La Cueva

7.Mas Misterios

Cuando regrese al fondo de la cueva pude ver que Antonio ya estaba listo para continuar.
Esto es muy agobiante, ya casi no resisto mas estar en este lugar. Ya quiero volver a casa.
Ya estábamos otra vez caminando por este bosque solo buscado una forma de salir de este lugar. 
Estábamos caminando ya por mucho rato y no conseguimos nada. Los dos teníamos lanzas en las manos con las que podríamos protegernos si algún animal nos quisiera atacar. 
De pronto cuando andábamos por el bosque empezamos a sentir una brisa que pasaba solo de nuestros pies hasta nuestras rodillas. 
No le dimos mucha importancia asi que solo continuamos pero a medida que avaera nzabamos se hacía más y más fuerte. Ahora incluso empazaba a hacer volar alguna cuantas ramas. Este viento no parecía uno natural. 
Entonces vimos algo muy sorprendente, estaba mos en frente de un avismo gigantesco que incluso no se podía ver el fondo solo se podía ver una oscuridad sin fin. 
Se podía ver como por todos lados se entraban varias objetos al fondo del avismo. 
Podíamos sentir como la atracción a se avismo aumentaba y no paraba de aumentar. Sentí que por poco me arrastra asta el fondo, entonces le dije a Antonio que deberíamos de irnos. 
-Si o en poco nos va a succionar-dijo Antonio. 
Comenzamos a caminar en sentido contrario para alejarnos lo más pronto posible de este lugar. 
Por un rato casi ya no podíamos caminar pero después de un rato la atracción empezo a disminuir la atracción a ase lugar. 
Cuando ya no sentíamos que nos succionaba comenzamos a camina de nuevo, mientras caminábamos por momentos comenzaba a oír que algo pequeño como una ardilla caminaba por los árboles, siguiendonos. 
Entonces pare repentinamente, cuando vi lo que tenía en frente de mi, ahí estaban otra vez en cima de un árbol parados en todas la ramas de ese árbol había cientas de avez coloridas, eras iguales que el eve que vi antes de llegar a este lugar. 
Saque mi celular para sacarles una foto pero descubrí que al parecer ya no tania batería. 
Entonces de pronto desde atrás de nosotros se oyó un chirrido muy extraño, fuentonces que desde atrás de nosotros salto una críatura muy extraña, que cuando aterrizó en el árbol en el que estaban las aves tomó una y se la comenzó a devorar. Y de esa forma todas las aves que estaban en aquel árbol salieron volando escapando del peligro y de esta forma salieron volando por todas partes sus plumas coloridas asta que se fueron. 
Era un pequeño ser con forma humana encorvada, y que no paresia ser mocho más grande que el ave que se estaba devorando. 
De pronto dejó de comer al ave y dirigió su mirada a nosotros, no tenía ojos y su boca estaba llena de pequeños dientes afilados cubiertos en sangre. 
Lanzó un grito muy fuerte, para luego agarrar al ave por el pescuezo y luego irse saltando de un rama a otra. 
Aún después de todo lo que avía visto me seguían aterrorizado los animales que habían aquí. 
Antonio me dijo que siguiéramos. 
Y continuamos caminando por el bosque mirando por todo lado, escuchando atentamente a cada ruido que abia sin soltatar nunca nuestras lanzas ni descansando. 
Ya estaba oscureciendo y no encontrábamos lugar donde quedarnos. 
Otra vez pasó lo mismo que el día anterior, encontramos encontramos una cueva pero también era distinta. Era muy extraño porque se vaia igual a las otras en las que habíamos estado. No podría ser coincidencia ya que eran muy similares entre sí, no paresia que fueran naturales ya que en el fondo encontré un muro de piedras igual que en las otras dos. 
Al final pensé que posiblemente haya cuevas similares rodeando toda la montaña. 
Antonio dejó su mochila dentro de la cueva y salimos juntos a buscar madera para aser una fogata dentro de la cueva para calentarnos un poco.
Depronto cuando me labantaba, después de recoger unas ramas del suelo, pude ver frente a nosotros muchas de esas criaturas iguales a la que vimos por la tarde y paresia estar aumentando su número. Ahora ya habían varios de ellos por todas partes que nos miraban. No habíamos traído las lanzas. 
Por impolso grite que corrieramos y al mismo tiempo también esas pequeñas criaturas comenzaron a seguirnos. Podía oír decenas de chirridos detrás de nosotros, entonces no pude evitar soltar la leña que tenía para correr lo más rápido que podía y Antonio hizo lo mismo. 
Ya habíamos entrado dentro de la cueva pero apenas había entrado deje de escuchar aquellos chirridos. 
Cuando regrese a la entrada pude ver que ahí estaban agrupandose en la entrada. Pero con aún conmigo ahi solo no dejaban de mirarme atentamente. 
Era como si algo no los dejara pasar dentro de la cueva.

  
 



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En el texto hay: aventura, suspenso, terror

Editado: 09.02.2020

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