestido con solo unos jeans está abrazando a una chica con mucha protección.
—Alicia no se va padre, esta es su casa también.—Cristian derrocha mucho enojo al dirigirse a su padre.
—¿Qué estás diciendo, Cristian? ¿Como que esta mujer no se va?.—Puedo detectar incredulidad en las palabras del señor Richard.—¿Acaso has olvidado que tu compañera está allá arriba?
La chica que está abrazada a Cristian de inmediato se separa de él al escuchar las palabras del señor Richard.
—¿Qué está diciendo tu padre, Cristian? ¿Como que compañera?—La mujer comienza a llorar y se aleja cuando Cristian trata de acercarse a ella.
Un pequeño quejido de dolor sale de mis labios cuando veo en la cara de Cristian la desesperación por acercarse a esa mujer.
—No deberías de estar escuchando, vamos a tu habitación.—Susurran a mis espaldas. Volteo y veo que se trata de Eric quien me toma de la mano para levantarme y llevarme a otro lugar, pero no se lo permito.—Emma no seas terca y vámonos de aquí.
—No, Eric, Necesito saber bien qué está sucediendo.—Siento lágrimas salir de mi ojos como cascadas, Eric simplemente asiente con una expresión de tristeza hacia a mi y se sienta a mi lado.
—¡Cristian!—El grito de la mujer hace que vuelva a poner los ojos en ellos.—¡Dime! ¿Encontraste a tu compañera y tuviste el descaro de meterla aquí? ¡Responde!
—¿Qué descaro? El único descaro que ha cometido mi hijo es haberse casado contigo.— Un jadeo escapa de mis labios al mismo tiempo que mi corazón termina de romperse en mil pedazos.
¿Cristian está casado? En este mismo instante al saber esa dolorosa verdad es que todo comienza a encajar.
El asombro de todos cuando me presentaba como su luna.
El rechazo de los demás porque claro para ellos ya tenían a su luna
Dormíamos en una habitación de invitados y no la de él.
La foto que encontré donde estaba él con esa mujer.
Y el nerviosismo de William cuando le enseñe esa misma foto.
Todos me vieron la cara al no contarme la verdad, al ver como me estaba enamorando de Cristian y aun decidieron callar. Siento una mano en mi espalda, la mano de Eric que trata de darme consuelo, pero no hay nadie ni nada que pueda aminorar este dolor que estoy sintiendo.
Me armo de valor y aprovechando que por la discusión no sintieron mi olor, me levanto y termino de bajar las escaleras con Eric siguiendome.
—¿Cómo que estás casado, Cristian?— Al verme bajar y escucharme, toda la sala queda en absoluto silencio.
Trato de ver directo a los ojos a Cristian que esta inmovil con terror puro en su cara, aunque no me pasa desapercibido la pequeña sonrisa que dibuja la tal Alicia en su rostro.
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Editado: 29.10.2024