La Elegida De Los Muerte Negra [1° L/m.N]

2: Bipolar

Me desperté en mi cama o lo que se suponía que era esa cosa de mi celda, pero una cama real, no es. Me toco mi cara y en serio sí que necesito un buen baño, mi cabello está de horror, hasta creo que podría servir para un disfraz del día de brujas, y mi piel... oh dios, ya no parecía blanca ni quiera sé de que color está ahora gracias a la mugre que tengo.

Odio esté lugar.

--La comida --anuncia una voz masculina entre los barrotes de la celda.

--Largo --gruñí, siento mi estómago rugir--. No tengo hambre.

--Come...--ordena esa voz. El hombre al acercarse más hizo que se me fuera visible un poco de su rostro.

Multro.

--De ti...--siseo enojada señalando--, no quiero ni la vida, ¿oíste? Así que lárgate.

Volteo mi mirada posicionándola en una de las paredes esperando a que se fuera. Menudo estúpido gilipollas, se desapareció por tanto tiempo, y si cree que porque haya regresado le rogaré para que me suelte, está equivocado.

--Bueno. --suelta un suspiro--. Intente ser amable --escupe entre dientes--, pero no me dejas otras opción,  maldita mocosa.

Estampa la bandeja contra los barrotes haciendo que toda la comida cayera al suelo salpicándome de un poco. Me da una última mirada echa furia y se larga sin decir otra palabra.

[...]

Paso mucho después hasta que una mujer deslumbrante, alta, de un cabello oscuro lleno de vida y con unos ojos grandes brillantes que desprendían alegría apareciera entre los barrotes.

--¡Hola!...--me saluda con entusiasmo--. Me llamo Maltri... y vine porque me ordenaron que te llevará arriba --señala con su dedo índice las escaleras detrás de ella.

Asiento un poco desconfiada intentando levantarme aguantando un poco el dolor que causaba el hacerlo.

Subimos escaleras arriba. Maltri no me llevo a el cuarto de torturas haciendo que mi desconfianza aumentará más. Frunzo el ceño al ver que me ha traído a una habitación, y no a una de torturas, si no a una normal.

(multimedia) .

--Ve. Báñate y cámbiate --dice Maltri con dulzura señalando una de las puertas que de seguro es el baño--. Hazlo, yo iré por comida porque sé que debes de tener mucha hambre.

Yo frunzo más el ceño sin entender lo que está pasando, y ella se da cuenta.

--Mi hermano, Multro, me ordenó cuidarte --dice con una sonrisa antes de darse paso a marcharse. Pero su confesión me deja estática,

--¡Tris! --le grito con lo primero que se me ocurrió para detenerla, ella se voltea extrañada--. ¿No te molesta que te diga así, verdad? -preguntó, y antes que ella contestará vuelvo hablar--: ¿Sí? Perfecto.

--No lo puedo creer --susurra-. Eres una mandona igual que mi hermano Multro --Suelta una risita poco audible.

--Es que... ¿En serio Multro es tu hermano? --preguntó, ella asiente igual de extrañada.

Multri... Multro... por dios, ¿cómo no me di cuenta?

--¿Qué?... ¿Hay algún problema con eso? --dice ella frunciendo el ceño.

--No, sólo que... me sorprende que aguantes tanta bipolaridad.

--Bipo...¿Qué? --pregunta confundida dando un paso. Es muy tierna... lo opuesto a Multro.

--Es cuando una persona representa ciertas emociones en muy poco tiempo, puede estar feliz y luego triste para luego estar enojado.

--Oh... pero, ¿por qué dices que Multro es un bipolar? --dice extrañada, lo cual me hace soltar una leve risa.

--Por todos los dioses, ¿a caso no es obvio? --pregunto rodando los ojos--. Hasta hace un rato vino me hablo "amable" para luego tirarme la comida y decirme: "Niña mocosa.." --lo último lo dije imitando su voz gruesa.

Empiezo a escuchar carcajadas provenientes de Tris que hacen que me cruce de brazos y que suelte un resoplido. Ella se despide y sale a buscar comida.

Cierro la puerta quedándome sola, me dirijo hacia el que creo que es el baño y me despojo de mi supuesta ropa. Miro como las costillas se me marcan un poco, como mi cuerpo está muy delgado, agarro mechones de cabello totalmente dañado y descuidado gracias a que hace años no lo he lavado, suelto un gran suspiro reteniendo las lágrimas.

Entro a la ducha encendiéndola y dejando que el agua empiece a recorrer por todo mi cuerpo. Suelto un suspiro de satisfacción y empiezo a limpiarme, desenredo mi cabello y enjuago muy bien mi cuerpo quitando toda suciedad que me envolvía.

Al terminar me envuelvo en una toalla blanca y salgo, toco mi cabello ya desenredado y limpio, las puntas están muy pero muy maltradas, miro una tijera en un rincón, la agarro y corto mi cabello dejándolo hasta los hombros. Recojo y limpio todo, para luego salir en busca de ropa limpia.

Las voz de mi padre empieza sonar en mi cabeza junto con sus palabras... "Todo contra todo"

Miro otra puerta y entro encontrándome un gran closet lleno de ropa de todo tipo de marca y color, elegí una prenda a mi estilo y me decido en salir. Me siento en la cama deleitándome de su suavidad, me quito la toalla dejando al descubierto mi cuerpo delgado, mi mano va directamente a mi vientre en el lado derecho, un tatuaje ya hacia allí, era una espada con una ala de ángel a cado lado. Me lo hice gracias a Lucy...

¿En donde estarán?

[...]

Estaba sumida en mis pensamientos pero el sonido de una parte me despierta de ellos. Tris entra con una bandeja de comida y camina hacia mi sentándose en la cama.

Me pone enfrente un vaso con un líquido transparente, lo cogi y me tome un trago. Mi estómago se revuelve y corro hacia el baño para vomitar lo.

--¿Qué ocurre? --pregunta acercándose, me levanto y empiezo a enjuagar mi boca.

--Odio la verbena con todo mi corazón.

--¿En serio? Pues tanto lo odias que tienes un collar con ella --dice sarcástica.

--Sólo uso esa estúpida cosa porque se lo promite a mis padres --dije acercandome después de haberme lavado varias veses la boca.

--No eres como las demás humanas ¿verdad?--murmura convencida. 




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