Capítulo 2" El rescate"

Lloro sobre el pecho de mi madre, hasta que no me quedan más lágrimas.

Todo ese dolor contenido, brota como si una puerta dentro de mi corazón se hubiera abierto de par en par, y dejara escapar de a borbotones tanta tristeza, impotencia, y desesperación acumuladas desde que mi padre se fue.

¿Qué hemos hecho mal?-grito mientras miro hacia el techo de tierra intentando que me oiga la luna. -¿Qué mal hemos hecho en el mundo mágico? ¿Por qué tanta muerte y dolor?

Nuestros mundos están agonizando y mi corazón también.

Apenas puedo pensar en las últimas palabras de mi madre.

Ella se ha ido.

Me siento sola, en un lugar en donde la muerte acecha en cada rincón.

Camino en los pasillos sin rumbo.

Luego me siento en el suelo.

Escucho mientras mi rostro está afirmado entre mis rodillas.

Todos comentan que los sombra y las Triatas buscan a “la elegida”, en cada mundo que van.

Que preguntan por ella insistentemente antes de apresarlos, o llevarlos como trofeo para su colección de caza.

 Quieren saber si alguien sabe quién es, o su paradero, y les prometen dejarlos libres si les dan alguna pista.

De aldea en aldea, de mundo mágico a mundo mágico buscándola, necesitan encontrarla antes de que se cumpla la profecía esta noche, y acabe con ellos.

 Deberá tener grandes poderes para escapar de ellos, y cumplir  con el famoso “ritual”, que nombran aunque nadie sabe de qué se trata.

 De pronto me pregunto ¿Qué tengo que ver con todo esto? ¿Por qué me rescatarán?

Las últimas palabras de mi madre tal vez fueron producto de la fiebre o solo fue su deseo de que alguien lo hiciera.

Se ha hecho de noche, estoy nerviosa.

Escucho hablar de las rebeliones en los otros mundos, ahora hay una rebelión en el mundo elfo, otra en el de los Argos, y que se comunican por aves mensajeras y tordos mágicos.

Labran sus propias armas e intentan destruir cada campamento enemigo que levantan en nuestros mundos, pero ninguno ha logrado llegar al Centro, que está dentro del castillo de Obiris, el lugar donde concentran toda la energía del mundo mágico

Escucho hablar a las hadas entre los cobertizos.

 Viven en las peores condiciones, refugiándose de esta guerra desproporcionada, injusta, cruel.

“Se han llevado prisioneras a las hadas de las aldeas del norte, y las del sur”  “nos quitan toda la magia y quedamos como sacos vacíos”  “nos usan para forjar sus armas y agrandar su imperio”.

Esos murmullos, parecen  gritos para mí.

Debo ser fuerte.

Esta noche es el fin o el principio, el comienzo de la nueva Era, la gran conjunción.

Todos lo decían, mi madre también.

Ya no tengo familia.

No tengo nada más que perder.

Quiero ser parte de esta rebelión.

El líder se hace llamar Estamateo, necesito hablar con él.

Está siempre en la puerta de ingreso junto a otros soldados.

Es alto, corpulento, de cabello al ras de su cabeza, y barba. Su rostro parece mucho mayor, aunque su cuerpo es joven. Se nota áspero y lleno de tierra. Tiene numerosas cicatrices en su frente, y en su mejilla. Tiene un chaleco hecho de algún metal, igual que los otros soldados que lo acompañan. Siempre están atentos a que alguna triata o sombra descubra el refugio, e intente ingresar o infiltrarse.

Cuatro perros duermen cerca de la entrada del lado de adentro.

 Ellos olfatean a cada instante la enorme puerta de madera gruesa que es la única entrada a este mundo subterráneo.

Las hadas llevan esa tristeza en su mirada….la misma que antes de irnos, pude ver en los rostros de los elfos, la misma que llevaba mi padre…es ¿resignación? Acaso ¿no creen en la profecía de la que hablan?….creo que en el fondo no.

Y no es para menos, conociendo a esas bestias y su sed de muerte, es difícil creer verdaderamente que alguien pueda cambiar este final que parece anunciado e irreversible.

Su flor se ha secado, y con ella, la magia permanece moribunda.

 “Quifus” la enfermedad que mató a mi madre.

 La Señora Mena se encarga de dar los primeros y  últimos cuidados a las hadas que adquieren esa mortal enfermedad. Desconozco si es contagioso, o si es el destino de todos…”nosotros” porque soy parte hada.

Me pregunto si puedo considerarme una si tengo una madre que lo era.

Ella ahora tose.

Debo encontrar la cura.

He investigado, pero nadie sabe nada cómo la presencia de las Triatas pudo alterar la planta de la flor mágica. “La pentaura”

-La señora Marshall, es el hada más anciana de nuestro pueblo. Si ella no ha sabido arreglarlo, es porque no hay manera de hacerlo.