2 | El acuerdo entre Leah y Connor
2 de noviembre de 2019
Leah
—¿Qué has hecho qué? —exclama Maia, con los ojos muy abiertos
Voltea sus ojos azules hasta los de Beverly, que, por otro lado, se ha quedado con la boca abierta de par en par. Estamos en casa de Maia, esta vez, he sido yo la que nos ha reunido. Como la madre de Maia está pasando una temporada en casa de sus tíos, ella ha sido la que ha ofrecido su casa como primera opción para hablar de lo que pasó anoche.
—Connor Wells ha aceptado fingir estar contigo porque tú se lo has pedido, con ello, ¿le has dicho que me gusta Noah? ¡Madre mía, Leah! —me regaña Bev, paseando de un lado a otro de mi habitación, mientras yo y Maia la miramos sentadas desde el suelo.
No sé si he hecho bien, pero sé que es el último recurso para que Beverly se atreva a hablar con Noah. Lleva imaginando cómo sería su boda, desde que tenemos diez años y Noah MCAuley se mudó a Austin. La culpa me carcome un poco por dentro, ni se como convencer a mis dos mejores amigas que mi plan con Connor es buena idea, porque ni siquiera yo lo creo.
»Creo que él aceptó gracias a que la novia que tiene ahora, Noah, le tiene harto. De hecho, el mismo dijo que no tenían buena relación y que solo llevaba a Noah por mal camino. Mia Brennan no es buena en la vida de Noah, y supongo que si fingimos estar juntos, de algún modo u otro, atraeré a Bev, junto a él. Y con ello, nos libraremos de la bruja de Mia.
—Bev, escúchame —la suplico, extendiendo mi mano hacia ella—. No era mi intención contarle a Connor sobre ti y Noah, fue algo que surgió de forma natural en la conversación.
Se detiene en seco y deja de dar vueltas por toda la habitación de Maia, mientras me mira aún llena de reproche. Vale. Quizá no he tenido una idea brillante.
—¿Y de qué conversación hablas? ¿Habéis pasado la noche juntos? —Pregunta.
Claro.
Mierda.
Me he despertado en una cama junto a él, pero creo que estábamos demasiado bebidos como para hacer algo de los que nos hagamos arrepentido, así que no, sigo siendo la misma virgen de siempre.
Me sonrojo un poco y siento como la calor sube por mis mejillas. Vale. Quizá no hemos hecho nada raro o fuera de lugar, pero prefiero no entrar en detalles de lo que ha pasado, aunque sé que Bev y Maia necesitan una explicación clara y concisa.
—Digamos que las cosas se descontrolaron un poco en la fiesta y... bueno, terminamos en la misma cama. —confieso. Probablemente, se me escaparía si me lo guardase para mí. —¡Pero no hicimos nada, eh! —reafirmó todo lo que yo sé, porque hasta donde yo sé, no ha pasado nada. Me senté a jugar a la botella y nos tuvimos que besar, y ya está.
Bajo la mirada algo avergonzada, ya que tanto Bev como Maia saben mi problema con Connor Wells, casi desde que tengo uso de razón y supe que lo que sentía por él, no era solo quererlo como a un amigo. Eso no quita que me arrepienta de muchas cosas, como por ejemplo, declararme y echar a perder nuestra amistad.
Porque es así, Connor y yo jamás volveremos a ser nosotros. Jamás seremos Connor y Leah, de nuevo.
Un silencio sepulcral se apodera de la habitación de Maia y Beverly me mira con una mezcla de incredulidad y desilusión, mientras que Maia parece procesar la información en silencio. Lo cierto, es que fueron las primeras en saberlo y creo, que deberían de ser las últimas, aunque probablemente toda Austin, ya lo sepa por esa maldita carta que le escribí.
—Ya. Bueno. Leah, ¿por qué has hecho esto? —pregunta Bev. Tiene la voz temblorosa y sé que es porque todo lo que tenga que ver con ella o con Noah MCauley le aterra. —¿No te das cuenta de que estás jugando con fuego? ¿Recuerdas lo que pasó con Connor hace tres años, Leah?
Claro que lo recuerdo. Niego con la cabeza. Maia sigue procesándolo todo y no pasó por alto lo nerviosa que está Bev en cuanto la veo juguetear con mechones pelirrojos de su cabello.
—Lo sé, Beverly, lo sé —respondo, con toda la sinceridad que puedo manejar en un momento como este. Aunque no tengo ni idea de qué pasará con Connor y conmigo después de todo, ni siquiera sé que especie de plan tiene que en su cabecita.
—Además, Noah está saliendo con Lía.
La tristeza nubla sus ojos. Mi mejor amiga debería estar con Noah y no ella.
—Se llama Mia. —Aclaró.
—¡Como quiera que se llame, Leah! Lo que has hecho es una locura, y no por mí solo, sino porque ahora tú también te enredarás otra vez con Connor y todos estos años se echarán a perder. —reprocha. Me duele pensar que piense que todo esto le va a afectar de una manera o otra, sencillamente solo la quiero ayudar a que todo esto salga bien.
—Mira, Bev. Connor está seguro de que la bruja Mía manipula a Noah.
La pelirroja por fin toma asiento junto a mí y a Maia.
— ¿Y crees que todo esto va a solucionar algo, Leah? ¿Que Noah va a dejar a Mía, en cuanto vea que Connor se junta contigo y con sus dos amigas, las pringadas? —pregunta Maia, levantándose del suelo y acercándose a mí—. Oye, Noah no se va a enamorar mágicamente de mi de repente solo porque finjas estar con Connor. Ni Connor de ti, recuerda lo que te hizo.
—No lo hago por eso. Ni siquiera me interesa Connor. —digo, entre cortada.