Cuando Sara finalizó de leer el mensaje todos los que lograron oír sus palabras quedaron impactado y en completo silencio, lo que acababan de escuchar fue una amenaza, serían destruidos si no devuelven lo que robaron, pero, ¿A qué cosa se refieren?
—Esto es grave —Dijo Williams preocupado—. Hay qué decirle a los habitantes del Edén.
—¡No! —Sara detuvo a Williams que se dirigía hacia los habitantes del pueblo— Si lo hacemos solo causaremos pánico y empeoraremos la situación.
—Pero... —Miro a su alrededor y vio a muchas personas niños, mujeres, hombre y personas heridas— ¿Que haremos entonces?
—Lo mejor será que nos vallamos del Edén —Sander respondió a la pregunta de Williams.
—¿Que? —Dijeron Los Altos Mandos al unísono.
—Sander no podemos dejar el pueblo —Dijo Sara muy convencida—, allá afuera no podremos sobrevivir.
—¡Sara tiene razón padre! —Adan no estaba de acuerdo con lo que dijo el Teniente y eso era algo que se notaba a simple vista.
— ¡¿Entonces que aremos?! ¡¿Esperar otro ataque?! —el Teniente grito tan fuerte que los habitantes del pueblo voltearon a observarlos
— Baja la Voz Sander —Sara le hizo una señal de silencio al teniente— estamos haciendo que se preocupen mas.
— Okey... —El Teniente asintió a lo que Sara le dijo— ¡Les pido disculpa! —El Teniente le hablo a los habitantes del pueblo— Es solo que, estoy algo alterado al ver todo lo que paso en mi ausencia — Mintió para no causarles mas preocupaciones a las personas.
— Mira Sander... —Sara habló en completo desacuerdo.— Se que quieres proteger a las personas, pero irnos es un suicidio.
—Mi hermana tiene razón Sander —Dijo Abigail— Es un viaje muy largo —Mostró un mapa con las distancia que tendrían que recorrer— Sin importar hacia que pueblo o ciudad aliada viajemos.
—Sander —Williams señalo una ubicación en el mapa— El pueblo mas cercano es Kaldya... Tardaríamos dos meses en llegar a pie, no tenemos suficientes vehículos ni armas para proteger a nuestra gente allá afuera.
—Hmmm —El teniente respiraba profundamente expresando su desacuerdo con el resto— ¿Que recomiendan entonces?
—Si nos vamos tenemos alto riesgo de morir —Advirtió Abigail haciendo una señal con sus manos mostrando preocupación—, pero si nos quedamos también podemos morir...
—¡Hay que quedarnos! —Mencionó Jesús extendiendo sus brazos— El punto débil de los Híbridos que atacaron el pueblo es el estómago, si lo atraviesan mueren... —Les recordó a los otros que ellos ya se habían enfrentado contra un Híbrido de ese tipo— Además, tenemos tres Armas capaces de enfrentar a el Híbrido "Serpiente" que nos atacó en la cacería.
—Es verdad —Dijo Abigail—, ahora podremos defendernos.
—¡No es tan simple! —Grito Sara regañando a su hermana—. Aunque tengamos Armas capaces de enfrentar a esos Híbridos no tenemos suficientes soldados para luchar... —Mostró una lista con MUCHOS nombres.
En la lista que Sara le mostró al teniente estaban los nombres de los Miembros del E.R.E, muchos murieron, de las ciento veinte personas que pertenecían al E.R.E sólo sobrevivieron Dieciocho, el resto eran los Reclutas que presentaron las Pruebas ese mismo año y que apenas se habían convertido en miembros del E.R.E hace menos de tres meses.
Pero, aunque las muertes de los miembros del E.R.E fueron muchas considerando la cantidad de integrantes que tenía no se compararon con las muertes de los habitantes del Edén, Edén era un pueblo que apenas comenzaba a prosperar gracias a sus habitantes, pero, en la lista se mostraban nombres de niños hasta ancianos, y la cantidad de nombre equivalía a MAS de la mitad de los habitantes del pueblo y cada vez se escribía un nombre más.
—Y de las personas que sobrevivieron muchas están heridas ¿No es así? —Preguntó el teniente preocupado mientras se lamentaba por no haberlos protegido.
—Así es... —Susurro Sara.
—Entonces no podemos irnos, pero tampoco podemos quedarnos... —Dijo el teniente con mucha ironía— ¿Entonces que haremos?
—No se —Respondió Sara—, No puedo tomar esta decisión sola.
—Hay que quedarnos —Williams decido tomar la decisión—, pondremos a todos los que puedan trabajar a reparar los muros y a atender a los heridos, los novatos del E.R.E se juntarán con los miembros más experimentados y se encargarán de proteger lo mejor que puedan al pueblo...
—Creo que es una mala idea —Sander seguía negándose a la idea de quedarse en el pueblo.—. Por cierto... ¿Donde está el maldito viejo de Héctor?