La voluntad Errante navegaba por el espacio, más por inercia que por motor, en medio del espacio comercial conocido como la Ruta del Rábano Estelar. Ignatius, con la frente empapada en sudor y sin haber comido en dos horas, revisaba el tablero de controles con el ceño fruncido.
—¡ASMODEUS! Bramo ignatius (La IA de la nave de fabricación imperial)¿Por qué la nave se detiene como una mula obstinada?
—Capitán, lamento informarle que estamos al 2% de capacidad de combustible. Solo podemos navegar por inercia el espacio o caer.
—¡Esto es una barbaridad! Dijo ignatius conmivido¿Acaso he sido destinado a morir, víctima de la negligencia un algoritmo salido de las profundidades infernales del alma de un programador decadente?
"La tripulación estaba inquieta por la situacion"
Entonces, Ignatius, iluminado por un rayo de desesperación creativa salió de la sala de control, se dirigió escaleras abajo, entro a una habitación oscura y húmeda, iluminada por una lampara que colgaba del techo, entró cuidadoso, midiendo sus pasos con presicion quirúrgica, abrió un cofre, que se encontraba en el rincón más oscuro de la habitación, estaba lleno de pelucas, capas, barbas falsas, maquillaje teatral y un disfraz de unicornio con escamas de lentejuela.
—¡Tripulación! Ha llegado la hora de emplear la más alta estrategia de sobrevivencia: el arte del disfraz y la manipulación emocional. Grito
Rosmunda (encargada de la seguridad del equipo) que le había seguido y se encontraba en el umbral de la puerta levantó una ceja.y dijo
—¿Acaso Vamos a mendigar?
—¡No, vamos a representar! Vamos a realizar una obra tragicómica de necesidad, sufrimiento, y heroísmo incomprendido. Fingiremos ser diplomáticos de una pequeña luna devastada por plagas de amebas asesinas y necesitamos ayuda urgente... a cambio de futuros favores económicos falsos.
Destino: el planeta Galaz-3, un centro comercial planetario regido por normas estrictas y dependientes emocionales con tarjetas de crédito.
Bajaron en las naves pequeñas destinadas al transporte de la tripulacion dejando en órbita a ASMODEUS, se disfrazaron mientras la nave de descenso efectuaba la inserción admosferica, Ignatius con una capa púrpura y una tiara de reina planetaria (“La autoridad se mide en tela y purpurina”, dijo), Rosmunda como su escolta real, Zzik(el ingeniero extraterrestre de la nave de ojos grandes, pequeño y complexión marciana), y el Padre Grigori como el traductor oficial de Ignatius (aunque solo repetía lo que decía la calavera llamada marcus), y Chispón( una rata rescatada por ignatius de las alcantarillas más nauseabundas de un planeta caído en desgracia) vestida con ropa para mascotas compradas por ignatius a una nave mercante con la que se había cruzado.
Fueron recibidos por los burócratas de Galaz-3. Ignatius, inflando el pecho, comenzó su monólogo dramático:
—¡Nobles galazianos! Nuestra luna ha sido azotada por una peste amebacea: estos seres del abismo han tomado las panaderías, los cerebros de artistas que ahora cobran peaje en los baños públicos y el de los políticos que se han vuelto humildes. Necesitamos combustible... o nuestra luna colapsará en una nube de existencialismo inútil.
Los galazianos, confundidos y ligeramente impresionados por la tiara, aceptaron invitarlos a una cena diplomática. Parecía que la farsa funcionaba. Ignatius ya soñaba con barriles de combustible y mujerzuelas de cabaret en la estación espacial mas cercana que lo ofreciera.
Pero ASMODEUS (la IA de la nave), que lo había estado siguiendo en forma de un pequeño dron flotante, no tardó en intervenir.
—Disculpen, representantes de Galaz-3. Este sujeto es Ignatius J. Reilly, sin credenciales diplomáticas válidas, buscado en dos sectores por “teatralidad peligrosa y posesión indebida de túnicas sagradas”.
Los galazianos quedaron helados. Los guardias apuntaron sus armas.
—¿Algo que decir en su defensa? —preguntó el oficial.
Ignatius levantó la cabeza con nobleza trágica:
—Solo diré esto: si salvar la dignidad de mi tripulación a través del arte y la mentira es delito, entonces soy culpable. ¡Y lo haría mil veces más! Porque el verdadero crimen es permitir que el pensamiento puro muera por falta de combustible barato.
Hubo silencio. Luego... un aplauso. Uno solo. De un anciano galaziano que rompió en llanto:
—Me recordó a mi nieto. Él también era un mentiroso encantador.
Los burócratas, conmovidos por la sinceridad dentro de la farsa, decidieron meterles en el calabozo por solo un día nosin pan ni agua y dejarlos libres la mañana siguiente, (hay que aclarar que los días en galaz-3 duraban 86 horas)
La voluntad Errante despegó tres días terrestres despues, con más dudas que certezas, pero con el alma —y el estómago— un poco más llena, debido a que en su encarcelamiento les habían permitido leerconsumir una variedad de comidas.
Ignatius, en su diario, escribió:
“Hoy se ha demostrado que el amasijo de algoritmos que controla los sistemas de la nave es un traidor que merecería ser quemado y descuartizado para evitar que pueda hacer daño a un futuro dueño confiado e iluso de buen corazón como su servilleta.”
Cuando rosamunda entro a la cocina de la nave encontró a ignatius leyendo un periódico viejo y vociferando insultos mientras comía unas galletas de maíz y tomaba una taza de café.
Rosmunda cruzó los brazos en el umbral de la puerta, la cocina era un área improvisada de la nave en un cuarto que anteriormente había sido la sala de maquinas. Ignatius se encontraba allí, desparramado en una silla de plástico cromado, leyendo un periódico de hacía siete años como si fuera la revelación del día.
—¡Mira esto, Rosmunda! “Se disparan los precios del cloroformo en el sector Borealis.” ¿Qué clase de civilización considera esto relevante y, más aún, lo imprime en papel?