La Dama Del Crepúsculo

Capítulo Uno.

Advertencia: El contenido de este libro es oscuro y reflexivo, y puede incluir elementos que pueden ser perturbadores para algunos lectores. Se recomienda precaución y madurez al leer.

CAPÍTULO UNO

Susurro de la Muerte.

No recuerdo cómo fue que me enamoré,o si realmente pueda llamarlo enamoramiento.El llegó de repente,con unas rosas moradas en sus manos vendadas y una actitud tímida y nerviosa.Recordar el pasado no es algo que me guste,pero no lo puedo evitar.

Ahora el ver mi cuerpo perdiendo cada chispa de vida que alguna vez habitó en él,hace que me de nostalgia.

Tarde o temprano yo debía morir,ya no puedo hacer nada para enmendar mi pasado.

Lo único que lamento fue permitir que un persona ajena me matara.

-Sal a explorar,antes de que tu alma se borre de este plano.

Lo miré-No quiero,este es mi lugar,y aquí permaneceré-respondí sin apartarme de mi cuerpo.

-Sal-repitió la oscuridad-haz que la última luz que te queda no se desaproveche.

-Estoy muerta,¿de qué me sirve salir ahora? si cuando estuve viva,fui tratada peor que un mendigo.

-Por qué quisiste,te dejaste.Te vieron débil,nunca pusiste límites y por eso te fue así en la vida.

La oscuridad tenía razón, pero aún así, no quería irme. Este lugar, aunque sombrío y frío, era lo único que me quedaba. Me aferré a él, como un náufrago a un pedazo de madera en medio del mar.

—No hay nada fuera para mí. Solo aquí encuentro algo de paz —dije, sintiendo una lágrima rodar por mi rostro incorpóreo.

—La paz que encuentras aquí es una ilusión. Sal y descubre lo que realmente te espera.—La oscuridad se disipó lentamente, dejándome sola una vez más.

Miré mi cuerpo inerte una última vez, sintiendo una mezcla de tristeza y resignación. Tal vez, solo tal vez, valía la pena dar un último paso en la oscuridad, en busca de una verdad que aún no conocía.

Me quedé en silencio, contemplando la escena una última vez. Las palabras de la oscuridad resonaban en mi mente. Era cierto, me había dejado llevar por la vida, permitiendo que otros decidieran mi destino. Pero ahora, incluso en la muerte, ¿no tenía yo el poder de elegir?

Con un suspiro etéreo, di un paso hacia adelante, alejándome de mi cuerpo. La habitación parecía temblar ligeramente a medida que avanzaba. La soledad y la neblina observaban con ojos invisibles, juzgando cada uno de mis movimientos.

—Muy bien, voy a salir —dije en voz baja, más para mí misma que para ellos—. Pero no porque me lo hayas dicho. Lo hago porque quiero entender.

La puerta de la habitación, que había estado entreabierta, se abrió completamente ante mi presencia. Más allá de ella, el corredor del castillo se extendía en una penumbra interminable. Con cada paso que daba, los recuerdos volvían a inundar mi mente.

Él estaba ahí, en cada rincón de mi memoria, con sus rosas moradas y su mirada tímida. ¿Cómo había sido posible que alguien tan aparentemente inofensivo se convirtiera en el verdugo de mi vida? Las preguntas giraban en mi cabeza, pero las respuestas seguían siendo esquivas.

Llegué a la gran sala del castillo, donde una vez había asistido a numerosos banquetes y celebraciones. Ahora, solo quedaban sombras y ecos de risas lejanas. Me acerqué al gran espejo, aquel que había sido testigo de mi último suspiro. Mi reflejo, o lo que quedaba de él, me devolvió la mirada. Parecía haber una luz tenue, un pequeño resplandor en lo profundo de mis ojos.

-Soy un asco-susurré.

—¿Qué sigue ahora? —pregunté, aunque no esperaba una respuesta.

De repente, una figura apareció en el reflejo del espejo. Era él, con su cabello oscuro y su expresión fría. Se quedó allí, mirándome a través del espejo, como si pudiera ver mi alma atrapada en ese limbo.

-Está libre-lo oí decir entrando-esa musaraña vivía sola,no tenía servidumbre que le sirviera,tampoco algún familiar.Se podría decir que es una huerfana.

-¿Está seguro?,no queremos después tener problemas y ser llevados a la corte.

-Pierda cuidado,los de la corte no meteran sus narices aquí,estoy seguro que hasta el rey Henry nos recompensará por haber matado a esa bruja.

Por mi rostro sentía caer lágrimas,gotas de agua tan calientes que hacía que mi alma doliera,¿cuan bajo he caído para llegar hasta este punto?.

-¿El cuerpo..?

-Arriba,en lo que era su habitación,en medio dando a la ventana y espejo.Lista para ser quemada junto con todo este asqueroso lugar.

Una parte de mi,no quería creer lo que oía,una pequeña parte de mi aun quería creer que todo es un malentendido,pero mi yo racional sabía que todo esto es real.Que no estoy alucinando,que lo que estoy escuchando no es falso.

Fui utilizada y engañada de la manera más vil y humillante.

Y morí por tonta,porque aun teniendo esa espada a unos centímetros de mi pecho,me negaba a creer lo obvio.

¿Valió la pena todo lo pasamos en ese entonces?

¿Valió la pena lo que hice por él?

Di más de lo que recibía,di más de lo que en toda mi vida alguna vez llegaría a recibir.

Para al final morir por su mano.

Volver a entrar a mi habitacion despues de haber dicho que saldria por ultima vez a recorrer el pueblo me hizo sentir perdida.La soledad y la oscuridad con sus formas físicas,sin género,estaban recargadas en lo que era mi tocador.

Una vez más observando.

-Tres semanas pasaron y su cuerpo no muestra signos de descomposición.Esto es sin duda una prueba de que si es una bruja.

-Todo ella lo decía-respondió acariciando de manera vaga la mejilla de mi cuerpo-desde que llegó de manera repentina hace catorce años…

-El día de la tormenta oscura.

-Si.

-Este pueblo no hubiera sido motivo de guerra si no fuese por ese fenómeno,se evitarían las muertes innecesarias de tanta gente.Nada de esto hubiese pasado si ella no pisaba este pueblo.




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