Elvara observó con cautela cómo aquel extraño guerrero, cuyo nombre desconocia, enderezaba su postura una vez más con dignidad a pesar de sus heridas. La luz azul de su armadura seguía pulsando débilmente, pero aún conservaba un aura de imponencia que resultaba casi abrumadora. El individuo, se llevó la mano al pecho, sobre la placa metálica que cubría su torso, e inclinó ligeramente la cabeza en un gesto formal.
----Mi nombre es Reinhard,---comenzó, con una voz grave y perfectamente modulada que resonaba en el corredor metálico. ---- Soy un Numinus Secular de la Legión de Exterminadores, enviado para erradicar a los Sangre Oscura en los límites de este sistema.
Elvara frunció el ceño, los términos "Sistema" y "Sangre Oscura" le era completamente desconocido. Sin embargo, se vio obligada a devolver el saludo con la misma formalidad. Hizo una ligera reverencia, colocando una mano sobre su pecho, como dictaban las costumbres de su gente.
---Soy Elvara Aelwym,----respondió, manteniendo su tono sereno, aunque la fascinación por aquel hombre era evidente en su mirada. ----Capitana de una nave comerciante.
Mientras lo decía, su mente seguía analizando la situación. La barrera del idioma, que hasta hace un momento parecía infranqueable, había desaparecido por completo. Reinhard no solo hablaba su lengua, sino que lo hacía con una armonía y cadencia que le recordaban a los Alto Elfae de las cortes más refinadas de Eryndor o Ithrenya. Era imposible que un extranjero hablara tan fluidamente sin haber dedicado años al aprendizaje del idioma y la armonía de la misma, y, sin embargo, ahí estaba.
---- Reinhard,---- continuó Elvara, con una mezcla de curiosidad y precaución. ----¿Qué significa eso de ‘Sangre Oscura’? Esque lo dijiste con una gravedad....
El guerrero inclinó levemente la cabeza, como si evaluara cómo responder. Pero antes de que pudiera explicar, Reinhard cambió el tema, fijando su atención en ella con intensidad.
----Antes que nada,---- dijo levantando la mano, en un gesto que indicaba que debía aguardar, ----cuéntame lo que viste.
Elvara asintió lentamente, sus ojos aún vigilantes.
----- Lo vi todo,---- respondió, su voz marcando cada palabra con gravedad. ----Vi primero luces en el cielo y luego..… aquellas cosas colosales con alas. Vi como se lanzaron rayos y haces de alta potencia. El cielo se iluminó como si fuera de día cambiando de color, el mar se estremecio. Fue repentino. Yo estaba en medio del mar con mi tripulación cuando ocurrió el choque.
Hizo una pausa, recordando los estruendos y la devastación que siguieron.
----Todo fue tan rápido,----añadió, con un suspiro.
Reinhard, a pesar de su imponente presencia, negó con la cabeza. Su gesto era solemne, casi apesadumbrado.
----Mis disculpas,---- dijo con voz grave, pero cargada de una extraña sinceridad. ----Por lo acontecido. No fue nuestra intención que nativos se vieran envueltos.
Elvara cruzó los brazos, alzando una ceja, su tono ahora cargado de ironía.
----Espero, entonces, que al menos me compenses por los daños,---- replicó, con una sonrisa ladeada que no disimulaba del todo su descontento.
Por un momento, Reinhard se quedó en silencio, pero luego una risa profunda escapó de él, resonando con una calidez inesperada en aquel pasillo metálico.
----Te compensaré, capitana Elvara,----dijo finalmente, todavía con una ligero tono de risa irónica en su voz. ----- Pero primero necesito que me des información detallada de lo que viste. Es posible que algunos de esos desgraciados con los que nos enfrentábamos sigan vivos, y si es así, debo localizarlos.”
Elvara miró al guerrero, midiendo sus palabras. Su lógica era innegable, y, aunque aún estaba llena de preguntas, asintió con decisión.
----De acuerdo,----respondió. ----Te ayudaré.
Reinhard inclinó la cabeza en señal de agradecimiento, mientras Elvara se preparaban para compartir más detalles sobre lo que había presenciado.