La diosa de las piernas de Oro

Negociando con el diablo

Mientras caminaba a la orilla del río para empezar su entrenamiento se encontró con una figura muy familiar.

—Así que eres la chica que me anda buscando, y bien aquí me tienes ¿qué quieres conmigo? —frente a ella estaba Hiruma con las manos en sus bolsillos, y una mirada seria mientras masticaba su chicle.

El encontrar a Hiruma de ese modo no había estado dentro de sus planes, pero sin dudar un segundo respondió.

—Quiero unirme al equipo de fútbol americano —no era así como lo había planeado, pero debería servir.

Esas palabras desconcertaron a Hiruma, durante mucho tiempo había estado buscando jugadores dispuestos a unirse voluntariamente, y aquí estaba, una pequeña niña, tan pequeña que parecía que un buen tackle la partiría a la mitad, pero a la vez tan decidida.

—Oh, y ¿porque te lo permitiría?, por si no lo sabes el fútbol americano es un deporte bastante rudo, no es para los débiles.

—De todas las personas en el mundo de la última que pensé que diría esa frase eras tú Hiruma, puedo ser una chica y parecer débil pero no te dejes engañar por mi apariencia, soy más fuerte de lo que parezco, y más veloz de lo que te imaginas —esa resolución y esa mirada, esa chica sin duda estaba decidida a jugar.

—No me importa si eres una chica en el campo de juego solo importa tu habilidad, si eres buena estás dentro, nos veremos mañana en el club.

Y sin esperar más Hiruma se dio la vuelta y se marchó, Sena se quedó sin palabras, estaba sorprendida, la última vez Hiruma no había dudado e incluso la había obligado a unirse, pero ahora parecía tener cierto recelo a que lo hiciera y eso la desconcertaba.

Ella sabía que, aunque no lo demostrara él tenía su propia forma de amabilidad, decidió mejor no seguir pensando en eso y regresarse a su casa, el resto del día paso sin mayor novedad, sin embargo, la idea de tener que demostrarle a Hiruma que era lo suficientemente buena como para ser parte del equipo la inquietaba, sabía que en este momento no le era posible llegar a los 4,2 segundos de manera constante. Con esas inquietudes rondando su cabeza se fue a dormir, con una mezcla entre nervios y emoción por el día siguiente.

———Al día siguiente ———

Después de desayunar y despedirse de sus padres se dirigió a la sede de los Deimon Devil Bats, al llegar se encontró con Kurita, aunque Kurita había 'limpiado' la sede, esta seguía muy sucia, pero en este momento no estaba enfocada en eso. Hoy era el día, tenía que demostrarle a Hiruma que podía hacerlo, era el todo o nada. Hiruma decidió llegar en ese momento cargando su fiel metralleta, él solo la vio mientras masticaba su chicle, sin decir nada se acercó a la mesa central y tomó un cronómetro que descansaba sobre esta, y sin más salió, seguido rápidamente por Kurita y Sena.

—Bien, la maldita enana nos va a dar una muestra de su habilidad como corredora.

No había duda de que Hiruma no tenía tacto para hablar con las personas, pero dejando escapar un suspiro Sena se posicionó, y cuando Hiruma disparó ella corrió y corrió, Hiruma tenía una ceja alzada levemente, mientras miraba el cronómetro.

—No eres la mejor pero tampoco eras la peor, 40 yardas en 4,4 segundos, bastante bien para una novata —le dijo Hiruma con indiferencia.

¿4,4 segundos? Eso era peor que la primera vez, esa vez había sido 4,2 segundos su velocidad máxima, lentamente estaba entrando en un bucle de pánico, ¿qué había pasado? ¿Su condición física era peor que antes? Y sin darse cuenta entraba de nuevo en viejos hábitos, sin embargo, este estado de pánico no duró mucho tiempo, porque fue detenido abruptamente por Kurita, que la miraba impresionado y no dejaba de felicitarla, en este momento no tenía que pensar en eso, tenía que ir a hablar con Hiruma, tenía que asegurarse de poder recuperar su antiguo título.

Al darse la vuelta para tratar de seguir a Hiruma, vio a esta acercarse a ellos cargando un uniforme y el equipo de protección, tiro todo enfrente de Sena, y mientras hablaba apuntó su escopeta a Sena y con voz de mando le dijo —Ve y busca donde cambiarte jodida enana

—Mmm... Hiruma-san, ¿porque no puedo cambiarme en la casa club?

—El maldito gordo y yo aún tenemos que cambiarnos y a menos que quieras hacerlo junto a nosotros buscarás el baño más cercano y te cambiaras, me entiendes —mientras hablaba recargaba su escopeta y no dejaba de mirarla

—Entendido Hiruma-san, en seguida me cambio — al terminar de hablar tomo rápidamente todo el equipo y salió corriendo como alma que lleva el diablo.

Al llegar al baño más cercano se dio cuenta que no había nadie a los alrededores, de hecho, era extraño, en lo que iba de la mañana no había visto a ningún estudiante todavía, lo cual era raro, ya que los clubs deportivos deberían estar en sus entrenamientos matutinos, pero no había nadie, al acercarse a una ventana vio o mejor dicho no vio a nadie, no había estudiantes ni profesores en ningún lado. Decidió que lo dejaría para después y que mejor se debía cambiar si no quería molestar a Hiruma.

Al entrar al baño y revisar el equipo noto que Hiruma nuevamente había acertado en sus medidas, lo cual la asustaba un poco, también encontró una camiseta con el número 23, bien si queríais antiguo título de regreso tendría que cambiar esa camiseta por la correcta.

Al regresar al campo vio que tanto Kurita como Hiruma estaban de regreso y sin más se acercó a ellos y les dijo;

—Hiruma-san ¿porque el número 23?

—¿Qué quieres decir con eso, enana? —bien, no era el momento de fallar.

—Estoy diciendo ¿porque me diste el 23 y no el 21?

—El 21 está reservado para el mejor del equipo

—Soy muy buena, mi velocidad puedo no ser la mejor de Kanto, pero te aseguro que lo será, así que quiero el 21.

—¿Porque tan decidida a conseguir el número 21?

— Porque seré la mejor, y entonces reclamaré el título como la única Eyeshield 21 de Japón, y entonces nadie podrá decir que las chicas no pueden jugar Amefuto — Hiruma empezó a reír como un maniaco mientras Kurita solo la miraba con asombro.



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En el texto hay: eyeshield, femsena, hiruma

Editado: 07.08.2024

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