La Elvaruare

La Anduriath/ Parte XV

La compuerta que ya hacía frente a Elvara rechinó cuando Reinhard accionó una serie de mecanismos extraños. Un siseo metálico precedió al lento levantamiento del portón, permitiendo que la luz del exterior se filtrara en la penumbra del corredor. Elvara sintió cómo el aire cambió al instante. A medida que la abertura se ampliaba, un viento fresco y cargado de olores desconocidos se colaba, arrastrando consigo una mezcla de humedad y polvo que se sentía antigua, casi prehistórica.

La elfa entrecerró los ojos, no solo por la intensidad de la luz, sino también por la sensación de vulnerabilidad que la inundó al dar el primer paso hacia el exterior. La enormidad del mundo más allá de aquel coloso de hierro la abrumo. Había algo en ese espacio abierto, vasto e indomable, que contrastaba profundamente con la estructura cerrada y claustrofóbica de la nave.

El paisaje que se desplegaba ante ellos era desolador y majestuoso al mismo tiempo: montañas de roca negra, como cicatrices en la tierra, se alzaban contra un cielo teñido de tonos iridiscentes que fluctuaban entre el violeta y el verde. El suelo, cubierto de un polvo metálico, parecía resonar con una energía latente, como si el planeta mismo estuviera vivo. Cada paso que daba, Elvara sentía cómo su cuerpo se ajustaba lentamente a la gravedad ligeramente distinta y al aire cargado de partículas de su mundo. Se dio la vuelta para ver aquel barco de hierro.

"Es… imponente", pensó. Pero junto a esa sensación de asombro, había una inquietud latente. La historia que había escuchado, la de Bortar y los Aviares o mejor llamados Sangre Oscura aún retumbaba en su mente, y Reinhard, con su imponente armadura dracónica, parecía una extensión de esa narrativa oscura y llena de secretos.

Reinhard, por su parte, avanzaba con pasos firmes y calculados, como si el entorno no fuera más que un terreno conocido y dominado. Elvara notó cómo los engranajes de su armadura emitían un leve zumbido, sincronizándose con cada movimiento. Al principio, el sonido la había desconcertado, pero ahora lo encontraba hipnótico, casi tranquilizador.

Tras recorrer algunos metros, Elvara alzó una mano, señalando unas figuras a unos metros de distancia. Allí estaban ellos: su tripulación. Habían obedecido sus órdenes al pie de la letra y aguardaban al pie de una formación rocosa, con las armas listas y los ojos atentos al entorno.

Los tripulantes alzaron la vista al verlos acercarse. Al principio, sus expresiones reflejaban alivio al reconocer a su capitana sana y salva. Pero esa sensación fue efímera. En cuanto Reinhard apareció detrás de ella, la atmósfera cambió.

El primero en reaccionar fue Hassan, el estratega elvatahnah de su navio. Sus ojos se abrieron de par en par, y su mano se tensó sobre el pomo de su espada, como si su instinto le advirtiera del peligro.

—¿Qué es eso…? —murmuró, más para sí mismo que para nadie más.

Los demás miembros de la tripulación se tensaron al instante. Algunos retrocedieron un paso, mientras que otros alzaron sus armas, sin apuntarlas directamente, pero dejando claro que estaban listos para cualquier eventualidad.

Reinhard se detuvo al notar sus reacciones, su figura erguida y monumental proyectando una sombra que parecía absorber toda la luz a su alrededor. Las placas de su armadura brillaban con un reflejo opaco, y las rendijas de sus visores parecían mirarlos con una intensidad que hacía difícil sostener la mirada.

—¡Capitana! —exclamó una de las tripulantes, una elfa Silvarae cuyo tono de piel era verde llamada Cerys, con voz temblorosa—. ¿Está… todo bien? ¿Quién es el?

Elvara alzó una mano, indicando que bajaran las armas.

—Todo está bajo control. Él… —hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas para describir a alguien como Reinhard— es un aliado.

La palabra "aliado" no pareció convencer del todo a la tripulación. Hassan, por su parte frunció el ceño y dio un paso al frente.

—Con el debido respeto, capitana, ¿qué demonios es esa cosa?

Reinhard inclinó ligeramente la cabeza hacia Elvara, como si le cediera a ella la responsabilidad de explicar su presencia. La elfa respiró hondo antes de hablar.

—Es un sobreviviente de esta nave, y tiene información que podría ser clave para nuestro mundo y misión que quizá podremos desempeñar. No hay motivo para alarmarse.

Pero la tensión seguía en el aire. Uno de los tripulantes, un joven llamado Kaethan, no pudo contener su nerviosismo.

—¿Mi capitana, podemos confiar en él?

La pregunta pareció reverberar en el aire, cargada de temor e incredulidad. Reinhard, que había permanecido en silencio hasta ese momento, dio un paso adelante, haciendo que el suelo crujiera bajo su peso. Su voz resonó con una gravedad que parecía provenir de las entrañas de la tierra.

— Cálmate. — Dijo, su voz gruesa debido al amplificador de su casco de batalla. — Si fuera una amenaza para ti o tu capitana, ten por seguro que no estarían vivos, ni tú, ni tu capitana.

La respuesta no hizo mucho por calmar a la tripulación, pero sí dejó claro que Reinhard no era almenos el enemigo. Aparte que no era alguien a quien pudieran enfrentar con éxito, ni física ni intelectualmente. La forma imponente de su armadura y la amenaza que rezumaba parecía dejarlo claro.

Elvara notó las miradas inquietas de su tripulación y decidió intervenir.

—Confíen en mi juicio. Sé que es… imponente y todo, pero les aseguro que está de nuestro lado.

Kiriath y Hassan suspiraron, claramente insatisfechos, pero asintieron.

—Si usted lo dice, capitana. Pero no deberiamos quitar los ojos de él.

Reinhard soltó un sonido que podría haber sido una risa, aunque amortiguada por su máscara.

—Una medida sabia. Siempre es mejor desconfiar.

El grupo comenzó a moverse, con Elvara al frente y Reinhard siguiéndola de cerca. Los miembros de la tripulación mantenían su distancia, sus miradas oscilando entre la capitana y el imponente guerrero. Aunque las explicaciones de Elvara habían calmado sus impulsos iniciales, el aire seguía cargado de desconfianza y una sensación de misterio palpable.



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En el texto hay: fantasia, ciencia ficcion

Editado: 01.01.2025

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