Cap. 8 Culpa

La misma noche del problema con Anastasia, Radek vio, con cierta preocupación, que Lucía estaba bebiendo mucho. Si se hubiese tratado de quien ella sentía que era en ese momento, él no se habría mortificado, porque si todos opinaban que Lucien parecía un barril sin fondo, Mikha había sido diez veces peor y podía pasarse días bebiendo sin que eso pareciese afectarlo mucho, y si había sucedido antes de la transformación, después de ésta, todos dejaron de prestar atención a aquel desmedido consumo.

• Lucía, ya es suficiente

Aunque se preparó para alguna de sus lindas respuestas, y posiblemente para tener que enfrentar su ira como ya había pasado otras veces, no sucedió ni lo uno ni lo otro, sino que ella se sentó y después de despacharse el trago, lo miró de la misma forma que lo había visto el día que había matado a Boyko.

• Lo lamento, dyrthàir –dijo para sorpresa de Radek – No sabes cuánto
• ¿Sker? ¿De qué estás hablando?
• Todo fue culpa mía

Radek se planteó que ya el alto consumo hubiese hecho efecto en la chica, pero no tuvo ocasión de decir nada, pues ella comenzaría a hablar sin parar.

• Siempre supe quién era y sabía que todos tenían que obedecerme. También sabía que tenía que demostrar ser digno de ostentar algún día la conducción de nuestra tribu, pero… ¿tienes idea de lo difícil que era eso? Si bien los nuestros le debían, y le deben obediencia a cualquiera que lleve sangre Yaroslávich, sabemos del mismo modo, que el rencor de sujetos como Massarik por un derecho que nunca tuvo, era un peligro, porque con derecho o sin él, y como sucede con cualquiera que ansíe una corona, podía intentar obtenerla por cualquier medio.
• Pero nadie habría permitido que eso sucediera –dijo Radek sin pensar, pues en su opinión no había nada qué pensar, pero Lucía soltó una risotada que no era una expresión de alegría
• Que no lo permitieran no significaba que no lo intentasen, y siempre tuve miedo –confesó, y Radek elevó las cejas, porque aquel era un sentimiento no compatible con Mikha – No por mí, sino que tenía miedo de que mataran a haryk –aclaró – Sé que nuestras vidas estaban en constante peligro y esa era nuestra forma de vida, pero haryk siempre fue un hábil guerrero y eso no me preocupaba, lo que siempre me preocupó fue que… no se comportaba como ymharyk, por ejemplo, y…

En este punto Radek se perdió por completo, pues no encontraba juicioso que nadie extrañase ser tratado como lo hacía Iolan, porque a pesar de que él tenía escasos recuerdos de éste, y solo era una figura amenazante presente en los primeros años de su infancia, no por eso, no sabía de su crueldad, pero Lucía seguía hablando y él prestó atención a aquel extraño discurso.

• … eso lo hacía débil

Radek concluyó con rapidez que el exceso de Arak definitivamente era perjudicial para aquel organismo, pues personalmente no encontraba un calificativo menos adecuado para describir a Iziaslav.

• Es mejor que dejes eso ya –opinó, pero ella pareció no escucharlo
• Hubo un momento en el que creí que iba a matarme ¿sabes? Y aunque eso no era conveniente para ningún Hlavary, porque un hijo siempre era garantía de continuidad, estoy seguro que de haber sido ymharyk, no le habría importado, pero haryk podía apalearme, pero nunca pensó en matarme
• Lucía, estás diciendo…
• No son tonterías, porque el respeto de la tribu descansaba en la autoridad del Hlavary, pero siempre hice lo que quise y él no fue capaz de impedirlo
• ¡Porque te amaba! –exclamó alarmado
• Eso lo sé yo mejor que tú, y fue la misma razón, es decir, el amor, la que hizo que no tomase acciones más contundentes para hacer de Andrei un guerrero más apto, así como casi consiguió dañar a Lucien
• ¡Mikha! ¿Te estás escuchando? – le gritó intentando sacudirla y olvidando su intención de tratarla como lo que efectivamente era, pero Lucía parecía perdida en un lejano pasado y no protestó
• Por todo eso fue que mi vi obligado a hacer que todos me temiesen, y que entendiesen que, si podían esperar misericordia de haryk, no de mí. Cuando te conocí, tú fuiste el único que me plantó cara, y no solo eso, sino que tuviste el valor de apalearme –y en este punto rio con nostalgia – Y aunque fuiste castigado por mi causa, no me odiaste ni intentaste vengarte, por eso supe que podía confiar en ti, porque eras honesto y leal. Fuiste el único que quiso ser mi amigo a pesar de la oposición de todos, y antes de que me digas que los hijos de los levjaners también lo eran, es posible que ahora esté dispuesto a creerlo, pero en aquel entonces solo pensaba que lo eran por obligación y no por verdadero aprecio hacia mi persona, pues en verdad no tenían motivos para apreciarme siendo como soy. 

Radek no estaba muy seguro de qué pensar y menos aún de qué decir, pero después de un muy largo silencio, en el que Lucía se despachó otra botella casi sin respirar, y él estaba a punto de decirle de nuevo que era suficiente, ella volvió a hablar.

• Tú estabas ahí, tú viste lo que me sucedió después de la transformación y sabes que me volví un peligro, que era capaz de matar a cualquiera, aunque no tuviese un verdadero motivo para ello, así como sabes que intenté alejarme hasta de mis hermanos por temor a lastimarlos. Sé que no lo entendiste y en realidad nadie lo hizo. Andrei estaba demasiado ocupado intentando no enloquecer con aquella nueva condición que lo impulsaba a una violencia que nunca había practicado. Lucien estaba dividido entre el temor y la ira, y nuestra madre no colaboraba metiéndole estupideces en la cabeza, así que la última vez que la escuché diciéndole al rybik que lo que nos había sucedido era una monstruosidad y que era culpa de haryk, y a Lucien diciéndole que antes lo mataba que convertirse en la misma clase de monstruo que era él, sentí una ira feroz y quise matarlos a ambos, y de no haber sido por Iyul, posiblemente lo habría hecho. Fue entonces cuando me marché, y en verdad no tenía intenciones de volver, pero de nuevo Iyul se metió donde no lo llamaban y me hizo regresar