(capitulo 4)

-En que no es un hombre feo, pero..

-Pero....-dijo Julieta mirándome-

-Les e hablado mal de mi misma , e dicho que soy egocéntrica, mala bff creo que e cometido un gran error

-Puede ser pero no pensemos eso ahora mejor descanse majestad

-Tienes razón mañana será un largo día...

DOS MESES DESPUÉS

-Resopla- si que a sido largo esto mi prometido ni siquiera me conoce aun y si me reconociera cosa que no creo estaría muerta pero bueno hoy me verá por primera vez, en el Altar mi vestido al menos me lo an dejado escoger debo decir que sus ojos el día que lo conocí me flecharon el corazón y-

-Majestad desea el corsé apretado? -pregunta Julieta -

-Si por favor-exclame mirándome al espejo-

-Hermana-dijo Daniel entrando-

-Julieta retírate-dije mirando a través del espejo -

-si majestad.

-Enserio te vas a casar después de todo - Daniel dijo mirando mi reflejo -

-Y que más da hace 6 meses te dije que hablaras con nuestro padre de esto y no lo isiste-dije volteando y mirándolo-yo te amo Daniel pero este amor no puede ser por qué somos hermanastros

-Si somos hermanastros pero no te puedes casar con un hombre al que no amas.

-No importa mi padre jamás aceptará las cosas lo mejor es que me casé

-Te vez bien con el vestido -dijo mirando

-Daniel no empieces ahora-dije volteando mi rostro-

-Y que más da - dijo besando mi cuello-tu eres mía no de ese principito.

La verdad Daniel me hacia sentir cosas y se me estaba subiendo el clímax con cada beso que dejaba por mi piel.

-Majestades-dijo Julieta mirando-discúlpenme , pero su majestad la dama Lourdes viene hacia acá

-Lo mejor es que me valla y no lo olvides victoria tú eres mía-dijo saliendo por la puerta de los aposentos -

Permítame ayudarle majestad-dijo Julieta acomodando el cuello y las mangas -

De repente se abrió la puerta y como no hay está a la bruja de Lourdes

-Al fin me deshago de ti victoria -dijo con una sonrisa -

-No te equivoques Lourdes, puede que lleves una tiara joyas pero jamás te atrevas a referirte así a mi o quieres que te recuerde quién es la criada.

-Puede que ahora no tenga mi título pero bien sabes que tú padre accedió a darme el puesto de tu madre así que más te vale no poner un pie en mi palacio.

Tu no eres quien para ordenarme vete si no quieres que esto acabe mal-dije acercándome y mirándola fijamente.