La Elección del Millonario

II.Coincidencias macabras.

¿Alguna vez se habían arrepentido de haber hecho una pregunta? ¿Me refiero a que cuando lo hicieron tenían esa horrible sensación de que se estaban metiendo en la maldita boca del lobo?


Pues bien así me sentía yo en este preciso momento. Jackson era un buen tipo, dentro de todo. Corrupto a veces, un poco mujeriego y podía llegar a hacer abuso de su poder, además manejaba un bar de mala muerte, donde usaba a sus chicas para atar a los clientes ahí y que regresaran las veces necesarias así él llenaba sus bolsillos de dinero. Además estaba atado a gente realmente pesada, hombres de la mafia y algunos que hacían cosas incluso peores que esas.


Bueno de acuerdo, era un completo patán, no era para nada un buen hombre pero conmigo lo era. Había cuidado de mí siempre que fue necesario y jamás me soltó la mano. Ni siquiera ahora.


—Verás, tengo un conocido que anda buscando una nueva asistente,  una secretaria o algo por el estilo. Es un famoso  empresario  de esta ciudad, ha salido en Forbes y  paga muy bien por el trabajo que está ofreciendo.


—Cuéntame para ese trabajo—respondí sin pensarlo dos veces.


—Espera— puso la mano en alto— No terminé de hablar. Recuerdas que dije que era un trabajo… Poco ortodoxo, poco convencional, ¿no?


—Creo haber escuchado esa parte claramente. ¿Qué quieres decir con eso?


Jackson sacó un puro del cajón y lo prendió para fumarlo.


— ¿Te molesta?—inquirió soltando el humo prácticamente en mi cara.


— ¿Importa? De todas formas no vas a dejar de hacerlo.


—Sabes que es mil placer culpable— murmuró inclinándose en mi dirección.


—Como las mujeres fáciles, el dinero, los tragos— levanté un dedo y comencé a enumerar uno por uno esos “placeres culpables” que tenía— Ve al grano— mascullé— Qué debo hacer para que este tipo me acepte como su asistente?—agregué de mala gana.


—Siempre tan impaciente, Kyra—resopló poniendo los ojos en blanco— Bien, empecemos por el principio. Este sujeto se llama, Tyler Oken, es el dueño de una de las empresas de bioingeniería más importantes del país, sin embargo todo lo que tiene de exitoso lo tiene de… ¿cómo decirlo? Irritante, soberbio.


—Nada con lo que no haya convivido antes.


— ¿Me dejarás terminar?


—Lo siento—respondí mordiendo mi labio.


— ¿Dónde estaba? Si. Su carácter. Entonces, en pocas palabras no es una persona amigable, si decides trabajar para él o mejor dicho para que él te elija, debes tener esto en cuenta. NO le gustan las personas conflictivas, mucho menos las que se dan el lujo de enfrentarlo— se encargó de aclarar bastante esta última parte— Por lo que debes ser la chica más dócil del mundo, sé que esto puede ser un poco complicado para ti, pero dada la situación en la que te encuentras, estoy seguro de que darás lo mejor de ti para que esto ocurra. ¿O estoy equivocado?


—No lo estas— contesté con una gran sonrisa en mi rostro— ¿Cuándo llegarás a la parte de contarme el por qué este trabajo es tan inusual?


—Estoy yendo allí. La razón por la cual dije esto es porque a él le gusta seleccionar a sus chicas de una manera bastante particular.


—Y esa es…— moví mi mano en el aire, dándole a entender  que estaba ansiosa por saber de qué estaba hablando.


—Tyler suele contratar a una agencia de chicas… de acompañantes y a la hora de elegir, se fija bastante en la que se desempeña mejor en su trabajo. Entiendes de qué hablo, ¿no?


Mis ojos se abrieron como platos y mi sangre comenzó a hervir en mi sangre.


—No haré cosas inapropiadas o que esténn en contra de mí moral  con un desconocido solo para conseguir un trabajo— exclamé y me puse de pie— Puedo ser muchas cosas pero no soy una de esas chicas, lamento desilucionarte-espeté.


Jackson soltó una carcajada y tiró su cabeza hacia atrás.


—Jamás mencioné que deberías tenias que hacer esa clase de cosas con él. Solo deberías ser su acompañante. A no ser que él te lo pida.


—Entonces si eso llega a pasar, junto con mi renuncia, le presentaré mi pie derecho que no tendrá ningún problema en conocer a su zona baja.


— ¡Ouch! Eres feroz— dijo llevando una mano a su entrepierna en un reflejo—Okay, ¿estás dentro o no? Necesito una respuesta ahora mismo, si dices que sí, Peter te llevará allí—señaló al monigote que descansaba de pie en las sombras de su oficina.


Si, así de oscuro era el ambiente en el que Jackson se movilizaba. Tanto que necesitaba que su guardia de seguridad se ocultara en la oscuridad, solo y solamente solo si  alguien decidía venir a darle una visita y atacarlo.


Me quedé en silencio unos segundos pensando en todo lo que había dicho. Si era cierto que este tipo pagaba una buena cantidad de dinero, podría aceptar el trabajo, por lo menos hasta que hubiese juntado la cantidad de dinero que me hacía falta. Una vez que lo tuviera podría decirle adiós y volver a mi antigua vida.


— ¿Kyra? ¿Estás aquí o te fuiste a Marte?— preguntó Jack chasqueando sus dedos en mi cara.


Meneé mi cabeza y enfoqué mi vista en él.


—Acepto—estiré mi mano para estrechar la suya.


—De acuerdo. Esa es mi chica, sabía que encontrarías la manera de salir de este embrollo en el que estás metida— chasqueó nuevamente los dedos—Peter, tráeme la caja que está sobre el sofá.


Enarqué una ceja ante su particular pedido.


— ¿Qué es eso?


El seguridad caminó en mi dirección el paquete en sus manos y lo colocó cuidadosamente en mi falda.


—Es el atuendo que usarás para ir a tu entrevista con Tyler, cariño. Espero que sea tu talle porque no tenemos tiempo  de comprar otro— llevó una mano a su mentón— Aunque siendo honesto, creo que debo haberle dado en el clavo, aún recuerdo a la perfección tus medidas—levantó las manos en el aire y simuló dibujar con ellas mi silueta.




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