La Compañera Del Alfa

Capítulo 11

 

Emma

 

Me acurruco mas al pecho de mi novio gustosa del calor que emana su cuerpo, jamás en la vida había dormido tan delicioso como hasta ahora y por mas que quisiera permanecer en la cama debo de levantarme porque de seguro voy tarde para mi viaje.

 

Si, hoy me voy en busca del pueblo de Lycans, hoy comienza una nueva aventura. 

Sin ganas de moverme entierro mi rostro en su pecho y paso por su piel repetidas veces mi nariz, pero me detengo al sentir un aroma varonil totalmente diferente al de mi novio.

 

Tragando saliva aparto mi rostro, me doy cuenta que el desconocido me tiene agarrada de la cintura y nuestras piernas están entrelazadas. ¿Qué carajos? Aun sin ser capaz de ver el rostro del hombre, a mi mente vienen los acontecimientos de ayer y caigo en cuenta que estoy en Lycans, y que me encontré con William. Estoy por preguntarme a mí misma del por qué estoy durmiendo con William cuando otra oleada de recuerdos viene a mí.

 

William presentándome a su familia.

 

Yo sintiéndome mal.

 

Uno de los hombres que estaban en el lugar me acorraló olfateando mi cuello.

 

Dios. Mío.

Separo mi rostro del despecho del desconocido y en mi campo de visión encuentro con un rostro varonil, totalmente dormido con una expresión tranquila. Me doy cuenta que tiene facciones parecidas a William… Jadeo al reconocerlo como el chico que se convierte en lobo en mis sueños así que hago lo más conveniente… grito lo más fuerte que puedo. Me alejo del hombre levantándome de la cama y cayéndome de trasero en el proceso, pero ni aun asi dejo de gritar presa del miedo y de la confusión.

 

El hombre abre sus ojos con expresión confundida, se incorpora un poco para observarme de forma tranquila desde arriba  mientras se talla uno de sus ojos. —¿Puedes dejar de gritar? Mis oídos son muy sensibles.— Es lo único que dice.

 

—¡¿Quién eres?! ¡¿Por qué estábamos durmiendo juntos?! —Reviso mi vestimenta y con alivio me doy cuenta que estoy la misma ropa, así que decido levantarme del suelo y tratando de mantener distancia de aquel hombre.

 

El hombre de mis sueños se acerca a mí con pasos decididos, por alguna razón no me muevo. Una vez frente a mí, su mano viaja a una de mis mejillas para acariciar la zona arrancándome un suspiro de deleite.

 

—Eres hermosa. —Sus palabras ocasionan cosquillas en mi vientre. —Siento asustarte, pero no quería separarme de ti.

 

Estoy tentada en alejarme por sus palabras, pero no lo hago. ¡Hola! Es el chico que se convierte en lobo, por él estoy aquí.

 

—¿Dónde está William? —Se tensa al momento de mencionarlo.

 

—Debe de estar en su habitación. ¿De dónde conoces a mi hermano? — Me alejo de su tacto por su tono de voz lleno de reproche. Bueno ahora se porque se parecen tanto. 

 

Son hermanos.

 

—Lo conocí en Londres, ahora que llegué aquí lo volví a encontrar. Creo que somos amigos. — Lo último lo susurro mientras juego con mis dedos. Su mirada o simplemente todo él me pone nerviosa.

 

—No te preocupes, lo podrás ver luego. Me llamo Cristian. —Extiende su mano. Dudosa se la estrecho.

 

—Yo me llamo Emma. —Corrientes eléctricas pasan por mi cuerpo haciendo que jadee y abra mis ojos de manera exagerada, creo que él siente lo mismo porque su rostro refleja sorpresa. —¿Qué fue eso? — Dejo de estrechar su mano mientras me abrazo a mí misma.

 

—Nunca lo había sentido, pero creo que es por el lazo de los compañeros. Aunque seas humana lo sientes igual que yo.—Un poco confuso observa la mano con la que estrechó la mía.—Entonces así se siente.— Al parecer se lo dice así mismo.

 

Frunzo el ceño. —¿Compa-? —Me quedo callada.

 

Solo los humanos que son compañeros de un lobo pueden ver el camino hacia Lycans.

 

Nuevamente la información del blog viene a mi mente, William también me había confirmado que era compañera de algún lobo y al parecer lo tengo frente a mí. Oh.Dios.Mío Con razón soñaba con él, mi destino me estaba impulsando a venir.

 

—Veo que has unido los puntos. Emma no he hablado muy bien con mi hermano del por qué estás aquí, pero debo imaginar que sabes de nuestra existencia. —Vuelve a la cama para sentarse. Palmea el lugar libre al lado de él, pero simplemente niego.

—Yo sueño contigo, desde que cumplí la mayoría de edad había tenido sueños de un lobo negro y de ti. Por alguna razón mis sueños siempre significan algo así que me convencí que si soñaba eso era porque ustedes existían, es por eso que vine a este pueblo. —Me reservo lo del artículo, no quiero que se enoje o me vea como su enemiga.

 

—Yo también sueño contigo. —Su confesión me sorprende, luego niega riendo. —William tenía razón, nuestras almas están completamente unidas. Somos uno, nacimos para estar juntos.

 

Sus palabras me llenan de calidez y siento ganas de llorar porque es bonito saber que tienes a alguien que fue hecho para ti y viceversa. ¿Eso quiere decir que debemos amarnos? ¿Lo amo? La respuesta viene de inmediato y es no, no lo amo. Apenas lo conozco de hace diez minutos, aunque no niego que mi cuerpo quiere estar cerca de él, de fundirme en un abrazo suyo, pero ni eso deja que me olvide de Daniel, mi novio. No puedo estar con este hombre cuando ya amo a alguien más. Sin pensarlo se lo digo.

 

—Yo debo regresar a Londres. —Me lo pienso antes de tirar la bomba, pero debo ser sincera con él. — Tengo novio y lo amo. No puedo quedarme aquí solo porque somos compañeros y olvidarme de él. —Parpadea de forma repetida ante mi confesión, sus ojos azules se vuelven negros con dorado. —Mierda. —Me apoyo en la puerta por si es necesario huir. Toma respiraciones unas cuantas veces con los ojos cerrados, luego de terminar los vuelve abrir enseñándome el color azul en sus ojos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.